||| Descontrol |||

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Título: Sangre amarga

Sumary: Una nueva novia llega a la mansión Sakamaki luego de un largo periodo sin sacrificios como reemplazo de la anterior. Yui sigue viva y ha llegado el momento de elegir sólo a uno para convertirse en Adán.

Advertencias: Ooc, FC (Fan Character), Drama, Lenguaje adulto, Situaciones para adultos.

Cantidad de palabras: 495/Cortesía de Magic Word en complot con Microsoft para hacernos creer que de verdad hay esa cantidad de palabras en el capítulo.

Disclaimer: Diabolik Lovers no me pertenece, es de Reject... ¬.¬

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V. Descontrol

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Rui se obligó a permanecer firme, y concentrarse en entender qué clase de jodido lío se había metido sin darse cuenta. Primero intentó moverse por instinto, para liberarse del pelirrojo, pero su fuerza era abrumadora, ni siquiera sus mayores intentos por alejarlo lo tambaleaban cuando menos.

Era como luchar contra un maldito poste, y eso que sólo estaba apresando su rostro. Si seguía con esa ridícula muestra ella misma podría fracturarse el cuello en un mal movimiento de tan fuerte que la estaba sosteniendo.

Aunque Rui estaba aterrada no le dio el placer de verla asustada por su violencia. Ya que no podía moverse elevó la comisura de sus labios en una sonrisa desafiante, y entrecerró sus ojos, observándolo fijamente para hacerle saber que lo estaba enfrentando.

El vampiro llamado Ayato bufó como el animal que era sin cambiar su posición. De reojo era capaz de notar que la atención de los otros cinco no iba dirigida a ellos, sino a algo en el suelo que estaba tras del pelirrojo, posiblemente lo que llevaba consigo al inicio de toda esa escena sin sentido.

—Ayato, suéltala.

Una dulce y suave voz, la misma que escuchó antes hizo estremecer al sujeto frente a ella. Ahora que podía escucharla con mayor claridad no parecía ser de hombre, sino de una mujer. No supo porque de pronto tenía ganas de soltarse a llorar.

Era tan... cálida.

—No te metas chichinashi —rugió en un tono demandante a la dueña de esa dulce melodía. —¿Ese jodido viejo cree que por enviarnos una imitación barata nos va a controlar? ¡Que no joda!

¿Por qué? ¿Por qué sentía que todo era tan familiar?

Ella no quería estar relacionada con ninguno de ellos.

—La estás lastimando, suéltala ya —demandó de nuevo esa chica.

—No eres capaz ni de defenderte sola, chichinashi...—exclamó burlón, parecía tener la intención de herirla. Rui sentía que el tal Ayato acaba de llegar a la cima de la lista mental de personas que ahora odiaba. —¿Cómo tienes el descaro de ayudar a alguien más?

—Basta ya, Ayato —profirió esta vez el pelinegro, lo reconocía por su voz tan particular. Seca, sin emociones, era como si constantemente alguien le diera una patada en el estómago y tuviera que hablar sin aire todo el tiempo.

Al instante se vio liberada. Parecía que la autoridad era esa persona, más le valía ganárselo por más plana y aburrida que fuera su personalidad.

Tosió ligeramente al verse libre, no había sido sujeta exactamente por la garganta pero bien que la presión le impidió respirar con normalidad. Al retirarse el pelirrojo de su vista fue capaz de notar el desconcierto de todos ellos, y probablemente la causa por la que todos estaban tan exaltados con ella.

—Yui, ¿estás bien...?

No solo su nombre sonaba demasiado similar al de la pequeña rubia que la miraba con gran pesar, el parecido físico era increíble, al punto de hacerla pensar que bien podrían ser la misma persona si no fuera por las muy pequeñas diferencias entre ambas.

Mientras que Yui era pequeña y delgada, ella misma daba la impresión de ser ligeramente más alta y con curvas más moldeadas, aunque su silueta en general no difiriera casi nada de la pequeña rubia. Probablemente sólo era el hecho de que su talle era más largo, por ende, su cintura, cadera y hombros más pequeños. Observó asombrada las facciones de su rostro tan delicadas, su piel era tan blanca como la escarcha, era tan hermosa como una fina muñeca, si bien Rui no se había visto hasta ahora podía jurar que eran idénticas, sólo que su propia piel era más blanca todavía, como si fuera un fantasma.

Su cabello era más largo, llegando casi hasta por la cintura mientras el de ella era corto hasta la altura de sus hombros, ambos rubios, pero el suyo se asemejaba ligeramente al reflejo de un tono rosado oscuro y ella era casi blanco, bien podría decir platinado. Solamente sus ojos eran iguales en apariencia, pero las emociones que expresaban eran completamente diferentes.

Si quisiera resumir, podría decir ella parecía la hermana mayor.

Con sólo verla podía asegurar que era una persona sumamente dulce y amable, se había mantenido todo ese tiempo contemplándola en silencio sin hacerle preguntas, sin juzgarla, contrario a lo que había demostrado ser ella en carácter.

—¿Te encuentras bien? —preguntó ella, con la cara compungida entre el pesar y la preocupación. —Lo siento mucho.

Ella no tenía por qué disculparse.

—Yui, llévala a su cuarto. Hablaremos mañana.

La pequeña rubia asintió, sonriendo alegremente a la orden de Reiji y Rui tuvo que contener las ganas de vomitar.

No pasó desapercibido para ella la enorme atención que le dedicaban aquellos extraños, sin perder ni un solo movimiento de Yui en su camino a la salida, pero parecía que ella no se daba cuenta o bien no le importaba.

Ella se mantuvo sonriente, tratando de hablarle de algo más que no fuera su extraño encuentro para distraerla pero ignoró su conversación. Su aroma era dulce, empalagoso, pero generaba una maldita adicción que la obligó a ir por el camino a su lado, en todo momento, tratando de recordar algo, sin saber el qué.

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Notasde Kou: Había planeado otra cosa completamente diferente para el capítulo, pero alfinal Rui se manda sola xD Sigan leyendo, hoy toca doble cap ;D


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