C4: Cinco Años

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Los años pasaron como una ráfaga de viento al atardecer, los días ya no reflejaban la tristeza de aquel joven que había perdido a su compañera.

Ahora con cinco años más, el joven Todoroki Shoto de 25 años se encontraba en la gran empresa de Endeavor, ya no había rastros del antiguo Todoroki aquel que  creyó que su vida no volvería hacer la misma.

Había superado poco a poco su tristeza ahora con un nuevo objetivo enfrente, encontrar aquel niño de su infancia, aquel que le devolvió las ganas de vivir.

Los años habían pasado tan rápido que apenas lo había notado, la búsqueda de aquel peliverde se le hacía cada ves más complicada ¿Realmente aquel niño de sus sueños era real?

No podía saberlo a medida que pasaban los años poco a poco el rostro de esa persona se le hacía más borroso, debía encontrarlo antes de que sus recuerdos le hicieran una mala jugada.

Después de largas horas de trabajo por fin había llegado a su apartamento, se sentía sudoroso con ganas de descansar.

Se dispuso a tomar un baño tal vés así podría relajarse, tomo su corbata deshaciendo por completo del nudo se  despojo de su saco y continúo retirándose la  camisa junto con los zapatos y el pantalón  con todo lo demás.

Entró a la ducha abriendo la llave se dispuso a ahogar toda preocupación y cansancio remojando su cabeza.

Cada gota de agua se deslizaba por su cuerpo con ambas manos peino sus cabellos bicolores para atrás para así  relajarse por  completo.

Después de aproximadamente media hora salió de allí con una toalla rodeando su cintura.

Se sentía bien, cada ves era más cercano a su padre en la empresa y si eso seguía así  podría sacar información sobre aquel niño de pelo rizado.

Pero aquella sensación no le duraría demasiado, el teléfono sonó alertandolo de que algo había sucedido, decidió contestar esperando oír una voz a través del aparato.

—¿Hola? —Preguntó dudoso, aquel número era desconocido para el.

—Shoto-kun —Se oyó a través del aparato—Soy yo, habla la mamá de Momo.

Se paralizó, fue como si todo su pasado cayera a sobre  él como un gran balde de agua fría.

La felicidad es algo momentáneo, algo que viene y se va dependiendo las situaciones de la vida.

Shoto no lo sabía pero una  felicidad que es construida encima de la cobardía nunca sería una  verdadero felicidad.

—Me alegra que al final  decidieras  venir —Pronunció aquella mujer de cabellos oscuros.

—Era lo menos que podía hacer —Respondió Todoroki.

—Ya debes sospechar cual es la razón por la cual te llame ¿No es así?

—En realidad a eso viene.

—Todoroki, se muy bien que nunca nos llevamos bien —Confesó tranquilamente mirando al gran jardín —Pero ahora que los años han pasado me di cuenta que no pudo haber mejor hombre para mi hija.

Una carta al cielo (AU) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora