C6: Guardería

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Cada vez estábamos más cerca, cada árbol, cada hoja, me traían aún un recuerdo nostálgico y doloroso;los días que pasamos juntos, todo, amenazaba con volver como un efímero recuerdo de días pasados.

Llegamos, me detuve frente aquella hermosa casa que tanto infortunio me había traído días pasados.

Decidí bajar y despertar a Sho, el se encontraba aún dormido, relajado, ignoto a todo lo que sucedía a su alrededor.

-Sho, despierta ya llegamos -pronuncie despertándolo.

Aquel pequeño poco a poco fue abriendo sus ojitos adormilados, frotando con sus manitas sus pequeños ojos.

-Ya llegamos, baja -ordene.

Ambos bajamos del auto, observando la casa, el pequeño Sho se quedó admirado corriendo animado en dirección a esta.

-Wooo es muy bonita -pronunció con las mejillas algo rojas y una sonrisa resplandeciente.

Me detuve, observando asustado como mis pesadillas regresaban, retrocedí temiendo volver a esos días.

Sho se acercó extrañado por mi comportamiento, sujeto mi mano buscando respuesta, pero en ese momento a él era al que menos quería ver.

Sus ojos eran igual a los de Momo y aquella expresión que tenía en el rostro era la misma que puso ella cuando compramos la casa.

-¡Shoto! -escuché una voz llamándome dentro de la casa, por un momento pensé que era ella.

-¿Fujumi? -pronuncie asombrado.

Ella se acercó a nosotros cambiando la dirección de su mirada hacia Sho .

-Sho cuánto has crecido -pronunció Fujumi.

-Fujumi-nee -dijo alegre.

-Ha pasado un tiempo desde la última ves que fui a verte -dijo.

-¿Eh? -Mire asombrado, desde cuando fujumi estaba visitándolo.

-Sho ya es un niño grande -reclamo Sho.

-Hai, Hai -pronunció Fujumi -porque no pasamos.

Al decir eso Sho corrió hacia el interior de la casa sin esperar órden alguna.

-Tu también deberías....

-¿Qué haces aquí Fujumi? -pregunte algo consternado.

-Vine ayudarte -confesó.

-¿Ayudarme?

-Si, sabía que no serias capaz de entrar, porque aún es doloroso para ti ¿no Shoto? .

-Si ibas a venir debiste decirme, no había razón entonces para que yo fuera a buscarlo.

-Te equivocas si había razón para eso, apuesto que Sho estaba muy feliz de verte allí.

-¿A qué te refieres? -pregunte atónito.

-No es nada mejor pasemos.

Obedecí aún con temor a esos recuerdos, entre a la casa observando como todo se encontraba igual.

Observe temiendo encontrar una foto de ella.

-Fujumi ¿ Qué hiciste con las fotos? -pregunte.

-Las guarde, eso era lo que querías ¿no?

-Si -respondí -gracias.

La tarde paso volando y la partida de Fujumi había llegado, el pequeño Sho se encontraba dormido.

Una carta al cielo (AU) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora