BTS One-Shots [WereWolf] [PAUSADO] [CERRADO]

Jung Hoseok x Lector

[AU; Cazadores de Sombras]

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Término de trazar la última runa en su piel, la de agilidad. Todo su brazo está cubierto por runas negras, desde pequeñas a grandes. Se encuentra en brasier, con unos jeans negros ajustados y descalza. De momento, no tenía ninguna misión pendiente por ahora. No suceden muchas cosas interesantes en Seúl. 

Hasta los demonios parecen ser tranquilos. Quizá los únicos problemáticos sean los vampiros, con sus constantes fiestas que atraen a cualquier tipo de ser sobrenatural y humanos, una muy mala combinación. 

Se observó en el espejo, antes de comenzar a vestirse. Una camiseta negra de tirantes y por último, una chaqueta negra de cuero. Siendo este la ropa común que usan los cazadores de sombras. Alguien golpeo la puerta de su habitación y se dio una idea de quien podría ser, tomó el picaporte y la giro. 

Enseguida, parpadeo en dirección a SuHo, vestido de negro igual que ella. 

—¿Que paso? ¿Al fin algo interesante? —guardo la estela en su cinturón, el cual contiene también un par de dagas, listas para ser usadas y una piedra mágica en caso de que vayan a algún lugar sin iluminación. 

El azabache suspiró, está vestido de la misma forma que ella, y las runas pueden notarse en su cuello. —Demonios, zona norte. Los demás están ocupados, solo estamos nosotros dos. Toma tus cosas, marchamos en cinco minutos. 

Así como llegó, se fue. SuHo tiene este tipo de aura que la hace simplemente asentir con la cabeza, es un claro ejemplo de líder. Su instituto, es uno de los pocos existentes en Seúl. Pero tiene la mayor cantidad de cazadores de sombras que conoce hasta ahora. 

Nueve de ellos, aunque la mayoría siempre se encuentra cumpliendo alguna cosa que les ordena la Clave, porque para qué negarlo, son los mejores en lo que hacen. La mayoría de ellos tiene parabatai, exceptuando a SuHo y un par más. (T/n) es una de las pocas chicas que están allí, junto con otras cinco más. 

Cerro la puerta de su habitación, no necesitaba tomar sus cosas. 

Las dagas grabadas con un nombre sagrado se mantienen siempre en su cinturón. 

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El azabache estaciono detrás de un callejón, a un par de cuadras de un antro. La música está tan fuerte que puede oírla incluso desde esa distancia. Hay un hotel abandonado, de donde proviene un olor putrefacto y nauseabundo. Una cinta amarilla recorre la puerta y prohíbe la entrada, pero la cortó sin más con ayuda de la daga. 

—Entonces, ¿sabes algo de los demás? —inicio una conversación, guiándose por la tenue luz que emana de la piedra mágica. El asiático bufo, con una ligera sonrisa. (T/n) iba adelante, con SuHo cubriendo su espalda, con una ballesta en mano. 

—Chanyeol y BaekHyun volverán la semana próxima. Al parecer, los de la clave finalmente dejarán de darle trabajo. —esos dos son Parabatai desde que los conoce, y tampoco le extrañaba. —Chen está pasando tiempo con su familia, después de que su padre recibiera una herida de demonio. Sehun salió a una misión y bueno, Lay está en el instituto de china, ayudando a los nuevos.