Capítulo 31.- Tranquilidad

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El fin de semana había llegado y Marco dispuesto a no permitir que me alejara planeó un pequeño viaje de reconciliación, toda la semana no me dejo ayudar en algo pero pude ver el esfuerzo que hacía. Habíamos salido muy temprano y solo recibiríamos llamadas de emergencia, no iríamos muy lejos pero aun así era sorpresa para mí.-

Marco, dime ¿A dónde vamos?- pregunté mientras iba acostado en el auto.- Saltare si pienso que es un secuestro.

¿Quieres jugar a eso?- pregunto Marco colocando su mano sobre mi cabeza.

Pervertido.- dije apenado, me senté y al ver por la ventana vi solo árboles y un gran lago.- Marco, esto es...

Luffy me dijo que deseabas venir aquí o a algo parecido a esto, pero sería cuando te enamoraras de... Alguien más.- dijo Marco.- Izo me prestó la cabaña que tiene por estas tierras, seremos solos tu y yo este fin de semana.

Es hermoso.- dije con el rostro pegado a la ventana.- Gracias.

Al llegar a la cabaña baje en cuanto el auto se detuvo, corrí a ver los alrededores y no podía creer lo que veía, naturaleza por todos lados, sentir el aire fresco del bisque me hizo sentir tranquilo, al ver que marco había bajado del auto corrí hacia él y lo abrace.-

Gracias.- dije muy feliz

¿Por qué tantas gracias?- pregunto Marco abrazándome.- No te di las joyas de la corona.

Si te digo te enojaras.- dije apenado, al levantar la mirada pude ver en el rostro de Marco que deseaba saber la razón.- No me veas así.

Creo que ya sé por qué pero, es mejor no hablar de eso.- dijo Marco alejando se de mi.- Bajemos todo antes de que oscurezca.

¿Puedo entrar primero?- pregunte emocionado

Para ti todo es por primera vez.- dijo Marco lanzándome las llaves de la cabaña

Sin responderle corrí a la entrada y al abrir la puerta me sentía muy emocionado, Marco tenía razón era la primera vez que estaba en un lugar así pero no podía evitar emocionarme por algo así.-

Marco, espera.- dije al verlo bajar las maletas.- Aun estas en recuperación, deja que yo me encargue.

Me haces sentir viejo.- dijo Marco apenado.- Baja esta y yo esta ¿Qué te parece?

Oye, me diste la menos pesada, dame eso.- dije mientras me jalaba la maleta que tenía en la mano.

En el forcejeo –que perdí- caímos al suelo, caí sobre mi novio y al estar cercas no pude evitar besarlo. Al estar ya instalados y recorrer toda la cabaña pude ver que no había televisión o una computadora, estaba casi vacía pero con lo necesario para estar cómodos.-

Marco ¿Quién usa este lugar?- pregunte al ver telas en el suelo del que sería el cuarto donde dormiríamos.

Izo, él es modista ¿No lo sabias?- dijo Marco mientras levantaba las telas.- Es un buen diseñando atuendos y este lugar es su lugar de inspiración, o eso dice él.

¿Y se casó con un chef?- pregunte mientras me acostaba en la cama

Le encanta la comida.- dijo Marco, al verme sobre la cama dejo caer las cosa y se acostó sobre mi.- ¿Quieres hacerlo?

No respondí y solo rodee su cuello con mis brazos, Marco entendiendo la indicación comenzó a besarme, sentía como las manos de ese hombre trabajaban.-

Marco.- dije al alejarnos un poco.- Mañana...

No hables.- dijo Marco al alejarse de mi para quitarse la camisa.- No digas nada y deja que te demuestro lo mucho que me importas.

Caminar de tu manoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora