cαριтυƖσ 7

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Escogió un restaurante que no era muy caro, pues su novio siempre quería pagar las cuentas. Aún era verano y se sentaron en una de las mesas que el restaurante colocaba en la acera, a la orilla del río.

-Quiero saber cuándo los espíritus me dejarán dormir contigo otra vez -dijo  de buen humor. Jimin lo miró con ternura. Le había pedido que estuviera quince días sin ir al departamento y él había accedido, haciendo tan solo las protestas suficientes para que el menor entendiese cuánto lo amaba. También él, a su manera, buscaba los mismos misterios del Universo, si algún día le pidiese que se mantuviera quince días alejado, Jimin tendría que aceptar.

Cenaron sin prisa y sin conversar mucho, mirando las barcas que cruzaban el río y a las personas que paseaban por la acera. La botella de vino blanco que estaba en la mesa se vació y fue pronto sustituida por otra. 

Media hora después las dos sillas estaban juntas, y contemplaban abrazados el cielo estrellado de verano.- Fíjate en este cielo-dijo Taenmin, acariciándole los cabellos-. Estamos mirando a un cielo de millares de años atrás. Él le había dicho eso el día en que se encontraron. Pero Jimin no quiso interrumpir, ésta era la manera en que él compartía su mundo con el menor.-

 Muchas de estas estrellas ya se apagaron y, sin embargo, sus luces todavía están recorriendo el Universo. Otras estrellas nacieron lejos y sus luces aún no llegaron hasta nosotros.-

¿Entonces nadie sabe cómo es el cielo verdadero?- el menor también había hecho esa pregunta la primera noche. Pero era bueno repetir momentos tan agradables.-No lo sabemos. Estudiamos lo que vemos, y no siempre lo que vemos es lo que existe.

-Quiero preguntarte una cosa. ¿De qué materia estamos hechos? ¿De dónde vinieron esos átomos que forman nuestro cuerpo? 


Taemin respondió, mirando el cielo antiguo, fueron creados junto con estas estrellas y este río que estás viendo. En el primer segundo del Universo.

-Entonces, después de este primer momento de Creación, ¿no se añadió nada más? 


-Nada más. Todo se movió y se mueve. Todo se transformó y continúa transformándose. Pero toda la materia del Universo es la misma de billones de años atrás. Sin que un átomo tan siquiera haya sido agregado. Jimin se quedó mirando el movimiento del río, y el movimiento de las estrellas. Era fácil percibir el río corriendo sobre la Tierra, pero era difícil notar a las estrellas moviéndose en el cielo. 

-Taemin -dijo por fin el menor, después de un largo tiempo en que los dos se quedaron en silencio, viendo pasar un barco -. Deja que te haga una pregunta que puede parecer absurda: ¿es físicamente posible que los átomos que componen mi cuerpo hayan estado en el cuerpo de alguien que vivió antes de mí?  Taemin lo miró, espantado.

-¿Qué es lo que estás queriendo saber? - Sólo esto que te pregunté. ¿Es posible?- Pueden estar en las plantas, en los insectos, pueden haberse transformado en moléculas de helio y estar a millones de kilómetros de la Tierra.-

Pero, ¿es posible que los átomos del cuerpo de alguien que ya murió estén en mi cuerpo y en el cuerpo de otra persona? Él se quedó callado, por algún tiempo. 


-Sí, es posible -respondió finalmente.

Una música distante comenzó a sonar. Venía de una barcaza que cruzaba el río y, a pesar de la distancia, Jimin podía distinguir la silueta de un marinero enmarcada por la ventana encendida. Era una música que le recordaba su adolescencia y traía de vuelta los bailes en la escuela, el olor de su cuarto,  Jimin se dio cuenta de que Taemin jamás había pensado en lo que él acababa de preguntarle, y quizá en este momento estuviera procurando saber si en su cuerpo había átomos de guerreros vikingos, de explosiones volcánicas, de animales prehistóricos y misteriosamente desaparecidos.

Mɪ ᴏᴛʀᴀ ᴍɪᴛᴀᴅ ☯Donde viven las historias. Descúbrelo ahora