Forgotten «Yoonmin»

26. Can you trust me?

Taehyung esperaba impaciente a que Jimin apareciera. Pronto se cumpliría la hora, lo que sólo significaría que lo habían atrapado. Con angustia golpeaba su pie contra el suelo produciendo un sonido rítmico. Alguien lo tomó del brazo y casi grita de no ser porque reconoció a Jimin.

— Vamos Tae, hay que salir de aquí — el rubio lo siguió sin cuestionar absolutamente nada. Pasaron la concurrida calle tratado de ser invisibles y tomaron la primera avenida que los llevara al río Han.

— ¿Tienes lo que te pedí?— preguntó Jimin en voz baja.

— El celular — respondió Taehyung sacando el pequeño aparato del bolsillo de su abrigo — Toma — se lo ofreció — Se que no debería preguntar pero ... ¿Qué es lo que está pasando?

— Debo llamar a Yoongi hyung. Luego podré explicarte — El rubio lo miró con el ceño fruncido.

—¿Por qué quieres volver con ese im-

— ¿Confías en mí? — preguntó Jimin interrumpiendo y mirándolo directamente a los ojos con aire suplicante.

— Está bien — respondió el rubio rendido ante sus ojos de cachorrito perdido — Esperaré — Caminaron juntos por las iluminadas calles mezclándose con la multitud.

Jimin marcaba desesperadamente el número de Yoongi pero este no contestaba. Su interior rogaba que no lo hubiese olvidado porque sin él, estaba completamente perdido e indefenso. Después de muchas veces intentándolo una somnolienta y gruesa voz le contestó.

— ¿Quién llama?

— ¿Yoongi hyung? — Se escuchó un estruendo al otro lado de la línea, como si alguien se cayera al suelo.

— ¿Jimin? ¿Eres tú? ¿Estás bien? — respondió el peliblanco con la voz ahogada.

— Si... hyung... Soy yo... — mordió sus labios pensativo — Yo lo ... siento hyung. De verdad lo siento... ¿Puede usted perdonarme? y ... ¿regresar por mí?

El mayor prácticamente saltó de la emoción a pesar de encontrarse en el piso. Estaba esperando pacientemente por su pequeño ángel. Tratando de idear formas en que le pudiese explicar las cosas, incluso los horrores de los que era culpable. Su felicidad era tal que se había olvidado de responder.

— ¿Hyung? Yo... por favor no me... no me deje — pidió el menor con voz rota.

— Jamás lo haría Jimin — aseguró con convicción — ¿A dónde voy por ti?

— Estoy cerca de AMSA, vamos camino al rió Han. Pronto Taehyung deberá irse — El rubio le dió una mirada confusa. — Yo lo — y ni siquiera logró terminar pues Yoongi ya había cortado la llamada.

Llegaron a un solitario parque al lado del río. Jimin y Taehyung tomaron asiento.

— ¿Ya puedes explicarme? No entiendo nada y esto es bastante ... angustiante.

— Tae yo... alguien me quiere muerto — afirmó temblando levemente. — Y ese alguien estaba en la mansión hoy.

Los ojos del rubio saltaron — ¡¿Qué?! ¿Quieres decir que...

— Si Tae. La persona que busca deshacerse de mi hace parte de la familia.

Rápidamente le cuenta la llamada y le describe todo con sumo cuidado. Cuando finalizó llegó a una dolorosa conclusión.

— Hay alguien más involucrado. Conoce a los secuestradores. Pero no sé quién es. En la casona sólo estaban los Jeon y Hoseok — Tae negó inmediatamente con la cabeza.

— Hobi... no... él no podría, él es ... mi hyung no sería capaz de ello. Lo sabes mejor que nadie — Taehyung trataba de convencer a Jimin y a sí mismo. No podía negar que últimamente Hoseok se comportaba raro, pero lo amaba tanto que no lograba pensar en que algo así fuera remotamente posible.

— La verdad Tae — respondió tomando la mano del contrario — Es que no lo sé. No puedo recordar nada. Y lo único que entiendo a ciencia cierta es que tú y Yoongi hyung son todo lo que tengo. Son a quienes conozco mejor y les confiaría mi vida — Taehyung dejó escapar una lágrima rebelde. La situación lo sobrepasaba por mucho.

— ¿Qué harás? — preguntó limpiando sus lágrimas — ¿Puedo ayudar? — Jimin lo abrazó fuerte. Transmitiendo amor y confianza. Sabía sus preocupaciones, compartía su dolor y lo único que deseaba era ver a ese rubio feliz.

— Iré con Yoongi. Dejaré que se explique y luego... bueno — miró sus manitos. Realmente no tenía un plan, su cerebro pensaba que Yoongi lo arreglaría todo. Y ¿Si no era así? ¿Qué haría?

En ese momento un hombre alto, delgado y de piel lechosa se acercó a ellos. Habló en voz baja apenas se encontró al lado de la silla.

— Traté de que nadie me siguiera. Creo que aún no nos vigilan. Pero en la mansión prendieron una alarma. Creen que has sido secuestrado de nuevo Jimin — El menor lo volteó a mirar nervioso. No quería ser encontrado. ¿Por qué alguien se empeñaría tanto en hacerle sufrir?

Taehyung le dio una fría mirada a Yoongi y luego se volvió hacía el menor. — Debo irme para no levantar sospechas. Hyung estará buscándome —. Se levantó de la silla y se dirigió al peliblanco. — Si algo le pasa. Te mataré y no tendré piedad contigo.

A Yoongi se le helaron los huesos. La seguridad en su voz, le hacía saber que no mentía. No había una pizca de miedo en su expresión. — Moriría antes de permitirlo — Afirmó inquieto.

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Hoseok daba vueltas por toda la habitación. Taehyung no contestaba sus llamadas y la presencia de Jungkook lo ponía aún más nervioso.

— Qué haremos si... ¿se lo llevaron de nuevo? — preguntó el menor con los ojos aguados.

— No lo sé, Jungkook. No sé cómo lo encontraremos. Taehyung tampoco aparece. Y ¡Agh! — gruñó irritado.

— Pero hyung no podemos permitir que le pa-

— ¡Lo sé! — lo interrumpió el pelinarja exasperado — Esto es tu culpa Jeon. Te dije que no lo regresaras a la mansión. Que su vida correría peligro. Pero que hiciste ¡No escuchar! Te dedicaste al cortejo, en vez de pensar en su seguridad ¡Maldita sea! — Dio un golpe en la pared — Hubiera preferido que le contaras la verdad sobre Ji Eun. A pasar por esto de nuevo.

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Jimin entró en el pequeño apartamento mirando con curiosidad. Jamás habría creído que Yoongi viviría en un lugar como este de no ser porque el mismo lo trajo. Sólo había una pequeña mesa de centro resaltando la ausencia de muebles y de cualquier otra cosa. Una puerta que asumió pertenecía a la habitación y la diminuta cocina. ¿Qué es lo que ha sucedido?

— Se que no es mucho — dijo el mayor llamando su atención — Pero es lo más seguro que logré conseguir. Ser un fugitivo no es nada fácil.

¿Fugitivo?

— Por favor entra en la habitación, recogeré algunas cosas y entonces hablaremos.

Jimin entró encontrándose con una pequeña pero mullida cama en la que difícilmente cabrían dos personas. El cuarto tenía una pequeña ventana, no había closet ni baño sólo una mesita con muchos papeles sobre ella y un moribundo foco perteneciente a una lamparita.

Yoongi entró arrastrando los pies con un sobre gris en la mano mientras decía

— Por favor léelo con cuidado. Prometo que responderé todo lo que preguntes. Y te ruego ... confíes en mí — Su mirada arrepentida y suplicante le aseguró que no se movería de aquella habitación en toda la noche.

¡Hola queridos lectores! Ya casi estamos en el final de los finales. Si tienen preguntas no olviden que ¡Comentar es gratis! . ¡Los adoro! Nos leemos MUY pronto.