27. Here we go again

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⚠️ ¡Aviso! ¡Contenido sexual! ¡Si eres una persona sensible y pura mejor omitir! ⚠️

Jimin leía los papeles con atención llorando profusamente. El dolor era tan fuerte que lo desgarraba desde el interior y temía romperse de manera irreversible. Después de un largo rato, dejo las hojas en la cama y observó a Yoongi directamente. Este tenía una mirada oscura, arrepentida y llena de dolor. Al parecer se sentía igual de destrozado.

— ¿Tú... tú pla-planeas-te esto? — le preguntó tartamudeando.

— Yo no... yo no sabía que era tú... — respondió rompiendo en llanto — No tenía ni... la menor idea de que el elaborado plan que nos salvaría te involucraba — se cubrió el rostro con las manos tratando de ocultar la profunda vergüenza que sentía.

— ¿Sal-varnos? — cuestiono el pelinegro con ojos curiosos.

Yoongi volteó su cabeza a la pared pues no era capaz de mantener la mirada a Jimin. Se sentía como la mierda y no habría forma de que la sensación se alejara.

— El jefe aseguró que nos liberaría, que dejaría en paz a Jin y Namjoon e inclusive a mí si le traía la cantidad suficiente. Yo podría seguir viviendo de aquella forma algunos años más, pero sé que Jin estaba llegando a su límite. Sus ojos habían perdido el brillo y su sonrisa se desvanecía cada día más. El atender jóvenes destrozados y tener que someterlos lo estaba matando. Namjoon le seguía de cerca, pues no veía nada más que dolor en su pareja y eso lo estaba destruyendo también. Nada justifica lo que hice, pero ellos valían el intento. 

— ¿Y entonces tu...

— Hice lo que fuera necesario. Como era mucho dinero, le pregunté si sugería algunos objetivos y yo haría todo lo demás —. Suspiró — Días después recibí exclusivamente perfiles, nada de nombres o identidades. Para mi desgracia elegí al más prometedor, sería secuestrado y asesinado con facilidad, sin dejar cabos sueltos y todas sus riquezas podrían ser compradas y cedidas a una de las tantas empresas que pertenecen al jefe. Era un trabajo fácil nada que no hubiese hecho antes — Su respiración se ahogó y las lágrimas se abrieron paso de nuevo.

— Yo jamás pensé que serias... jamás imaginé que tú eras aquel hombre —. Sus ojos regresaron a Jimin mostrando intenso dolor.

— Lo dijiste bien hyung. No tenias ni la más remota idea de que fuera yo — respondió el pelinegro, tratando de aligerar su culpa. Las cosas estaban mal y era consciente de que el dolor continuaría. Aún así nada sería solucionado a menos que atrapen a todos los involucrados y su única certeza era que aquel hombre que tenía enfrente estaba arrepentido.

Tomó la mejilla contraria, teniendo el pleno conocimiento del sufrimiento y de la agonía en la que se encontraba Yoongi. Se acercó a él con el rostro húmedo por las lágrimas, besándolo lenta y suavemente con todo el cariño que albergaba en su corazón dejando fluir el dolor.

Yoongi gimió desconsolado sobre sus labios y susurró — Perdóname por favor... yo de verdad lo siento — Las lágrimas mojaron su rostro de nuevo — Te amo. Como jamás pensé amar a nadie, no podría vivir sin ti por favor... perdóname.

Aquella sincera y adolorida disculpa fue lo único que necesitó Jimin para dar rienda suelta a todos los sentimientos que había estado guardando. Con parsimonia se movió hacia el regazo de Yoongi y se subió en este dando un golpecito suave sobre sus muslos.

El peliblanco lo sostuvo con delicadeza de la cintura y lo acercó a un más como si temiera perderlo entre sus dedos. Los besos suaves aumentaron su intensidad, subiendo la temperatura de la pequeña habitación haciendo las ropas innecesarias.

Jimin removió la camisa de Yoongi lentamente, deleitándose con el blanquecino pecho a la vez que atrapaba sus propios labios entre sus dientes. El mayor le contempló con una angustia y arrepentimiento que no lo abandonarían jamás. El pelinegro se separó quitando su propia camisa con facilidad esperando la reacción de su contrario.

Yoongi liberó todo lo que sentía, dejando a un lado el sufrimiento y abriendo paso a la lujuria. Una sonrisa sensual mezclada con más lágrimas se asomó en sus labios, que comenzaron a repartir pequeños mordiscos por toda la mandíbula de Jimin, bajando lentamente por su cuello y depositando tiernos besos en sus clavículas.

El menor inició un suave vaivén de caderas que alteró sus respiraciones, permitiendo el escape de ahogados jadeos de sus bocas. La temperatura siguió aumentando y los besos no cesaron. Con el pasar de los segundos las regordetas y pequeñas manos de Jimin se situaron sobre la creciente erección de su hyung, desabrochando con rapidez el botón y bajando la cremallera para liberarle.

Yoongi gimió metiendo sus manos en los bolsillos traseros del pelinegro y apretando su culo con fuerza. En reacción el menor introdujo su mano en los bóxers y comenzó a masturbarlo rítmicamente. El peliblanco lo separó regalándole una mirada lasciva y lujuriosa. Con una velocidad impresionante despojó al menor de sus pantalones se puso en pie y se quitó la ropa restante. Gateando sobre la pequeña cama en dirección a Jimin que instintivamente se había movido hasta la cabecera.

— Te amo — susurro el mayor mordiendo el lóbulo de su oreja mientras se ubicaba sobre él. — Más que a mi propia vida.

Jimin le analizó con calma, tratando de buscar algún rastro que le dijera que mentía, pero finalmente no lo encontró. Correspondiendo tomó el empalme de su pareja, poniendo rápidamente el preservativo y alineándolo con su rosada y palpitante entrada. Involuntariamente Yoongi se movió pero el menor no le permitió alejarse.

— Espera necesi-tamos lubri- — fue interrumpido por una apasionado beso de Jimin al tiempo que este se empujaba hacía adelante sobre su erección.

Yoongi entró lentamente tratando de no lastimarlo, el menor lo apretaba con fuerza, desencadenando en él una sensación embriagadora, casi celestial. Mirando a los ojos de Jimin que se encontraban brillantes por las recientes lágrimas supo que estaba perdido y que esperaría toda la vida de ser necesario para estar siempre con él .

Un gutural sonido escapó de sus labios cuando el menor se movió, dando paso a embestidas profundas y lentas. El ritmo aumentó conforme el tiempo pasaba y los gemidos de Jimin se hicieron cada vez más fuertes.

El menor rogaba por más de forma suplicante a medida que Yoongi se estampaba contra él con más fuerza. Aquella sensación prácticamente olvidada para ambos se construía vertiginosamente en sus vientres y se apoderaba de todo su cuerpo con rapidez.

— Yoon... yoon-gi — trató de llamarlo el menor para que dejase su cuello y le mirase a la cara. En el momento en que sus ojos se encontraron Jimin estalló en un arrebatador orgasmo que lo dejó sin aliento, siendo acompañado por Yoongi algunas embestidas después.

Mientras sus respiraciones se regularon,  el peliblanco no hacía más que susurrar contra su piel tiernos Te amo, solo con la intención de asegurarle que era todo lo que deseaba.

Yoongi abandonó su interior no sin antes moverse un poco sacando pequeños jadeos y risitas del menor. Se acostó de lado abrazándolo con firmeza y diciendo

— Eres lo más preciado que tengo. Mi única razón para existir — Antes de caer profundamente en los brazos de Morfeo.

— Lo sé, cariño. Lo sé — Había respondido Jimin sin darse que cuenta que ya se encontraba dormido. 


¡Hola! Les traje intento de... pues porque... ¡ay! que mejor forma de una profunda y contundente reconciliación que esa. Nos leemos MUY pronto. Los quiero mucho y gracias por tanto amor. 

Forgotten «Yoonmin»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora