Capítulo I

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El macho envestía con fiereza a la hembra que se retorcía debajo de él, eso era lo que necesitaba, sentir la piel caliente de una mujer azotar contra la suya en busca de un alivio que aunque anhelaba por más que buscaba no conseguía aplacar.

Por lo menos mediante el sexo su mente no le jugaba malas pasadas y su atormentada cabeza estaba por unos momentos ocupada.

—Si, Wraith —gimió la hembra con la que compartía sexo—, me gustas justo así, tan duro.

Wraith no prestó atención a sus palabras, buscaba el tan anhelado placer que los haría a ambos sentirse en el nirvana y en el inframundo. Sintió a la hembra apretarlo en su interior a la vez que se removía como poseída entonces se vació en su interior gruñendo.

Maldijo al no sentir eso que ansiaba fervientemente y salió de ella mientras que la hembra se giraba dedicándole una sonrisa gatuna sin embargo él la ignoró recogiendo sus pantalones y colocándoselos para luego salir de su campo de visión hasta la puerta.

— ¡Te estaré esperando...! —gritó Violet desde su cama—, mañana —culminó después de que la puerta fuese cerrada con cierta violencia por el macho quien pudo escucharla gracias a su increíble audición.

Wraith gruñó por lo bajo frunciendo el ceño.

¿Qué le pasaba? ¿Por qué se había acostado con Violet cuando había jurado no acostarse nunca más con hembras frágiles?

Ella era la antítesis de todo lo que le gustaba de una hembra salvo por el sexo caliente que habían compartido, ella era una de las hembras más jóvenes y por ende estaba llena de esperanzas e ilusiones tontas que toda chiquilla podía tener. Violet North era una hembra regalo que habían rescatado un año antes que a él, ella no era como las otras hembras regalo temerosas y con reticencia hacia cualquier cosa que tuviera pene pero pese a eso Violet si era toda dulzura y si los comentarios que había escuchado antes eran cierto la hembra estaba buscando emparejarse cosa que por sobre todo él no quería hacer.

Ella quería casarse como las hembras humanas y formar una familia pese a que no pudiera tener hijos algo que lo erizaba más que la muerte.

Todo ese rollo del emparejamiento le ponía los pelos de punta por eso no quería darle la impresión equivocada a esa hembra, él nunca repetía.

¿Entonces por qué lo había hecho?

Justice lo iba a matar si se enteraba, él se había encariñado de ella junto con su compañera tanto incluso que la llamaba su cachorra y le espantaba a cualquier macho que estuviera detrás de ella.

Se maldijo una vez más gruñendo con fuerza, todo era culpa de esa maldita hembra humana, ella lo había llevado a eso, lo había puesto al límite con sus persecuciones y él se había desquitado con Violet quien no se merecía aquello.

¿Cómo le diría que no la vería más?

¡Se iría al homeland!

De ese modo mataba dos pájaros de un solo tiro alejándose también de su acosadora humana.

No.

A él no le gustaba el homeland, ni estar rodeado de fastidiosos humanos y mucho menos era un cobarde asumiría las consecuencias de lo que había hecho con Violet.

Mientras caminaba en dirección a su casa con la cabeza llena de preguntas un olor familiar lo envolvió por completo haciéndolo gruñir.

Era ella.

Esta humana en la zona salvaje que claramente sabía que no podía pisar.

Furioso casi corrió al lugar de donde provenía su aroma pero de pronto sintió otro olor que hizo que se detuviera por unos segundos hasta que casi voló hasta el río donde estaban.

Wraith (4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora