Capítulo XXX: i'm just too good at goodbyes

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Jazmin revolvía la comida sin ganas, esperando a que Javo llegue. Ella estaba almorzando en una de las mesas del restaurante, mientras hablaba por teléfono con Lolita, cuando lo vio entrar por la puerta de adelante. Saludó a los empleados y le hizo señas al mozo para que le preparara lo de siempre para el almuerzo.

-Hola, Cacho- la saludó a Jazmín, que estaba ojerosa y destruida, escuchando a Lolita en el celular.

Apenas había dormido la noche anterior. El único momento en el que pudo conciliar el sueño fue cuando sus ojos se cansaron de llorar. De ahí que ahora estuviesen enrojecidos.

-Perdón- le dijo cuando cortó el teléfono-. Te hubiese pasado con ella pero estaba apurada.

-Ah, que graciosa que estás.

Jazmín rió con amargura.

-Pasa que justo me llamó porque puse a la venta todos los retratos que tengo de Florencia de Inés y de Paula- le comentó-. No los quería vender y ella me dijo que no iban a tener éxito. Pero parece ser que hay un par de compradores interesados.

Jazmin hablaba con un tono monótono y falto de emoción. Su mirada encajaba perfectamente con la falta de interés. Estaba vacía e ida.

-¿Posta los vas a vender?- le preguntó su amigo, sorprendido-. Pensé que no querías.

Jaz se encogió de hombros.

-Tenes una caripela- le dijo Javo, tratando de animarla, pero la mirada de Jazmín seguía igual- ¿Me vas a explicar qué pasó?

-Me separé.

Javo no dio crédito a sus oídos.

-¿Qué? ¿Cómo?

-No importa como- aseveró la otra-. Solamente se que me separe y lloro porque... porque tal vez sea lo mejor.

Javo no entendía nada. El sentido común le escapaba al absurdo en el que creía Jazmín; que a pesar de estar triste por la separación, era lo mejor que le iba a pasar.

-Pero no entiendo- trató de comprender-. ¿Es bueno que esto esté pasando?

-No se, Javo, no quiero ni pensar en el tema- replicó Jaz-. Solamente me quiero ir lejos, bien lejos.

-¿E Inés?

-Me la quiero llevar conmigo.

La puerta del frente del restaurante se abrió de golpe y Jazmín vió como una mujer alta, con el pelo castaño claro y una enorme panza de embarazada caminaba a toda velocidad hacia ellos.

-¿Llego tarde para el desayuno? Pregunto porque si no terminaron lo más probable es que te atragantes con lo que te voy a decir.

Jazmín se paró sobresaltada al ver a Lucía echando humo.

-Para, para- la defendió Javo a su amiga-. No le hables así.

-Le hablo como se me canta porque cagó a mi hermana- le espetó Lucía.

Jazmín al escuchar esto abrió los ojos como platos. De la última de las personas a quien creía que Flor iba a confiar eso era a Lucía. Y le dolió que la dejara así de mal parada.

-Lo que haya pasado entre Florencia y yo no lo voy a discutir con vos, Lucía- le advirtió Jazmín-. Y tampoco me parece que te metas en el meido cuando no tenés idea de nada.

-Mira, querida- empezó Lucía-. Nunca me terminaste de caer bien, vos. Y vos tampoco, Javier, a decir verdad. No nos engañemos más. Yo te lo adverti. Si le hacías algo a mi hermana te las ibas a ver conmigo. Nunca pensé que efectivamente eso iba a pasar porque no me imaginé jamás que harías una cosa así. Pero bueno, acá estamos.

Nada nos va a separar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora