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La segunda vez que me atreví a acercame a ti, fue un viernes por la noche, tus cabellos estaban brillando por la luz de aquel farol, tus ojos no tenían ningun brillo, y antes de poder acercarme estuve un tiempo mirándote, sólo sonreías cuando un hombre se acercaba, pero siempre era forzado. Si tanto asco te daba hacer eso ¿Por qué lo hacías? Aunque eso sólo me dio más razones para protegerte. Caminé lentamente llenándome de valor, parecía una jovencita enamorada, llegué hasta donde estabas y te invité a tomar algo, levantaste tu cabeza y me miraste directo a los ojos, mi corazón latía tan rápido que pensé que se saldría de mi pecho, contestaste con la voz calmada que lo que hacías no era gratis. No sabía qué responder a ello así que simplemente me di la vuelta y me fui. Cobarde, eso fui.

Ángel 『KaiLen』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora