Len... ¿Sabes algo? Nunca podré dejarte ir mientras esté vivo y sinceramente espero que en algún momento pueda volver a sentir tu presencia acompañándome para así no sentirme tan sólo y perdido.
Te confesaré, amor y vida mía, que antes nunca creí en las palabras de las personas cuando decían que necesitaban de otro para estar felices, creí que eran patrañas y cursilerías de las parejas enamoradas hasta que me pasó a mi, he sentido con mucho dolor tu partida y la amargura ha invadido en mi vida como si fuera su deber.He pasdo mucho tiempo preguntándome cómo te encuentras, si te tratan bien ahí donde sea que estes, espero sinceramente que nadie te esté haciendo daño, cariño, porque si es así le haré pagar con creces todo, pero me tranquiliza pensar eso que siempre me hiciste tener en cuenta a cada momento hasta con una simple respiración tuya.
Por ti me volvería un asesino ¿O te parece que es demasiado? Porque si tu no lo apruebas no lo pensaré nunca en mi vida. Una de las tantas cosas que mi pareja no ha podido lograr es que haga caso a unas cosas que me dice y pide que haga, contigo cualquier cosa era una orden para mi, y me alegra decir que soy y siempre seré tu fiel servidor, a ti mi hermoso rey.
Por mucho tiempo he pensado en qué pasaría si no tuviera a mi pareja a mi lado, si me dejara, sé que me sentiría mal aunque nada podrá alguna vez ser comparado contigo, todo lo tuyo supera con creces todas las expectativas y leyes del universo, porque siempre fuiste un ángel enviado a este mundo cruel como si tu sóla existencia era algo completamente simple sabiendo el Dios mismo que nunca nada podría ser tan perfecto como tu.
Uno de los peores momentos que aunque es uno de los que más recuerdo, uno de los que casi todas noches acechan mis sueños y roba mi sueño haciéndome desperatar llorando.
La noche estaba completamente clara, no sabía si era una buena idea salir al patio pero tu querías y no podía decirle que no a esa carita tan tierna, así que llevamos unas mantas con algunas almohadas. Nos habíamos acostado en el sobre la manta, tu con tu cabeza recostada en mi brazo y yo acariaciando tus cabellos tan hermosos como el oro.
Empezamos a hablar, mirando las estrellas y riendo de las cosas que salían de nuestros labios pero todo se arruinó cuando un hombre apareció, era un hombre que estaba completamente sucio y tenía una pistola apuntando a nosotros mientras temblaba, gritó muchas cosas pero sólo podía concentrarme en la mirada de terror en tus ojos, me miraba con terror y yo sólo me quedé ahí sin hacer nada, hasta que volví a la realidad al escuchar el sonido de un disparo, todo pasó tan rápido.
El disparo.
El brillo de tus ojos desapareciendo.
El terror que sentí dentro de mi ser.
La rabia.
La ira.
Pero todo quedó olvidado cuando sentí en mis manos lo tibia que se encontraba tu sangre, te tenía recostado en mis piernas, aún no sé cuándo había hecho eso, acaricié con fervor tus cabellos esperando que te tranquilizaras, susurré cosas lindas a tus oídos porque no tenía ganas de hacer que te apartaran de mi lado, sabía que lo vecinos habían llamado a la policía y que muy pronto estarías bien.
Pero cuando me di cuenta ya te habías ido.
NO ESTARÍAS MÁS CONMIGO
No podía aceptar la idea y desde ese entonces yo tuve que tomar medicinas, Gakupo me tuvo internado por al menos un año, la pasé dentro de cuatro paredes blancas tomando pastillas para que mis ataques de ira no ocurrieran tan seguido.
Tu muerte fue lo peor que pudo haber ocurrido y siempre llegan las preguntas que nunca podré responder como "¿Qué hubiese pasado si no hubieramos salido?" o "¿Y si ese hombre no hubiera aparecido?"
Pero nada de eso te devolverá la vida.
Y todos dicen que debo de aceptar tu partida pero no puedo, porque todo se ha vuelto tan cansado sin ti, aún en los días que debería de estar feliz algo me hace recordarte, entonces el dolor de tu ausencia se vuelve completamente insoportable.
Tu muerte ha sido el peor momento de mi vida que nunca podré borrar... Me tranquilizo con el pensamiento de que te encuentras en el cielo con una sonrisa.
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Ángel 『KaiLen』
Fanfiction"Siempre estás ahí, en aquella calle tan peligrosa como si nada te puede dañar aún teniedo tu hermosa apariencia pequeña y fragil que me hacen sólo querer protegerte" Donde Kaito se enamora de Len, un gigoló.