12 (Largo)

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¿Recordarás nuestra primera vez? Porque yo la recuerdo a la perfección, la suavidad de tu piel, como mis dedos tocaban cada parte de ti. Era de noche, la luna estaba en su punto máximo mientras tu y yo hablamos de cualquier tontería que pensaramos, aunque para mi cualquier cosa que saliera de tus labios nunca sería una tontería.

Lentamente me acerqué a ti, mis brazos empezaron a rodearte la cintura y tu giraste un poco para verme, nos acercamos mucho y pude sentir tu respiración sobre mis labios. Sentía tantas cosas dentro de mí que me era imposible en ese momentos saber que eran pero ahora te digo con toda la seguridad de que lo que sentía era amor.

Te besé, mis manos exploraron dentro de la camiseta que te di, te quedaba grande que parecías un pequeño niño, tan tierno. Tocabas con tranquilidad mi cabello, sonreíamos entre el beso. Pero necesitabamos más del otro.

Mis manos estaban inquietas, tocaban con libertad todo tu pecho, te quité toda prenda de tu cuerpo, besaba tus labios, baje dejando un camino de besos por tu cuello y llegué a esos hermosos bontoncitos rosados que me llamaban y clamaban por mi atención, los mosdisquié a mi antojo sin objeciones tuyas, subí de nuevo a tu cuello, dejé mis marcas de que eras sólo mío.

Tu empezaste a quitar mi camiseta, eras muy travieso, mi amor.

¿Sabes lo mal que me sentí cuando miré que ibas a llorar? ¿Sabes cuántas preguntas pasaron por mi mente? "¿Hice algo mal?" "¿Voy muy rápido?" "¿Debí de esperar más tiempo?" y más pero tus sollozos habían hecho que todo en mi mente se dispersara como si de una nube humo se tratase.

Te recostaste sobre mi y presionaste tus manos sobre mi pecho, luego comprendí, o eso quiero creer, no sé si alguna vez sabré la respuesta de aquello, pero pensé que era porque tenías miedo de que yo te dejara, que me apartara y te dejara sólo de nuevo.

¿Alguien ya te había lastimado?...

Tomé tus manos, las besé y acerqué a mi rostro, esos hermosos mares que tenías por ojos no tenían comparación y nunca la tendrán, me miraste con miedo, temor, lo entendí pero me dolió.

¿Acaso yo era uno más? ¿No te había demostrado mis sentimientos? ¿Qué debía hacer para que eso cambiara?

Esperé a que tu respiración se calmara para decirte con todo mi ser "Len... Podemos esperar, no te dejaré por nada del mundo. Seamos felices juntos" Sonreí y tu igual, limpié tus mejillas con los pulgares de mis manos.

Te volví a besar, poniendo en esa acción todos los sentimientos que tenía hacia ti, esperando que ese beso no quedara como otro más para ti, todo lo que hacía era por ti.

Con más confianza nos decidimos de la demás ropa, besé cada parte de ti, todo tú eras perfecto y eras sólo mío.

¿Por qué ya no lo eres? ¿Por qué ya no estás conmigo? 

Tus manos se enredaban con mi cabello, te sentía tan cerca de mí, en cuerpo y alma. Me sentía completo ahí.

Un dedo mío en tu entrada, se sentía como el cielo cuando gemías. Dos dedos y besaste con un deseo y lujuria mis labios de una forma insana. Tres dedos y te penetré luego de eso.

Salía y entraba con tanta fuerza, eras completamente mío y de nadie más. Tus gemidos eran como un canto angelical para mí, los sonidos de nuestras pieles chocando con rapidez eran fuertes y los gadeos que se escapaban se tu boca eran hermosos.

Toqué tu miembro con fervor, pedías piedad diciendo que era demasiado para ti pero sabía que lo disfrutabas como yo e incluso más.

Llorabas del placer, tu cara y cuerpo pedía más y más. En un momento tu estabas sobre mí dando saltos para complacernos, tus labios entreabiertos, tus mejillas sonrojadas y la mirada de inocencia que tenías es una de las mil y una imágenes de ti que nunca olvidaré aunque si haciéndolo ganaría y aunque si debiera para no perder la vida, te digo, alma mía, que espero a que el amo del infierno me reciba con los brazos abiertos porque por ti iría hastael incio de los tiempos, al final de los mismo, al cielo o el infierno, a los lugares más recóniditos del planeta y el universo sólo por ti.

¿Entonces por qué no lo hago?...

No lo sé, simplemente no lo sé. Algo simplemente me mantiene en este lugar estático, pasándo el resto de mi vida con una persona que no es para nada similar a ti. Espero sinceramente que en la próxima vida no pase esto, que no ocurra lo que pasó esa noche. No pude hacer nada para detenerlo y me siento como una de las peores personas de este mundo por esa misma razón.

Todas las cosas que prometí y no cumplí son una de las grandes cargas que llevo en mis hombros, son cadenas que me impiden seguir con mi camino en esta vida que no tiene ningún sentido en absoluto sin ti en ella. Me he estado sintiendo como un extraño en mi propia casa, me he sentido como si mi pareja se alejara cada vez más de mi pero no me duele para nada, como si no fuera alguien en mi vida pero sé dentro de mi que no es así, que yo soy quien deja pasar los pequeños detalles que tiene conmigo, ya sea las cosas más pequeñas de la vida cotidiana siempre tiene algo que ver en ellas. Las cosas más sencillas y que muchos dejamos pasar de largo a como yo hago ya sea despertar, mi mira descansar mientras que cuando despierto me encuentro con su lindo rostro sonriente, y es simplemente lindo porque todos los momentos de mi vida que han sido perfectos han sido a tu lado.

¿Debería dejarte ir? ¿Me ayudarías a hacerlo? ¿Cómo puedo lograrlo?

Si lo hago dejaré la otra mitad de mi irse como el aroma a rosas y fresas en el viento, ese delicioso aroma que desprendías por todos lados y el que amaba tanto, con el que despertaba todas las mañanas cuando me quedaba contemplando tu belleza.

Como la mañana del día siguiente cuando estuvimos juntos en alma y cuerpo. Cuando sentí cada parte de ti, probé todo tu cuerpo y tu me dijiste que nunca habías estado tan feliz en tu vida como en ese momento.

Te amo y siempre lo haré, mi ángel, te protegí pero fallé en uno de los momentos más cruciales de todos.

¿Podrías perdonarme?...

Ángel 『KaiLen』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora