Ángel 『KaiLen』

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El tiempo pasaba y yo no podía dejar de pensar en ti, intenté de todo para hacerlo pero me era imposible, tus movimiento de cadera, la forma en que sonreías, así que aquella vez me había llenado de valor para volver donde estabas. Las personas te miraban con deseo, pero yo, yo lo único que quería era poder tenerte conmigo para dejar de lado el mundo y que no hicieras cosas así nunca más, porque un ángel como tú no debería hacerlo. Caminé directo hacia ti y con un fajo de dinero te lo di en las manos, tu mirada parecía triste, quiero pensar que es porque no te esperabas eso de mi aunque tal vez ni siquiera me recordabas y estabas triste de muy probablemente hacer esas cosas tan sucias por las que te pagaban.

Tu voz salió finalmente luego de unos momentos, recuerdo tan bien aquel momento como si hubiera sido hace unos momentos... Cómo deseo que al menos estuviera pasando de nuevo para poder habido cambiar el futuro, no sabes cómo me arrepiento de muchas cosas, una de ellas tiene que ver contigo, mi amor... Lo lamento. Tu voz había hecho un lío en mí, pero al final subiste conmigo a mi auto, porque sí, tenía un auto pero no lo usaba sólo por verte y caminaba demasiado por ese simple capricho. Llegamos a mi casa, tu mirada era una sorprendida, tal vez no acostumbrabas que te llevaran a sus casas. Bajamos y entramos, te hice sentarte en el sillón de la sala y luego dije con una confianza que no sé de dónde salió porque lo que quería era temblar a como estaba por dentro "No quiero hacer ese tipo de cosas, sólo quiero que me des la oportunidad de conocerte". Unos segundos pasaron hasta que sonreiste, fue la primera sonrisa real que vi de ti, si supieras la alegría que sentí "Está bien, pero... Te aseguro que te decepcionarás" tus ojos lucían cansados pero una chispa brilló por un momento cuando te respondí "Estoy seguro que no lo haré" Mi sonrisa seguro era rara, ni siquiera sé si pude sonreír.

Te dije que durmieras, intentaste devolverme el dinero pero era tuyo ya, no lo quería de vuelta, te miré mientras dormías, cuidé de tus sueños por primera vez y no fue la última, gracias por haberme permitido tal placer. A la mañana siguiente te fuiste, pareció un sueño pero fue tan real que puedo asegurarlo.