El noruego sentía como si aquél día hubiese sido un completo sueño, y es que todo había pasado tan rápido que ya era casi medianoche, pero él seguía en pie.
—¡Tord, ya duérmete! —se escuchó por parte de su padre, así que “obedeció”, apagando la luz de su cuarto, dejando el móvil a un lado de la almohada y observar a la nada mientras intentaba dormise, ya que no esperaba en lo absoluto un mensaje por parte del británico.
Mientras observaba el techo que, estaba levemente iluminado gracias a la luz de las farolas colándose por sus cortinas, creyó que sería bueno pensar un poco las cosas, no quería dejar a Tom así como así.
O bueno, tal vez no quería aceptar realmente lo que era y temía miedo de salir a la luz.
00;00 am.
No, no había pasado nada. Bufo, ya que tenía aún una leve esperanza de que le mensajeara, aunque ya se había desvanecido. Justo en aquél momento, como si la vida lo amase, su móvil vibró. Con los ojos totalmente llenos de ilusión, lo desbloqueó rápidamente.
“Por primera vez experimenté lo que por mucho tiempo imaginé, tú hablándome y mirándome, nunca lo habías hecho, y no me molestaría que aquellos lindos ojos esmeralda que tienes se posaran sobre mí, aunque no con la intención de amistad. Lamento si soy muy sincero, pero al final, ese era el punto, ¿No?
No voy a presionarte ante nada, tranquilo. Te quiero muchísimo, aunque me ignores.
Y no, verte en persona no significará que deje de enviarte mensajitos, buenas noches♥”
Terminó de leerlo e inconscientemente sonrió. Ante aquello solo se hizo pensar una cosa;
No podía seguir ocultándose, le gustaba Tom, su actitud y su todo. Era estúpido negarse, o seguir con la idea de “estoy confundido”.
Está de más decir que aquella noche durmió como bebé, sonriendo, esperando al otro día. Ya tenía todo planeado, ya que había considerado todo lo que haría mañana.
•••
—Edd, ¿puedo hablarles de algo?—se acercó el ojinegro, un poco sonrojado. El nombrado sonrió, se sentía como el mismo cupido en aquél momento.
—¡Claro, Tim!—se adelantó el pelinaranja.
El de azul suspiró—Tom, Matt, no Tim—sonrió—en fin, eh... ¿T—Tord no nombró nada? Es q—que solo estoy un poco nervioso... Hehe.
—Uhm, no. ¿Por qué, sucedió algo?—dijo el de verde, un poco inseguro.
—No... Sólo, eh, dijo que lo pensaría. En fin, sólo quería saber eso, gracias—respondió, antes de suspirar, y salir de allí. No solía estar triste, pero aquél día estaba un poquito desanimado, era cosa de ver su expresión.
Aún quedaban diez minutos para que la campana de entrada sonara, así que salió al pasillo principal, con la mirada gacha. En aquél horario, el noruego solía estar ya, y aquél día no había hecho presencia, así que el británico infirió que no había asistido aquél día. Se sintió un poco desilusionado, realmente pensó que podría tener una oportunidad.
Observaba sus zapatillas, hasta llegar a un lugar no muy transitado de la facultad. Levantó la vista, y notó donde estába, iba a voltearse y retroceder, pero alguien haciendo contacto físico con él se lo impidió. Había absoluto silencio, pero por el aroma a perfume en el aire, y los brazos que le rodeaban le hicieron deducir quién era.
—¿Tord?—intentó sonar seguro, pero por dentro estaba hecho un manojo de nervios.
—Yo... Realmente lo lamento, Tom—se acurrucó en la espalda del mayor— no quise decir eso ayer. En realidad no quiero un tiempo, ugh, simplemente no supe actuar. T—Tú... Realmente me gustas. Y lo sé porque... En realidad nunca conocí tu físico, hasta ayer, y siento la necesidad de tenerte conmigo, amo como me tratas. Me gustas por tu forma de ser, y eso c—creo que es algo sincero.
El más alto se sentía sorprendido, feliz, y nervioso. Horriblemente nervioso. Aunque eso no impidió que siguiera jugando con la actitud sumisa y avergonzada del menor.
—¿Me estás aceptando indirectamente?—sonrió, y luego posó sus manos sobre las del de rojo.
—¡Cállate, sé que eres capaz de captar las cosas!—se ocultó más en la espalda del castaño.
Éste rió, y, con más seguridad que antes, quitó las manos de Tord, separándose, para luego voltearse y quedar frente a frente. El rostro terriblemente sonrojado del comunista le producía tanta ternura, que sintió su corazón latir con fuerza.
—Entonces—habló con gracia, tomando del mentón al chico, obligándole a verle fijamente— ¿Me correspondes?—alzó una ceja, acercándose peligrosamente al más bajo.
Y, como si todo temor se fuera, Tord acortó los pocos centímetros que quedaban entre ellos a cero, uniendo sus labios ahora sí en un beso extenso, tierno y delicado. Posó sus manos en las mejillas del de azul, acariciandolas con sumo cuidado. Terminaron separándose por falta de aire, pero eso no logró callar al menor.
—Yo sé mi desicion, tú tómate eso como quieras—le sonrió, coqueto, guiñando un ojo, para luego abandonar el lugar al escuchar la campana que indicaba la entrada a clase.
El ojinegro iba a quedarse allí, embobado, pero reaccionó tomando la muñeca del rubio oscuro, tirándole hacia él, repitiendo el acto, besándolo.
—Entonces, sí—dijo tontamente el británico.
—Ya, que sí. Ahora vamos a clase antes de que se haga tarde—rió, tomando la mano del contrario, entrelazandola con la suya.
A todos les sorprendió verlos entrar de la mano al salón, a excepción de dos chicos, quienes se miraron victoriosos.
Mencanto escribir mierda Gei kdsirles
Ahora supongo que voy a terminar todos mis fics antes de empezar otro:'
¡Gracias por leer!
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00:00 =TomTord= CONCLUIDA.
FanfictionDonde Tord recibe un mensaje todos los días a media noche, pero, ¿De quién?