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Era Miércoles, y el par de amigos de Tord no había ido, ¿Por qué siempre era él quién asistía aunque se estuviera cayendo el cielo?






Estaban en clase de física, una extrañamente divertida pero complicada para el chico extranjero, quien se estaba cansando de escuchar a su profesor hablar de fuerzas, y de que los elementos, y la gravedad.






Aprovechando que se sentaba penúltimo, vió su móvil por debajo de su banco. Quedaba un cuarto de hora.






Suspiró.






Observó su alrededor, y vió la cantidad de bancos vacíos que había, eran treinta y cinco alumnos y alumnas en total, y aquél día no debía haber más de quince o dieciséis. Estaba odiando a sus amigos en ese momento.






Pareciera que observar durante un rato algún punto fijo aceleraba el tiempo, pues fue receso. En realidad, hacía frío, y dejaban quedarse en los salones gracias a la lluvia, así que simplemente sacó su móvil y los audífonos. El día parecía estar triste, pero él no, en realidad, nunca tuvo esa etapa depresiva que todos sus conocidos tuvieron en la adolescencia, al menos no hasta ese momento. No quería tampoco, se veía horrible.






Le importó poco que fueran apenas las diez menos cuarto de la mañana, mensajeó al chico que le hablaba seguido, estaba aburrido y no tenía con quién hablar






—hola desconocido






Respondió en cosa de segundos.






¿Te picó algo?—






—Eh, no ¿Por?






Se siente extraño que seas tú quien me hable primero—






—Pues estoy aburrido y tengo frío


—:D






Ow, si no fuera algo tímido iría a abrazarte, te juro—






—ENTONCES VEN INÚTIL ME ESTOY CONGELANDO






Te acabo de decir que no—






—No quería venir a clase






yo tampoco—






Abrió los ojos como platos y notó lo estúpido que era.





—HEY






Qué—






—¿Vas en mi salón?






no—






—¡Vas en mi salón!






QUE NO—






Levantó la vista, mirando hacia todos lados, casi desesperado, pero todos estaban igual, en el móvil. No había ningún sospechoso.






O sea sí, todos eran sospechosos. La mayoría de los chicos de su salón eran más altos que él, y era un maldito asocial, por lo que hablaba con pocos de ellos. Quería darse un golpe en la cara.






—Mi plan no funcionó






Tendrás que esperar lindo♥—






—Tindris qii ispirir lindi






Hm, recuerda la promesa de tu cumpleaños–


;)—






—NO MANDES GUIÑOS






¿Por qué?—






—Me hacen sentir incómodo


—:(






Patético—






—Tú eres patético






Si, Tord, yo soy patético—






Ante eso, rió.






—Oh, con que mi noruego favorito está enamorado, ¿Uh?—levantó la vista del móvil, escontrándose con una mirada llena de gracia, aquella mirada de color miel que le era tan familiar.






—Cállate Ana, no estoy enamorado, tú te inventas historias sola con tu obsesión por los gays—le devolvió la mirada.






—Uy sí, y yo no le tengo miedo a las polillas—sopló, sacándose un cabello del rostro.






Según Tord, era su única amiga real, ya que nunca había desaparecido desde que eran pequeños, y seguían conectando tan bien como desde ese entonces.






—Ahora cuéntame todo antes de que te golpee—comentó, acomodándose en el banco del frente y sonriendo.






•••






00:00 am.






Fue divertido hablar contigo por la mañana, me alegraste más el día. Lamento hacerte sufrir tanto con la espera, pero ya verás cuando me muestre que fuiste bastante, bastaaante ciego. Buenas noches lindo, te quiero muchísimo♥”






A pesar de haber estado solo en la habitación, siendo su única compañera la oscuridad, y el silencio, a nadie le hubiese sorprendido que el chico se hubiese dormido totalmente sonrojado y con una sonrisa en el rostro.















Es gracioso porque me mandaron un mensaje diciendo que ya sabe que haré un final triste aquí y no es cierto:'U

Lo pensé pero no, también sé escribir cosas felices>:I




00:00 =TomTord= CONCLUIDA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora