final 1/3

5.7K 698 664
                                    

Se levantó, tal como cualquier dia de escuela, a las seis y media de la mañana. Aún somnoliento, escuchó como alguien entrataba a su habitación, así que frotó sus ojos y luego observó a medias.








-¡Feliz cumpleaños, hijo!-acarició su cabello su madre, mientras sonreía- ow, mi bebé ya es mayor de edad.








-No soy un bebé-devolvió la sonrisa, con flojera- ¿Y papá?








-Sabes que trabaja temprano, pero por la tarde estará-depositó un beso en la frente del noruego, quien sonrió. Le encantaba que su madre fuera así de dulce siempre- levántate cumpleañero, la escuela no respeta tu cumpleaños.








Rió levemente, e hizo caso, estirándose y luego caminando a la ducha.








Hizo su rutina diaria, ducharse, vestirse, lavarse los dientes, y otras cosas, luego, bajó a la primera planta. Iba a salir, pero sentía que olvidaba algo.








-A ver... Eh... ¡Vamos cerebro, sirve de algo!-golpeó su cabeza contra su mano.








Y, de la nada, saltó, y recordó que olvidaba.








-¡Mi mochila!-corrió hacia su habitación, en busca de ésta, para luego, ahora sí, irse a la escuela, despidiéndose de su mamá con un grito.






Alguien olvidó revisar el móvil.










•••











-¡Buenos días, Tord!-saludó el narcisista, moviendo su mano de un lado a otro, mientras se acercaba al nombrado. Junto a él, Edd, quien también saludó.








-Como crecen, para mí sigues teniendo quince-puso una mano en su pecho el de verde, simulando dolor, mientras daba un codazo al más alto para que siguiera el juego, cosa que entendió.








-Pareciera que fue ayer cuándo entraste a preparatoria, como duele-continuó el de púrpura. Mientras, el noruego los observaba con una sonrisa, y riendo.








-Idiotas, tengo su edad. En fin, mamá Edd, papá Matt, ¿Vamos ya, o qué?-comentó, mientras cerraba su casillero, con una actitud de alegría.








El par asintió, hablando de cualquier cosa, caminando hacia el salón. Tenían Artes, y la profesora era bastante hippie, así que no importaba si llegaban tarde, sólo los hacía "reflexionar" sobre su demora mientra hacía su clase.








•••








Salieron del salón entre carcajadas, completamente llenos de manchas de pintura, un poco de purpurina en la ropa y cabello, además de las manos rayadas con marcadores de colores. Así es, no habían hecho nada productivo otra vez.






De la nada, en móvil del de verde comenzó a sonar, así que contestó.






-¿Hola...?-hizo una mueca extraña-¡oh! Sí... Eh, sí... ¿¡Qué!? Ni te atrevas, ya lo habíamos acordado...-frunció el ceño- ¡Tu sabes que sucede si no cumples!, ajá, sí, va, va, lo haré. Adiós.






Ambos lo miraban algo extrañados, así que, para cambiar de tema, habló.








-Mejor vamos, tenemos que cambiarnos al uniforme de deporte-comentó el ojiverde, rascando su nuca.








-Vayan ustedes, saben que paso de usarlo-respondió el de cuernos.








Así es, Tord odiaba cambiar su ropa casual al uniforme, así que en deportes no se la quitaba, tampoco es que hiciera mucho en esta asignatura. Sí, básicamente, en vez de usar playera, pantalones cortos y zapatillas deportivas, usaba su playera normal, con la característica sudadera roja, jeans negros y vans rojas. ¿Si el profesor lo regañaba? Ya se había cansado de hacerlo.








-Está bien, niño rudo, entonces te toca esperarnos-dijo el pelinaranja, mirándole.








-Meh, me adelanto y los espero en el gimnasio directamente, ¡Los veo allí!-exclamó, para recibir una afirmación de ambos y luego perderlos de vista. Volvió a observar al frente, camiando lentamente y con las manos en los bolsillos, saludando a los conocidos que pasaban por el pasillo con el poco tiempo de recreo que quedaba.








Llegó a el lugar, el cuál estaba completamente vacío, así que, sólo por hacer el tonto, se dirigió al centro de la cancha de básquetbol, parándose allí, haciendo nada. Cerró sus ojos, y suspiró. Aún sentía que algo se le olvidaba.






Estaba tan sumido en sus pensamientos, que no notó cuándo alguien se puso tras él, posando sus manos sobre sus ojos.






-Edd, ya sé que eres tú, detente-suspiró.







-¿Disculpa? Yo no soy Edd.






Esa voz no se le hacia familiar, así que posó sus manos sobre las de el contrario. No, no sabía quién era.






-Sabía que eras lindo en persona, pero nunca lo había visto tan detalladamente, pequeño-comentó aquél desconocido con cierta picardía en su tono.







-¿T-Tú...?








00:00 =TomTord= CONCLUIDA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora