Sentimientos

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El abrazo duro unos minutos pero lo sentí como si fuera eterno, el dolor era insoportable, era obvio, más que mal estuve corriendo, estaba acelerado y lo que menos quería el doctor es que hiciera eso; pero no me importó, lo único importante en ese momento y que tenía toda mi atención era él, sentía como sus lágrimas mojaban mi hombro, él estaba llorando, yo estaba tan alegre, tan feliz que no podía llorar.
Luego de un rato, me percaté que la gente nos miraba, me sentí incómodo pero no me importó, cuando ya se pudo calmar un poco, le dije que nos fuéramos a sentar a una plaza a conversar, me indica que tiene poco rato ya que debe llegar a casa aún, lo entendí y caminamos hasta afuera del registro civil, nos ganamos en una banca que se encontraba en la sombra y nos pusimos a conversar.
Me dijo una y otra vez cuánto me extrañaba, cuánto era la ausencia que hacía a su vida, le entendí perfectamente, esa misma sensación o más era la que yo sentía; me pidió disculpas, decía que intento todo para olvidarme, conocer gente y salir, pero donde fuera, ahí estaba yo presente, dijo que lamentaba hacerse El Fuerte, pero creía que era lo mejor, tragarse la pena y seguir, hasta que no pudo más. Mientras él me decía eso yo recordaba sus duras palabras, las que me dolieron, las que me dañaron, pero en ese instante ya no me importaba lo único que quería, era lo que ambos deseábamos y queríamos estar juntos.
Después de tranquilizarnos, pudimos comenzar a reír, desde que lo vi al subir las escaleras de la estación de metro hasta ese momento en las bancas, no lo había visto a los ojos, no me atrevía por miedo a no tener los mismos sentimientos que antes pero estaba dispuesto a sacarme la duda de encima y lo hice, mire esos ojos café que me cautivaron desde el primer día, esa mirada que aunque no muestre ninguna expresión amo demasiado y cuando nuestras vistas hicieron contacto, no pude aguantar y lo bese, fue un beso corto y a la vez largo, lo suficientemente largo para recordar todo el último mes de sufrimiento e imaginar todo lo que tuvo que sufrir controlando su deseo y corto porque no duró más de 5 segundos, pero eso bastó para que las mariposas y esos sentimientos brotaran desde muy dentro mío y olvidara todo el último mes, pero no deseo olvidar y en estos momentos tampoco quiero, todo inicio por mi culpa y debo recordarlo, para jamás volver a hacer algo tan estupido.
Aunque fue una hora, para mí fue un día, hay mucho que ponernos al día, mucho amor que retomar, pero él debía irse a su casa, así que decidí ir a dejarlo a la parada, seguimos conversando me hablo del chico de la foto, me dijo que era un amigo y nada más -para ser honesto no confío en esa persona, pero creo en las palabras de él, no dudaré de sus palabras- al estar llegando a la parada del bus pensé "no es necesario que todo acabe hoy aquí, tienes todo listo para la semana, acompáñalo" así que tome el bus con él hacia renca, hablamos en el camino a plaza de renca sobre videojuegos y anime, al llegar a la plaza de renca compramos un handroll y lo comimos mientras esperábamos el siguiente bus, al llegar el bus nos pudimos ir sentado, inmediatamente el me toma la mano y me la aprieta con fuerza, con la suficiente fuerza para entender en mi mente "no te irás nunca más de mi lado, no te soltaré", lo mire, me miro, me puse nervioso y el solo sonrió, yo trate de bloquear con mi mochila la visión de la gente al entrar al bus para que no viera nuestras manos tomadas, por temor que la gente reaccione mal y comience a atacar, pero no la quise soltar, al contrario la apreté más, tenía unas ganas de besarle la mano para sellar ese apretón, pero no lo hice.
Durante el camino y mientras hablábamos de nosotros, y lo posiblemente diferente que serían las cosas ahora con nuestro entorno, comencé a preocuparme, a volver a tener miedo, y dentro de mi cabeza solo escuchaba una voz diciendo "cuando lo volverás a arruinar?", "cuánto durará esto", "él no te está diciendo la verdad". Antes los había escuchado y reaccionado a esos pensamientos, pero ahora lo único que hice fue cerrar los ojos y decir seriamente "durará lo que tenga que durar, lo que debo preocuparme que dure años y que esos años se han todos felices".
Al llegar a nuestro destino, inmediatamente tome un colectivo en dirección a mi casa, lo observé desde el asiento del copiloto y pude ver cómo movía sus labios y decía claramente "te amo", me envolvió una felicidad, le respondí de la misma forma "yo también y mucho", no alcancé a ver si pudo observar que lo decía se dio media vuelta y camino a su casa, mientras el colectivo iba hacia la otra dirección, lo seguí con el espejo retrovisor contento, pero a la vez preocupado de algo, una sensación extraña me invadió al verlo de espalda, como si faltara algo que decirnos o algo que contarnos, me fui todo el camino con ese pensamiento, aunque no trate de tomarlo en cuenta.
Pasaron dos días, lo vi en la tarde un rato antes de que tuviera que entrar a clases, esa preocupación seguía pero no le quise contar, después de dejarlo en la esquina cerca del instituto, me fui rápido a casa ya que debía llevar a mi madre al terminal de buses, una vez llego a casa me cambio de ropa y salimos de inmediato camino al terminal, mientras conversábamos le cuento a ella que tengo una sensación extraña que está faltando algo, que siento que algo pasa, pero que no estaba claro que es, a lo que me responde:

"Es normal, esa sensación nos sucede a todos, pero a diferencia de otros, en mi caso, tú no tienes de quien preocuparte, no te engaño y te lo confirmo, pero no debes preocuparte ya verás que desaparecerá con el tiempo y no le des muchas vueltas que al final te haces daño a ti no más"

Lo mismo que me dijo mi amigo, espero que pueda dejar de pensar en eso y que de aquí en adelante, seamos los dos, aunque aún debemos conversar muchas cosas.

Después de él Donde viven las historias. Descúbrelo ahora