La Chica De Alta Sociedad #Mara

CAPITULO 57

-Tu no serias capaz de hacer eso – me mira con lágrimas en los ojos.

-Tú fuiste capaz de matar a mi hijo y causarme más dolor del que puedo soportar-

-Se te paso la mano hijo, esta mujer, está hecha de hierro, vámonos –

-Señorita- llega de nuevo la enfermera -Seguridad está aquí – informa y ellos entran, son cuatro hombres uniformados, cuando fueron a tocar a los Choi, estos se negaron, hasta Sam, le dio un puñetazo a un hombre cuando lo intento sacar a la fuerza.

-Su familia está en camino- informa la enfermera, quien revisa todos los aparatos a mi alrededor - ¿Se siente bien? –

-Un poco adolorida, pero me sentiré mejor –

-Por favor manténgase calmada, llamare al doctor de turno – dice mientras se acerca a la puerta.

- ¿Qué sucede? – pregunto, pero ella ya ha salido.

Me acuesto bien en la cama, con dificultad claro, me está doliendo bastante y en vez de bajar el dolor, creo que aumenta.

-Es aquí, ella es la señorita Schmidt – dice la enfermera ingresando de nuevo a la habitación.

- ¿Sharlotte? - pregunta el médico, tiene una voz dulce, es joven.

Aun con los ojos cerrados por el dolor, respondo diciendo:

-Si, soy yo... - en cada pausa que hago, respiro profundo – me está doliendo bastante, ¿Qué me sucede? –

-Las sabanas están manchadas de sangre, las manos del acompañante de la señorita también estaban con sangre – informa la enfermera.

Tengo sangre, Sam tenía sangre en sus manos...

- {Eso quiere decir que...}-

-La lastimo – susurra el médico.

-Lo mismo pensé yo, la señorita ordeno que llamara a su familia, ya están camino y seguridad se encargó de sacarlo a él y a otro señor del hospital –

-Tienes que estar tranquila, te revisare tus heridas y haremos una nueva sutura si es necesario. Vamos a ver... ¿Qué tal esta tu hermano? –

- ¿Ah? –

El cómo sabe de Damián.

- ¿Quién eres? – pregunto.

-Si abres tus ojos y me miras, quizá te acuerdes de mi –

-Me está doliendo mucho – me quejo.

-Ya te puse un analgésico, pronto hará efecto, solo tienes que tener tu mente distraída y dejarme mirar tu herida –

Le hago caso, abro los ojos poco a poco, y lo primero que veo es a...

- ¿Tu? -

-Si yo – dice sonriendo.

- ¿Qué haces aquí? -

-Sanando tus heridas- contesta y sonríe, una sonrisa que llega a sus ojos.

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Estoy fuera de casa, sentada en el jardín, mi madre se molestó, porque quería jugar con ella, pero eso la molesto.

- ¿Por qué lloras? – pregunta.

-Mi madre está molesta conmigo y tu ¿Qué haces aquí? –

-Sanando tus heridas – lo miro y sonríe, su sonrisa llega a sus ojos.

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-No has cambiado mucho, aun sigues sonriendo mucho –

-Y tu llorando por todo – responde.

-Estoy herida- respondo, el baja la sabana y hasta ahora me doy cuenta de que tiene mucha sangre, me hace acostar mirando el techo y empieza a revisar la herida con ayuda de la enfermera.

- ¿Quién fue el hombre que te hizo esto? –

-El medico que estaba de turno cuando llegue –

Él se endereza y me mira serio, sus ojos color azul, son hermosos, siempre me gustaba verlo de mal genio y cuando no lo estaba le sacaba de quicio, solo para ver como el azul cambian de tono a un azul más oscuro.

-No estoy hablando de la cirugía, estoy hablando de tus golpes, estas vendada por tus costillas rotas, pero entre el vendaje puedo ver tus moretones, incluyendo los de tu cara, tus brazos y piernas ¿Quién te hizo esto? –

- ¿Así de mal estoy? –

-Si, así de mal estas. ¿Contestaras mi pregunta? –

-Hace unos días me caí, resbale cuando el piso estaba mojado, me lastime el tobillo y con un vaso que llevaba en la mano, me corte – explique a medias, no me iba a poner a decir que por andar de chismosa me caí y me hice la muerta.

- ¿También me dirás que tu madre se molestó contigo porque querías jugar con ella? O ¿Qué tu padre salió con tu hermano y te sientes sola? Sharlotte ya no eres una niña, ya es hora de que madures-

- {Creo que me iré}- Estabas tardando mucho.

Andriu, Andriu es un amigo de la familia, de cuando yo era muy peque, es italiano igual que mamá, es unos años mayor que yo, siempre ha sido más maduro y siempre me reprendía cuando hacia algo malo.

- {Él es el dueño de tu humanidad y veo acercarse el peligro con eso}-

Que trágica.

Siempre se molestaba cuando yo hacía alguna maldad hacia otra persona.

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-Por más culpable que sea esa persona de tu dolor, tú no tienes derecho a causar el mismo o más dolor a esa persona –

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-Bien no hables, es tu problema guardarte todo eso... te pondrás gorda y fea, ya verás –

Como puedo estiro la mano y le doy un zope en la cabeza.

-Auhs, eso duele –

-Eso te pasa por decirme que me pondré gorda y fea – le digo haciendo pucheros.

-Ahh, lo siento – dice y vuelve a mi herida – se me olvido decir que también te saldrán arrugas, muchas arrugas –

Vuelvo a pegarle, pero esta vez los dos nos quejamos, mi mano duele, creo que se volvió a abrir la herida, estoy mirando mi mano y soplándola a ver si me pasa un poco el ardor por haberle pegado, cuando él dice:

-Creo que ya entendí como te hiciste esto – y vuelve a mi herida.

-Yusuf me golpeo, cuando le pedí que no se fuera de mi lado- confieso luego de unos segundos en silencio -Auhs duele, duele – me quejo, me dolió.

-Lo siento- dice y hace algo en ella y regresa su atención a mi -Yusuf ¿El amigo de tu hermano? –

-El mismo –

-Dime que no estas embarazada de el-

-No – respondo tras pensarlo, la última vez que estuvimos juntos... no puede ser.

- ¿Lo estuviste? ¿Dime que no hiciste lo que estoy pensando? – al ver que yo no contesto continua – enfermera, déjeme ver toda la historia clínica de la señorita-

-Fue un accidente, yo no sabía nada- digo de inmediato.

-Él te pidió que abortaras ¿es así? ¿Porque nunca me hiciste caso? Siempre te dije que Yusuf no era hombre para ti y tu dale, con el tema... - da varias vueltas en la habitación desesperado – Sharlotte, yo te hice mujer, te enseñe lo que era ser una mujer, y tu solo tenías que olvidarte de él ¿Por qué no lo hiciste? Lo prometiste –

-Lo siento –