CAPITULO 85

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-Hola bebé – digo en un susurro, mientras sigo jugando con sus manitas.

Tae tenía razón, esta bebé y yo, nos parecemos demasiado, será imposible que se den cuenta que no es mi hija.

Hoy, me presentare por primera vez con la familia de Tae, así que en pocos minutos llegara la señora que cuida a la pequeña Soo.

-Llegaron por Soo – informa Tae, quien esta recargado en el marco de la puerta de la habitación, mirándonos.

- ¿Ya? Quería estar un rato más con ella – me quejo y hago pucheros, Tae, se ríe y camina hasta sentarse al lado de nosotras.

-Me alegra mucho que se lleven bien las dos, anoche no quiso dormir conmigo, solo contigo, creo que me pondré celoso – dice haciendo cara de niño triste, causando que yo me ría y no soy la única la pequeña Soo, también se burla de su papá – La conexión entre ustedes es sorprendente, pero necesito hablar contigo de algunas cosas, por eso le pedí a niñera que la recogiera antes – explica con seriedad.

Mientras Tae habla con la niñera, yo estoy sentada en la sala meditando, han pasado muchas cosas en tan poco tiempo, es mas en unos días, estaré caminar al altar.

- ¡Wao! Increíble – murmuro.

- ¿Qué cosa? – pregunta Tae, quien se sienta a mi lado y se acuesta, dejando su cabeza en mis piernas.

-Han pasado demasiadas cosas – explico.

-Y seguirán pasando – dice y se acomoda mirándome, yo, paso mi mano por su cabello y sonrió, al ver que el cierra los ojos por el contacto. - ¿Qué tal te pareció el vestido? – pregunta.

-Es precioso, tienes buen gusto para la ropa, no me imagine un vestido así –

-No soy tan malo en gusto como dice Eun – dice y nos reímos, ella siempre nos ha dicho lo contrario, hasta el momento el único que se ha dejado ver malos gustos es Sam... -Esta noche, después de la cena con mi familia, viajaremos a Taiwán con mi abuelo – informa.

- ¿Por qué? –

-Un socio y amigo de mi abuelo, celebra el aniversario de boda de su hijo –

- ¿Por qué tenemos que ir nosotros? –

-Soy el único nieto hombre de mi abuelo, siempre lo he acompañado a ese tipo de reuniones, también ira mi hermana y su esposa-

-Entiendo, pero...- me quedo en silencio unos segundos mirándolo, él también me mira y me anima a continuar -si eres el único hijo hombre ¿Cómo piensas renunciar a la herencia? –

-He pensado mucho en eso, mi abuelo aún no sabe nada de eso, no me he atrevido a decirle, el esposo de mi madre, él dijo que me daría parte de su herencia, pero ya le dije que no la aceptaría. Mis padres tenían planes de divorcio cuando yo era muy pequeño, la causa del divorcio era por culpa del trabajo de papá, él se ausentaba mucho, siempre salían reuniones de última hora o cenas de trabajo, era muy poco el tiempo que compartíamos, yo... yo no quiero que eso me suceda, no me quiero perder ni un solo detalle del crecimiento de Soon –

-Deberías hablar con él y llegar a un acuerdo, así él no se molestará contigo luego –

-Lo hare, para mi abuelo, soy su hijo y él es mi padre, Suni es hija de mi tío, él fue la segunda víctima del accidente donde murió mi papá, así que el abuelo nos crio como sus hijos–

-Por eso mismo, tienes que hablarlo con él. ¿Tienes hambre? Hare algo de comer – digo y lo levanto de mis piernas, él se queda mirándome sorprendido y me dice que no, según Sam, le dijo que era mejor que yo no me acercara a la cocina, porque era muy torpe. -No soy torpe – me quejo.

Decidimos hacer de comer, entre los dos, así que aquí nos encontramos, pero él está sentado en la encimera, mientras yo estoy pendiente del alimento que preparo, mientras, hablamos de varias cosas, algunas sin sentido, pero los momentos que hemos compartido juntos han sido muy especiales, han sido muy pocos los hombres con los que he estado, pero ninguno me ha hecho sentir como lo hace Tae.

Ayer en la noche, al regresar a casa, hablamos, me dijo que, aunque él pase la mayor parte del tiempo en América, sigue y respeta mucho la cultura de su país natal, que con el paso del tiempo ira enseñándome, así que lo primero que me pedía, era que tuviera mucha precaución a la hora de escoger mi vestuario. Creo que aún me falta mucho camino por recorrer.

Sali de mis pensamientos, en el momento que el tomo mi antebrazo y me llevo a sus brazos, allí nuestras bocas se unieron sin previo aviso, no paso mucho tiempo, para que mis labios respondieran aquel dulce beso, que poco a poco se fue volviendo más y más profundo, él, puso sus manos en mi cintura y me llevo más cerca de su cuerpo, puse mis brazos por encima de sus hombros y me deje llevar, a medida que avanzaba el beso, él me apretaba más contra su cuerpo, causando que su amiguito se despertara y yo lo sintiera cada vez más, se bajó de la encimera y apago el fogón que estaba usando, enseguida, entre besos y besos fuimos a su habitación.

Al entrar, con el pie cerró la puerta y luego me acostó en su gran cama, quedando su cuerpo encima del mío, pero sin llegar a aplastarme, éramos solo besos y caricias por todo nuestros cuerpos.

Minutos después y con mucha delicadeza fue quitando las prendas que vestían mi cuerpo, ya con menos ropa, podíamos sentir el calor del cuerpo del otro y el deseo iba en aumento con cada segundo que pasaba.

Era muy delicado, cada movimiento que hacía demostraba seguridad, cada caricia que me daba era como arder en llamas y mi cuerpo deseaba más y más.

Todo era con mucha calma, sin afanes, se tomaba su tiempo, que para mí era eterno.

El quitaba una prenda de mi cuerpo, yo quitaba una del suyo, los dos disfrutábamos lo que estábamos haciendo.

Cuando finalmente las ultimas prendas salieron de la vista, él seguía tocándome, haciéndome desear más, en el momento que nuestros cuerpos no aguantaban más, él, se acomoda encima de mi cuerpo, en medio de mis piernas, susurra palabras muy bonitas a mi oído, dándome seguridad, causando que mi piel se erice y que alguna que otra sonrisa nerviosa se me escape, él sonríe conmigo, estamos los dos solos, desnudos en una cama, sin pena, sin afanes.

Mientras seguía susurrando, ejercía fuerza haciendo que nuestras pelvis se rocen, causando que se me escaparan algunos gemidos.

En el momento menos pensado fue cuando me lleno del todo.

- ¡Ahh! – gemí.

-Tranquila, todo está bien- susurraba una y otra vez, seguía un patrón, al cual me acostumbre sin problema, entraba y salía de mi cuerpo muy despacio y sin problema, aumentaba el ritmo y luego disminuía, haciendo que cada vez me volviera loca de placer. -Si, eso, disfrútalo. Si tu disfrutas, yo puedo disfrutarlo – seguía susurrando, en el momento que dejaba de susurrar, me besaba con posesión y gemía de placer.

Así seguimos, uniendo nuestros cuerpos, siendo un solo cuerpo lleno de placer, éramos solo besos, caricias, gemidos, placer, satisfacción, Éramos uno solo y así, llegamos a la cima, juntos.

La Chica De Alta Sociedad #MaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora