Mamá

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Templo de mis agujeros negros
y sentimiento de más de mil días
eres tú que me ayudó cuando crecía
y quien todo por mí siempre lo haría.

Tú que no soportas ver un alma partida
en una herida abierta del corazón
de tu hijo con idas y venidas
de amor, arte y razón.

Que tus abrazos eran casi todo
y casi nada te dolía el alma
o eso me decías con calma
cuando yo destrocé todo.

Caricias en mi piel pálida
recuerdo de mi infancia,
con tu sonrisa cálida
curabas mi arrogancia.

Y me quieres y querías
como tu niño que reía
y que lloraba a tu lado
en aquel acantilado.

Todo el daño yo te hice
y las sonrisas que quise
sonsacarte de tu amor
dicen: "Fuiste la mejor".

Que cuidas hoy a tu niño querido
aunque su vida se ha torcido
y le quieres como a ninguno,
preso de tu cariño estoy seguro.

Y que todo era bonito y hermoso
cuando era ignorante y revoltoso,
que vivía en un palacio mental
y cambié para bien o para mal.

Pero no es culpa de nadie
mi pasado o mi futuro,
el dónde o el cuándo me extravíe
forman parte de un conjuro.

Y si recuerdo aquellos días
de la infancia querida y lejana,
escucho cómo cantas una nana
y como sonreía y tú reías.

Era bonita mi cabeza de laurel
ignorante hasta la médula,
hoy soberbio en cada célula
entre notas de humo cruel.

"Ciega Mente"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora