Yo

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Yo destruí aquello que tocaba,
me extraña cuando me extrañas,
pues están podridas mis entrañas
y llevé el caos allá por donde andaba.

Yo sé qué es tocar las nubes
y llorar por todo el dolor,
un sinsentido desolador
que llevé allá donde estuve.

Yo sequé mares y ríos
con estos sentimientos fríos,
míos, desprendiendo hastío;
solo me merezco un mal castigo.

Yo soy aquel buen arlequín
que lloraba y se echaba a reír,
buscaba sentido en cualquier confín
y solo hallé las tristes ganas de morir.

Pero yo no soy malvado,
soy el desperdicio encarcelado
de ira, lágrimas y miedo incontrolado,
el rarito, el artista frustrado.

"Ciega Mente"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora