"Quiero beber su cristalino olvido. . .ser para siempre, sin haber sido" pensó Diana.
Cualquier otro tipo de amenaza, problema o dificultad no intimidaría tanto a la rubia, es más, -se dijo a sí misma- cortar la cabeza de un dragón sería preferible, a tener que explicarle a Akko lo que había sucedido, en ese parque francés.
La sangre manaba sin detenerse del hombro de Chariot, quien cayó de bruces en el suelo. El Unicornio invocado por Diana había desaparecido. La rubia respiraba entrecortadamente. Sangre, tierra, rasguños y golpes demostraban al mundo, con qué valor se protegió a sí misma y a su novia, evidencia contundente de que aquello no era un sueño. Ojalá lo hubiera sido.
-Dime por qué Diana. . .no. . .no. Tú no eres así. .
-Akko. . .
- Pensé que eras diferente, nunca, por ningún instante, hubiera sospechado que odiaras a Chariot hasta el grado de querer matarla. . .
-Akko. . .
-¿Estabas celosa, Diana? ¿Celosa de que? De mi admiración a Shiny Chariot? ¿Acaso temías que esa admiración se convertiría posteriormente en amor?
- No, Akko, yo intentaba. . .
Un relámpago cayó en la escena. Los arbustos cercanos comenzaron a incendiarse. Un destello verde rodeó la silueta de Akko, cuyos ojos pareciera que vomitaran llamas. Algo había cambiado. El Aura de Akko ya no era el de aquella niña alegre y abierta a los demás. Incluso Diana sintió que algo se había roto dentro de Akko. Intentó acercarse, al tiempo que se enjugaba los ojos.
-No te acerques Dianaa!! No des un paso más.
Casi se podía adivinar una sonrisa en el rostro de Chariot, que seguía en el suelo.
NOCTU ORFEI . .
Nooo! Akko! ¿Que harás? Cometes un error . .
Diana salió corriendo en dirección a Akko, pero a mitad de camino tropezó y su tobillo se dobló. Por instinto, se llevó las manos a la parte afectada de su cuerpo, lo que aprovechó Akko para colocarse en posición y atacar.
AUDE FRAETOR. . . SHINY ARC!!
En la posición del arquero, Atsuko Kagari soltó su flecha luminiscente en dirección a Diana, sin embargo, en un habilidoso movimiento simultáneo, Diana se apoyó en una sola pierna, y de un salto se colocó delante de la castaña. De de un golpe con la parte interna de su mano, alcanzó a desviar un poco el arco, consiguiendo que la flecha saliera hacia el cielo. El dorso de la mano de Diana se había quemado.
Akko cayó de rodillas y comenzó a llorar. Primero en silencio, luego, sus hombros subían y bajaban, sin detenerse. Se llevó ambas manos a la cara y se cubrió con ellas. Diana solo alcanzó a ver cómo la saeta luminosa disparada por Akko caía vertiginosamente, con su descenso parecía perder envergadura, pero ni ella era tan rápida como para intentar detenerla, o avisar a Akko. . .
La flecha pareció atravesar limpiamente el pecho de Akko, salpicando sangre.
Akko cayó cuán larga era en el césped, sin emitir sonido alguno.
Diana solo atinó a acercarse y abrazar el cuerpo de su novia. Tenía gotas rojas en su mejilla. Por primera vez, no sabía que hacer. Estaba en shock.
Una fila de cubitos rojinegros se divisaba en la lejanía. En cuestión de minutos, la figura de Croix descendía en aquel lugar. Con paso regular y fiel a su estilo, alcanzó el lugar exacto donde se hallaban Akko y Diana. Con su clásica sonrisa y gesto de autosuficiencia, dijo:
-Diana, hay muchas cosas que debes saber. No hay mucho tiempo para eso ahora, sin embargo, pues si demoramos en ayudarla, Akko morirá. No obstante, te diré dos cosas: Chariot las agredió porque estaba bajo la influencia del Fuel Spirit, que no es otra cosa que energía negativa. Debió quedarse en su cuerpo desde la vez aquella del misil -esto último lo dijo más para sí misma- Abriré un portal. Llévate a Akko contigo, saldrán directamente a mi laboratorio. Colócala en la sala de operaciones, y te diré que hacer para salvar a tu novia. Enseguida las alcanzó. Yo me ocuparé de Chariot.
El rostro de Diana lucia demacrado. Pero no había tiempo para llorar ahora. Diana levantó a Akko y la puso en su espalda. Antes de cruzar el portal, Diana dijo:
- Casi no respira, profesora Croix. Realmente, no se que hará para salvarla, no sé si la cirugía convencional sea suficiente. .
- Te diré esto solo una vez: tu misma tendrás que realizar el hechizo que salve a Akko, pero te advierto: el costo es alto, pues podrías perder tus poderes mágicos.
Diana cruzó el portal con esas últimas palabras revoloteando en su mente. Croix ya se dirigía al lugar donde Shiny Chariot estaba inconsciente.
Vaya, vaya, Chariot. Otra vez lo hiciste. De nuevo lastimando a la gente. ¿Adonde te exiliarás ahora?
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"El Diario de Diana Cavendish"
FanfictionPensamientos íntimos de la heredera del Clan Cavendish.