"Las cosas que hacemos estando juntas. Parte I"

2.8K 223 14
                                    

La luz de las antorchas iluminaba tenuemente la habitación. El pentagrama dibujado en el piso no era perceptible a simple vista, y las sombras del mobiliario reflejadas en las paredes; le conferían a la recámara una atmósfera de abandono. El telescopio apuntaba a la Constelación de Orion. Un cuervo graznaba no muy lejos de ahí. Ursula Callistis levantó entonces la vista, y pronunció su hechizo:
"Revelate coram me . ."
Un destello de luz verde brotó entonces con fuerza de su varita, y apuntando con ella a la estrella de cinco puntas, se concentró en la información que  buscaba. No era la primera vez que realizaba el ritual de lectura del horóscopo y adivinación. Ursula cerró los ojos. Tenía dudas respecto de lo que develaba el Destino. . Al abrir sus ojos de nuevo, un brillo inusual colmaba sus pupilas. Su cabello rojo sangre comenzó a brillar, y una expresión de amargura recorrió su bello rostro. Ella pensaba: "Aún no puedo comprender el motivo de mi enfado con Diana. Si, la ví besando a Akko. ¿Esa es razón suficiente? ¿Celos? No puedo justificar mi reacción. . Después de todo. . si de verdad aprecio a Akko, debería dejar que sea feliz. Y si eso incluye a Diana en su vida, tendré que aceptarlo." Ursula Callistis, también conocida como Shiny Chariot, terminó de leer su horóscopo. Intentaba comprender los motivos que provocaron su enojo con Diana,-lo reconocía- pues su reacción fue un tanto violenta. "¿Qué pensabas  Chariot? ¿Salir con Akko y planear una vida juntas? Si tan solo con un par de años más, podrías ser su madre. Estás enamorada, acaso, de una niña?" Ella de antemano ya conocía la respuesta. Pero, ¿Cuando surgió ese amor secreto por Atsuko Kagari?
A ESA MISMA HORA EN FRANCIA. .
La pareja cruzaba el portal de la "Ley Line" montada en la escoba, a una velocidad moderada. Akko abrazaba la cintura de Diana, al tiempo que apoyaba su frente en la espalda de la rubia. Una sonrisa tímida adornaba el rostro de la chica Cavendish, y su ondulado cabello, alborotado a causa del viento; asemejaba las llamas de una hoguera. "Es extraño, pero me siento ligera. Quizá se debe a que finalmente he declarado mi amor a Akko, y porque acepté mis sentimientos. No negaré lo ilusionada que estoy"-pensó Diana-.
-Akko, ¿me escuchas? Te he preparado una sorpresa!
¡Eh! Sorpresa? De qué hablas Diana? -replicó Akko-.
-Estamos volando sobre la costa normanda. En lugar de visitar el centro de Inglaterra, creo que nos vendría bien pasear en Francia, la "capital del romanticismo". Bajaremos muy cerca de Paris, te gustaría, Akko?
-Mm! Si! Me parece que cerca del Río Senna, se ubica el puente aquel donde los enamorados enganchan un candado, como símbolo de su compromiso. . Entiendo que nuestra relación empieza, pero quisiera visitar el lugar, y quizá colocar un candadito, tú sabes, para que nos vaya bien. .
-Si, estoy de acuerdo. -replicó Diana-
Finalmente, llegaron a la Terminal Line en Paris. Desde donde se encontraban, podían ver la Torre Eiffel con claridad. Uno de los talentos de Diana Cavendish, además de ser la mejor joven bruja de Luna Nova y montar a caballo, era manejar motocicletas. En lugar de recorrer la ciudad en transporte, pensó que sería más íntimo si paseaban en moto, tomando en cuenta que es un medio rápido, ágil y práctico para desplazarse en la Ciudad Luz. Las chicas se acercaron a un establecimiento que las rentaban, así que luego de realizar el trámite necesario, ambas niñas se subieron a una moto Scooter color rojo. Akko se sujetó fuertemente del cuerpo de su novia, y con cierto nerviosismo comenzó a admirar la arquitectura de la ciudad. La melena de Akko se mecía suavemente con el viento, aunque el casco alquilado le quedaba algo ajustado, su larga melena se asomaba por los costados. Diana manejaba con soltura, confiada. Atravesaron el Paseo de los Campos Elíseos y llegaron a un parque cercano al Louvre. Decidieron que comerían ahí.
Akko sacó de su bolso un sándwich y una caja con ensalada. Tomó a Diana de la mano, y vio a lo lejos un lago en cuya orilla, se hallaba un kiosko. No había muchos paseantes, solo un artista, que; a lo lejos parecía trabajar en un lienzo. La brujita castaña pensó que sería un sitio tranquilo, así que hacia ahí se encaminaron. Diana se sorprendió del ímpetu de Akko, pero se dejó llevar. Akko desdobló una manta, colocó su bolso y entregó los alimentos que llevaba consigo a Diana.
-Tu los cocinaste, Akko?
-Si, en realidad no fue difícil, es solo un sándwich con jamón, vegetales y aderezo. . Ah! La caja de plástico contiene un poco de ensalada con zanahoria y frutos rojos. -Repuso la pelicastaña llevándose una mano a su nuca- he leído que cocinarle a la persona que quieres, es un buen detalle. La sonrisa de Akko era limpia, honesta. Diana se puso de mil colores. Recordaba que antes de que su mamá se enfermara, también le cocinaba.
-Mm! Muchas gracias Akko. . Yo no pude cocinarte nada, pero tú que comerás?
-Yo traje la misma ración que tú, Diana. Así que. . Comamos!
Luego de degustar sus alimentos, tomadas de la mano caminaron hacia el lago. El día era radiante. Las aves volaban en todas direcciones. A semejanza del cristal cuando el sol se refleja en su superficie, el lago destellaba diversos tonos de azul y verde. Akko apretó más la mano de Diana. Decidió encaminarse junto con su novia hacia las pinturas que exhibía el artista. Aunque no sabía de arte, los cuadros le parecieron hermosos. Creyó reconocer unos lirios en un estanque. Pasó una mano alrededor de la cintura de Diana. La palma de su mano comenzó a sudar. Se dirigió a Diana y le preguntó:
-Que bonito! No te parece Diana? Eeh, aunque no identificó el título. . .
- Monet. El artista se llamó Monet. Este cuadro en particular, reproduce una obra de Monet llamada: "Paisajes de Agua", son Nenúfares dispersos en un estanque. Se dice que el artista pintó 48 cuadros sobre el mismo tema. Creo que pertenece a la primera época de Monet. Fíjate cómo predominan el violeta y el amarillo. Al mismo tiempo el cuadro es oscuro. . .
Con un beso plantado delicadamente en sus labios, Akko pareció replicar a Diana. Poco a poco, la boca de Diana fue cediendo espacio a la lengua de Akko. Diana sintió que su cuerpo se debilitaba y relajaba. Diana sujetó con ambas manos el cuello de la brujita más pequeña, y bajó hasta sus hombros. Suavemente, Diana se separó de Akko -sólo un poco- sus caras quedaron a centímetros una de la otra. Diana dijo:
-Akko. . . -dijo Diana, con voz baja y delicada- ¿Es que no querías saber algo del cuadro? No es que me moleste. . claro. .
-Es que todo lo sabes Diana! Me sorprendiste con tu explicación, y me dieron ganas de besarte. .
En ese momento, Diana volteó hacia el lago. Se sintió observada, sin embargo no había nadie cerca. Su instinto y conocimiento no le fallaban, alguien las espiaba, y no era agradable. Sabía de hechizos que permitían ver lo que sucedía a kilómetros de distancia. 
Un cuervo blanco, muy parecido al familiar de Ursula Callistis, remontó el vuelo.

"El Diario de Diana Cavendish"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora