Capitulo 29

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— Señora entrará a quirófano.

La voz la escuché a lo lejos, sentía que me movían rápido, abrí los ojos que pesaban, luces pasaban por mis ojos.

— Mi ... — trate de decir — mi bebé — Por fin Dije

Una cara apareció.

— Soy el Doctor señora Miller entrará a quirófano en estos momentos.

Escuché unas puertas cerrarse de golpe, intenté protestar, eso no era bueno para mi bebé.

— bebé — Dije

— Todo estará bien, le pondremos anestesia.

Estaba tan cansada, quise llevarme de forma protectora mis manos a mi vientre pero no respondieron.
Escuchaba el bullicio, para después nada.

Mi bebé

Abrí los ojos rápido, no me importo que la luz lastimará, cuando me lleve las manos al vientre unas manos las agarraron, lo mire.

— Nuestro bebé

El bajo la mirada, después de unos dos segundos él me miró trago con dificultad, no, no, no, no, no, no puede ser, no, no.

— Liv

Empecé a negar con la cabeza.

— No — Dije por fin. — No — repetí. Quité mis manos de las suyas.
— Liv todo estará bien

Claro que no lo estará, mi bebé, mi bebé ya no está.

— No me mientas — le dije molesta
— No te estoy mintiendo

Claro que me estaba mintiendo. Porque sabía que nada estaba bien y él lo sabía.

— Es mi culpa — una lágrima resbalo por mi mejilla.
— No lo es amor.
— Si lo es, perdí a nuestro bebé

Él me abrazo, yo ya estaba un mar de lágrimas.

— ¿Por qué?
— tranquila Liv— me consolaba.

Pero era en vano porque no podía estarlo. No podía estar tranquila, se había ido había dejado un vacío en mí.

Era mi culpa aunque el doctor había dicho lo contrario, dijo que del 10 al 20% ocurren los abortos espontáneos, Diana y Rachel habían venido a verme a la casa unas horas después de que me dieron de alta, para ser honesta no tenía ganas de ver a nadie así que le dije a Nicholas que les dijera que estaba durmiendo, supe que vino Ezra y Steph, pero negué verlos, al igual que mi papá y Suzanne.

— Nora preparó algo de sopa.

Nicholas entró con una bandeja de comida. Lo vi porque estaba acostada viendo hacia la puerta.

— No tengo hambre.
— El doctor dijo que tienes que comer
— No tengo hambre
— Liv tienes que comer.

Lo miré.

— Dije que no quería Nicholas.

Cerré los ojos, solo quería dormir y dormir y tal vez así despertar y ver que todo fue un mal sueño, pero la mente es tan masoquista que esa idea parece ideal, pero en el fondo sabes que es mentira nada volverá hacer igual, mi bebé no volverá.

Una semana en la que solo me levantaba al baño y a ducharme porque no tenía ganas ni de eso, solo hablaba en monosílabos cosa que desesperaba a Nicholas, lo engañaba que comía, pero en realidad solo tiraba la comida en el retrete antes que él viniera a verme, yo no entendía por qué él podía estar tan tranquilo, estaba enojada con él, ¿Cómo no puede importarle? Nuestro bebé ya no está.
Constantemente me tocaba mi vientre, aunque sabía que no había nadie ahí. Nadie.

Cuatro días después Steph vino "animarme" sabía que Nicholas tenía que ver con su larga y tortuosa visita, acaso no entendían que lo único que quería es estar sola, llorar y maldecir a Dios por habérmelo quitado como a mi mamá, la vida seguía siendo injusta para mí, cuando creí que no pudo ser peor pasa esto, en las noches lloro cuando por fin Nicholas se duerme me levanto y voy a la habitación que iba a hacer para él o ella, me siento culpable porque al principio no lo quería y sentir eso es insoportable porque sé que daría todo porque aún estuviera conmigo. Diana nos había regalado un peluche para el bebé en navidad, lo dejaba mojado por el llanto.

Esta vez Nicholas espero a que comiera ya sospecha de lo que hago y tal vez tiene que ver con la delgadez que me cargo, tengo los ojos hundidos, el cabello enmarañado, y ando en pijama todo el día, me importaba una mierda mi aspecto. Esa noche me levanté hacer lo mismo que había estado haciendo desde qué pasó, solo que esta vez Nicholas no estaba en la habitación durmiendo lo cual me extraño, como había dicho nuestra comunicación se había vuelto poca, caminé en silencio, vi la luz encendida, abrí la puerta y ahí estaba con el mismo peluche que utilizaba para mi consuelo, cuando escucho que abrí la puerta se llevó las manos a los ojos, me miró sabía lo que había estado haciendo, mi corazón cayó al suelo, era la primera vez que veía a Nicholas llorar.

— Yo... yo... — quiso explicar, pero sabía que no tenía nada, ninguna excusa porque sabe que sé que estaba llorando por más que se limpió las lágrimas

Sentía un gran nudo en la garganta, me acerqué a él y lo abracé, pensaba que no le había importado lo de nuestro bebé, pero le importaba más de lo que pensaba eso hizo que empezara a llorar a moco tendido.
Ninguno de los dos dijo nada durante no sé cuánto tiempo, cuando se secaron mis lágrimas lo mire.

— Siento haber perdido a nuestro bebé — Dije con voz quebrada
— Oh Dios Liv

Me volvió abrazar fuerte, no me importó que me sacara el aire.

— Yo soy el que más lo siente — me miró a los ojos — al no estar aquí contigo no sabes lo maldito que me siento, lo impotente al no poder hacer nada por verte así.
— Es solo que yo... Es mi culpa.
— No es culpa de nadie cariño, mucha menos tuya. Nunca vuelvas a decir eso
— Yo te falle
— Jamás se me ha pasado eso por la cabeza
— Pensé que no te importaba
— Me importa, como no lo iba a hacer, era nuestro bebé, nuestro amor, solo que no podía mostrarme débil si tú estás así.

Su voz se le quebró, mi corazón se encogió aún más, le limpié una lágrima que se le escapó.
Si le dolía igual que a mí ahora le entiendo, me metí tanto en mi dolor que nunca le pregunté como sentía él, era una egoísta por pensar solo en mí.

— Te amo Nicholas, lamento estos días como me he comportado
— No tienes por qué lamentar nada Liv ya te dije, no me hagas más miserable de lo que ya soy cada vez que dices que lo lamentas o te disculpas conmigo. Yo te amo demasiado Liv que daría todo lo que tengo para que estés Bien incluso mi vida si dependiera de eso.
— No quiero perderte, no podría soportarlo.
— Y nunca lo harás. Eso te lo prometo.

Mujer Comprada [EN CORRECCIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora