— Soy accionista mayoritaria Suzanne
— Pero no es justo. — dijo exaltada
— Mi padre fue demasiado generoso contigo dadas las circunstancias.
— No trates de menospreciarme Olivia.
— No lo hago.
— Si lo haces, te estás vengando.
— En realidad no, tú escuchaste al abogado cuando dijo lo de la herencia. Yo ya tenía el 30% de las acciones por la muerte de mi madre y ahora mi padre me deja las de él que eso me da el 60%.
— 20% no es nada
— Lo es considerando que te dejo la casa a ti y a Zoé.
— Tú no lo necesitas
— Ahora la que está menospreciándome eres tú
— Ni siquiera te gusta la empresa, nunca te intereso
— Ni a ti
— Por eso deberíamos venderla
— He dicho que no.
— No puedes obligarnos
— No, pero tienen la opción de vender su parte
La miré sin ninguna expresión en el rostro, ya me estaba cansando esta discusión, que empezó desde ayer que se leyó el testamento de mi padre.
— Una miseria nos van a dar
— Entonces has lo que quieras
Me levanté de mi silla giratoria para abrirle la puerta, ella se levantó indignada.
— No puedo creer que nos estés haciendo esto. Zoé es tu hermana
— Media hermana, por mí puede hacer lo que le plazca ella me traicionó primero dando información de mi matrimonio a otras personas tú sabes que eso no estaba permitido.
— Es solo una niña
— ¿una niña? Tiene 21 años es demasiado grande a mi parecer
— Ella tiene razón nos odias
— No es verdad ese es un sentimiento y en este momento ni tengo eso por ustedes.
— Eres mala
Puse los ojos en blanco.
— Me he sacrificado por ustedes con un matrimonio arreglado para que tú y Zoé puedan aguardar apariencias en la sociedad así que no se me hace justo lo que hacen.
— Todos hacemos sacrificios Olivia no te creas la importante
— ¿Qué sabes tú que yo no me he sacrificado?
— En realidad no comprarse zapatos de temporada no se me hace un sacrificio.
— Me quede con tu padre cuando era un miserable.
— Te pudiste ir
— Críe a una hija que no es mía
— Nunca hiciste nada por mí
— Tú y tu padre son unos miserables
No pude aguantar más y le di una cachetada que resonó en la oficina, me miró sorprendida por lo que acababa de hacer, ahora si estaba enojada.
— En la vida vuelvas hablar así de mi padre, te quedaste con él porque querías una vida que nunca te dieron acaso crees que no se dé tu vida pasada, lo muerta de hambre que eras, ten gracias que mi padre te rescato de ese mundo en el que estabas y también que aun te haya dejado algo. Ahora vete de aquí, y si quieren vender su parte díganme para que yo las compre.
Ella me miraba con odio, sus ojos estaban vidriosos.
— Vete.
Abrí la puerta para que ella pudiera salir.
— En un momento me quito — le dije a Nicholas a penas entro.
— puedes quedarte todo lo que quieras.
Me dio un beso en la frente
— Me dolía la espalda en la cama
— Liv mi oficina es tu oficina. — le sonreí — ¿Cómo estás?
— Mucho mejor ahora que te veo.
Se sentó en la silla enfrente de mí.
— Puedo comprárselos
— Sería demasiado.
— ¿En serio le diste una cachetada?
— Si
Él negó con la cabeza.
— Hay mejores formas de hacer las cosas
— ¿Cómo cuáles?
— Arruinarles su empresa.
— Eso es más para ti que para mí
— Es verdad
— ¿Cuántas veces lo has hecho?
— Un par de veces
Lo miré con la ceja alzada.
— Eso les enseña a los demás a no meterse conmigo.
— ¿y si yo me meto contigo?
Se le formó una sonrisa en el rostro
— Depende de qué forma.
— Pienso en muchas
— Necesitaría una demostración para poder decirte.
Me levante de la silla y camine a él, me senté en sus piernas, desabroché los botones de su camisa dejando a la vista su trabajado abdomen, empecé a besarlo en el lóbulo de su oreja y bajando por toda su barbilla, después me fui a sus labios los cuales mordí. Él acariciaba una de mis nalgas podía sentir que ya estaba muy excitado, mis manos fueron al botón de su pantalón y justo cuando iba a meter la mano dentro de su bóxer, dos toques en la puerta me detuvieron. Él gruñó molesto.
— ¿Qué? — dijo molesto
— Disculpe que los moleste, pero su madre está aquí señor. — Dijo Nora algo temerosa aparte que no había abierto la puerta su voz se escuchó algo amortiguada.
Suspiró irritado haciendo la cabeza hacia atrás yo reí.
— En un momento vamos Nora gracias — le dije alto a Nora para que me escuchara.
— Si señora.
Puse los ojos en blanco al escucharla llamarme señora.
— ¿Qué hace aquí?
— Se me había olvidado, yo la invité.
Me miró sorprendido.
— ¿Por qué?
— Nicholas es tu madre, — Lo miré a los ojos — no quiero que después te arrepientas de algo y me encanta estar con ella.
— Liv... ¿Sabes que me tienes a mi verdad?
Hizo que lo mirara a los ojos.
— Lo sé. Cariño.
Me dio un beso en la punta de la nariz
— Vamos. — me sonrió
Me levanté de sus piernas, él se abotonó su pantalón y camisa, salimos del despacho a ver a Diana.
— Aquí están mis hijos.
Se levantó del sillón para darnos un beso sonoro en las dos mejillas.
— me sorprendió saber que querías cenar conmigo Nicholas.
Él me miro y le sonreí, habíamos decidido cenar afuera, hacia buen tiempo y hay que disfrutarlo. Nora nos había llevado café y galletas después de la cena.
— ¿Es tan difícil de creer?
— Hijo eres muy alejado de tu madre.
— Es solo porque tengo mucho trabajo
— Que deberías disminuir el trabajo.
— Si lo hago, quedaré pobre.
— No exageres Nicholas, tienes todo y hasta para tus nietos. Deberían disfrutar salir de viaje. Aprovechen que aún son jóvenes.
Nicholas puso los ojos en blanco.
— Aunque hagas ese gesto jovencito.
— Lo siento mamá
Empecé a reír, pareció que Nicholas tenía unos 7 años y que lo estuvieran regañando por haberse comido todos los dulces.
— deberían irse a Bora Bora, Ese lugar es exquisito.
— ¿Cuándo fuiste a Bora Bora madre?
Miró a otro lado evitando la mirada de Nicholas.
— Hace tiempo
— ¿Cuándo? — interrogó Nicholas
Ella puso los ojos en blanco.
— Como un año.
— ¿Hace un año?
— Si
— ¿fuiste sola?
Tosió queriendo evitar la cosa. Me estaba causando gracia.
— Con mi novio — dijo Diana por fin
Nicholas casi escupe su bebida que se la estaba llevando a la boca.
— ¿Diana Tienes novio? — dijo Nicholas sorprendido
— Si Nicholas, aunque te cueste creerlo
— madre ¿Cómo vas a tener novio? ¿Por qué no me lo dijiste?
— Aún soy vieja, pero joven entre las demás Nicholas, me siento sola algunas veces y lloré tanto a tu padre que era hora que dejara de lamentarme.
Mordí mi labio para no reír.
— y no te lo dije porque se cómo eres.
— ¿Lo sabe Rachel?
— Si lo sabe
— Maldita sea ¿soy el último en enterarme? — dijo algo irritado
— Nicholas casi ni hablamos, sabía que ibas a poner un, pero a todo el asunto
— ¿Quién es?
— ¿Quién? — pregunto inocente Diana
Nicholas la miró que no estaba para bromas, Diana giró los ojos.
— James
— ¿James qué?
— No lo conoces
— Qué tal si, sí.
Suspiró resignada.
— James Cavanagh
— ¿JAMES CAVANAUGH? — Dijo sorprendido
— Si
— ¿Qué clase de nombre es James Cavanagh?
— Nicholas. — Lo regañé
Ahora él puso los ojos en blanco.
— Tengo trabajo, — se levantó de su silla — veo que no soy importante para decirme las decisiones que tome la familia.
Se dio la vuelta y se fue
— Nicholas — Lo llamamos al mismo tiempo para que no se fuera.
Mire a Diana algo apenada
— Iré a hablar con él.
— No te preocupes querida, se cómo es.
Me sentí mal por Diana, no merecía que Nicholas la tratara así, como todo un Niño de 5 años no quiso salir a despedirse de ella.
— Me despides de él
— Si Diana, discúlpame
— Olivia mi hijo es muy testarudo eso lo sacó de mí por eso no lo presionó. Cuídate cariño, sabes que puedes contar conmigo tienes una familia en nosotras.
— Muchas gracias Diana. La quiero mucho
— Yo más hija.
Las lágrimas amenazaron por salir, pero las contuve.
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Mujer Comprada [EN CORRECCIÓN]
Romance¿Te imaginas casarte con un millonario para salvar la compañía de tu padre? Olivia nunca lo hizo, ella cree en el amor verdadero pero no podrá hacerlo porque su padre la comprometió con Nicholas Miller uno de los solteros más cotizado del país y su...