Capítulo 39

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-¿Un dolor exquisito? ¿Quién en su sano juicio diría que romperse un hueso es un dolor exquisito?- preguntó Fred indignado; se encontraban en la pequeña biblioteca de su hogar, Elizabeth intentaba leer desde hacía ya una hora sin embargo no había pasado más de dos páginas por las constantes interrupciones del pelirrojo que se empeñaba en estar con ella e intentar leer sobre su hombro

-No es lo que piensas Fred, se refiere a un dolor intenso y localizado-

-Si me rompo un brazo lo último que diría es que tengo un dolor exquisito- comentó el pelirrojo, su esposa rió y se dió por vencida... no podría leer con él ahí, cerró el libro y lo dejó en una mesa sin dejar de mirar directamente a su esposo

-No dejes de leer por mí- dijo Fred con una sonrisita inocente, Elizabeth hizo ademán de volver a tomar el libro pero el pelirrojo rápidamente agarró su mano y se puso de pie llevándola con él- ¿a dónde vamos?-

-Tú eres el que conoce- respondió Elizabeth dejando que la llevara fuera de la biblioteca; era sábado en la tarde y George había corrido de nuevo a su gemelo de la tienda para que pasara tiempo con su esposa, aunque a diferencia de la última vez Fred había salido prácticamente corriendo- podemos ir a la madriguera si quieres-

-Quiero estar solo contigo- respondió el pelirrojo ruborizando a su esposa

-Podemos ir al Kennington Lane-

-¿Qué es eso?-

-Es una cafetería muggle-

-¿Quieres ir ahí?-

-El otro día que fui con Viktor nos atendieron muy bien y estaba-

-No- interrumpió Fred con el ceño fruncido- no quiero ir al lugar al que fuiste con Viktor-

-No seas infantil Fred-

-Por favor Elizabeth, vamos a cualquier otro lugar menos ese- pidió Fred, Elizabeth lo miró un largo tiempo y finalmente cedió

-Está bien, podemos buscar un restaurante-

-Tu querías ir a un café- señaló Fred

-A ti casi no te gusta el café-

-Podría tomarlo si eso quieres- respondió Fred, Elizabeth le sonrió y lo abrazó

-No quiero que cambies nada, dime tú a donde quieres que vayamos-

-Podemos pasear en algún pueblo muggle- comentó Fred y vió como se le iluminó la mirada a Elizabeth- si nos gusta algún lugar entramos, solo tenemos que ir a cambiar galeones por-

-Yo tengo dinero muggle-respondió Elizabeth emocionada y lo arrastró fuera de la casa

-Tú no vas a pagar nada-

-¿Por qué no?-

-No debes-

-No quiero discutir sobre esto-

-Pero lo haremos-

-Más tarde- respondió Elizabeth, tomó su mano y desapareció en un sonoro "crack" junto con el pelirrojo





-¿Dónde estamos?- preguntó Fred desorientado

-En Saltaire- respondió Elizabeth y salió del callejón donde habían aparecido, estaban ya a mediados de Octubre por lo que había decoración de Halloween por todos lados

Nuestro castigo, su castigo : su boda (Fred Weasley)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora