Capítulo 51

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-Ya llegué- anunció Fred al atravesar la puerta. Se sentía exhausto después de lo ocurrido y lo único que quería era llegar a casa con su esposa. Harry, Ron y Hermione desaparecieron en cuanto llegaron los mortifagos por lo que éstos se dedicaron a registrar la casa e interrogar sobre su paradero durante horas a toda la familia y los invitados que no alcanzaron a escapar. Habían encontrado el ghoul que tomaba el lugar de el menor de sus hermanos, les explicaron que tenía spattergroit por lo que no se atrevieron a acercarse mucho.-¿Elizabeth? ¿Theodore?- preguntó nervioso al no obtener respuesta. Con un sonoro crack su elfina doméstica se apareció frente a él.

-Amo Weasley-

-Lyann. ¿Dónde está Elizabeth?- preguntó rápidamente para evitar la reverencia que la elfina sentía que era su obligación hacer

-La ama Weasley se desmayó en cuanto llegó con el amo Nott. El amo Nott le ordenó a Lyann que le dijera al amo Weasley que la llevaría a San Mungo- respondió la elfina y Fred palideció. Sin decir nada salió de la casa y desapareció.




-¿Cómo dijo que se llama?- preguntó la bruja rubia y regordeta que se encontraba detrás de un mostrador con un letrero que decía "información".

-Elizabeth Nott... o Weasley, no se como se haya registrado-

-Se fue hace una hora- respondió la bruja sin mirarlo.

-Es imposible, vengo de la casa y ella no-

-Ya le dije que no está aquí- respondió la bruja exasperada- siguiente- Fred la miró molesto pero se alejó del mostrador. Decidió regresar a casa a esperar. Atravesó la sala de espera ignorando a las brujas y magos que se encontraban sentados en esas viejas sillas de madera para finalmente salir de San Mungo y desaparecer. Entró a la casa y se sentó en uno de los sillones de la sala a esperar, pero a los veinte minutos el cansancio pudo con él.




-Despierta- decía Elizabeth moviendo su brazo de manera un poco brusca. Fred algo desorientado por la abrupta interrupción de su sueño se enderezó estirándose, miró a su alrededor para saber donde se encontraba pero no fue hasta que vió a su esposa y cuñado con la ropa que habían llevado a la boda cuando reaccionó. Se levantó rápidamente.

-¿Estás bien?- preguntó buscando heridas visibles en su cuerpo, pero ignorando el hecho de que estaba un poco pálida todo parecía en orden. Elizabeth se alejó con el ceño fruncido cuando él intentó acercarse. Fred bufó- ¿Ahora eres tú la que está molesta? ¿Tienes idea de lo preocupado que estaba? Fui a San Mungo a buscarlos pero me dijeron que te habías ido una hora antes- reclamó- regrese a casa pero sorpresa, no estabas- dijo el pelirrojo resentido pero su esposa permaneció en silencio mirándolo furiosa, suspiró y miró a su cuñado que estaba recargado en el marco de la puerta luciendo bastante cansado- ¿Por qué se tardaron tanto?¿Dónde estaban?-

-Insistió en que no quería aparecerse- explicó el castaño que parecía a punto de caer dormido- antes de que preguntes no sé qué fue lo que le sucedió. Habló con el sanador sola y no ha querido decirme nada. Con su permiso iré a dormir-

-¿No piensas hablarme?- preguntó Fred ya que escuchó la puerta del castaño cerrase. Su esposa lo miraba sin decir una sola palabra- ¿Elizabeth?-

-Tenemos que hablar- dijo finalmente y subió las escaleras seguida por el pelirrojo, entró a su cuarto y después de cerrar la puerta Elizabeth le dio un fuerte golpe en el pecho a su esposo que la miró sorprendido, definitivamente no se lo esperaba.

Nuestro castigo, su castigo : su boda (Fred Weasley)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora