Nuestro castigo, su castigo : su boda (Fred Weasley)

Capítulo 37

-Escúpelo ya- dijo George, ese día Fred había llegado tarde a la tienda por lo que no habían podido hablar, pero había estado todo el día con una gran sonrisa en su rostro

-¿Qué cosa?- preguntó Fred sin quitar la sonrisa, acababan de cerrar y estaban terminando de acomodar la mercancía con la ayuda de Verity que se encontraba del otro lado de la tienda

-Has estado muy alegre todo el día- comentó George pero Fred se encogió de hombros- ¿pasó algo? ayer te fuiste furioso, pensé que irías a buscarla-

-No, la esperé en casa- respondió Fred terminando de acomodar unas cajas, Verity se acercó a decirles que había acabado ya y se fue

-Pero cuéntame lo que pasó- insistió George y Fred le hizo un resúmen de lo ocurrido el día anterior-

-Y quedamos en que no se acercará a menos de tres metros de cualquier hombre- terminó Fred

-Claro- dijo George burlón

-Ya lo aceptará-

-Si tu dices, ¿qué tal el beso?-

-No tengo porque hablarte de eso-

-Oh vamos Freddie ten compasión, estoy soltero y vivo a través de ti-

-Fue el mejor beso que he tenido- dijo Fred después de reír por el comentario de su hermano

-Entonces sabe besar, ¿con quién habrá estado practicando?-

-Ya cállate y no fue por eso-

-Entonces no sabe-

-Para ser su primer beso estuvo muy bien, pero la cosa es que nunca me había sentido así-

-Freddie está enamorado- se burló George

-Me largo- dijo Fred, salió de la tienda escuchando la risa de su hermano y se pareció en su casa, entró y fue a la biblioteca a buscar a su esposa pero no se encontraba ahí, buscó en la sala, el estudio y la recámara pero no se encontraba en ninguno de esos lugares bajó nervioso y llamó a la elfina

-¿Dónde está?- preguntó

-La señora Weasley se encuentra en el porche- respondió la elfina después de hacer una reverencia, más tranquilo Fred salió y la encontró en uno de los sillones individuales arropada con una cobija mientras leía un libro, se acercó sin hacer ruido y le dió un beso en la mejilla causándole un pequeño sobresalto

-¿Llevas mucho aquí?-

-Casi toda la tarde- respondió Elizabeth enderezandose

-Vamos adentro- pidió Fred quitándole el libro que tenía entre sus manos, no se quejó ya que tenía algo de frío, apagaron las luces y entraron a la casa- sabes, una buena esposa me esperaría con la cena hecha, una copa de whiskey de fuego y poca ropa-

-Que lástima que no tengas una de esas- respondió Elizabeth y se encaminó a la biblioteca

-¿A dónde vas?-

-Lejos de ti-

-No lo tendrás tan fácil- dijo Fred siguiéndola

-Solo voy a acomodar unos libros-

-Estuviste ocupada- comentó Fred viendo la cantidad de libros que se encontraban sobre la mesa, ella se dedicó a acomodarlos mientras el los apilaba

-Tuve que hacer un ensayo sobre la poción crece-huesos-

-He estado pensando y creo que es muy buena idea que seas sanadora-

-¿Por qué?-

-Bueno, sabes que George y yo experimentamos en nosotros mismos con nuestros productos, de vez en cuando sale algo mal y puede que se nos caiga un brazo o dos, hacer fila en san mungo es bastante tedioso así que serás nuestro sanador personal-