Semejantes murallas que se extendían hasta donde no le alcanzaba la vista, el amarillento y naranja despertar del cielo junto con nubes de tétrica, pero no incomoda, forma, rastros de magia por donde quiera y un dulce olor a victoria era lo que Sarah estaba contemplando en frente suyo.
-Dos semanas –soltó Jareth de repente, sacando a Sarah del mágico y empalagoso transe en el que se había metido.
-¿Qué? -Sarah se dio la vuelta para verle, ¿Dos semanas para qué?
-Dos semanas para nuestra boda –respondió Jareth. Sarah, en lugar de tener la reacción de alegría que el Rey de los Goblins habría imaginado, agachó la cabeza tratando de esconder su mirada. "El precio que se paga por la libertad" pensó. Después, una duda entró en su cabeza, ¿Era aquella verdadera libertad o simplemente un encierro disfrazado de un matrimonio? Sarah comenzó a morder su labio inferior con angustia.
-"Nuestra boda" –susurró la chica. El "nuestro" los involucraba a ambos- Pero, ¿Sabes que ni siquiera te amo?
Jareth suspiró y cerró los ojos en un intento de tratar de acomodar su mente y sus próximas respuestas. Justo en las palabras de la chica estaba la amarga verdad. Cierto, ella no lo amaba, aún.
-Tienes toda tu vida para hacerlo –respondió Jareth, ahora con una pequeña sonrisa.
-¿Cómo estas tan seguro de eso?
-No lo estoy, solo lo sé y ya. Dejaremos que el tiempo decida el panorama, querida Sarah –Jareth extendió su enguantada mano y fue recibida por la chica, solo les basto dar unos pasos para que, de un parpadeo a otro, se encontraran en la entrada del terrible Castillo Más Allá de la Ciudad de los Goblins.
Cierta limpieza notoria hizo incomodar a Sarah, quien recordaba aquel castillo como un lugar revoltoso y divertido por donde los Goblins dejaban su rastro por donde quiera que pasaran; aquel lugar se sentía completamente diferente, muy apenas escuchaba el sonido de las toscas armaduras a lo lejos, y pese a que sus pasos fueran delicados estos hacían un gran eco en la sala del trono, donde también pudo notar una pila de libros descansando a un costado de la silla del monarca. Sarah por un momento sintió lastima y pena por lo que sea que hubiese pasado después de su victoria en ese lugar; quizá ya no había Goblins en el castillo; quizá sí; quizá él se había vuelto tan violento que todos terminaron corriendo despavoridos ante el comportamiento de su rey; pero quizá no; quizá, como las escasas criaturas mágicas que habitaban el Aboveground, estaban escondidos. Sin embargo, Jareth estaba orgulloso de la limpieza de su castillo, limpieza de la cual él era el responsable y ella era la causa de ese pasatiempo productivo.
-Te llevaré a tu habitación, Sarah. Alguien vendrá a verte pronto –anunció Jareth mientras daba camino por las escaleras del castillo- ¡Mirra! –exclamó, Sarah escucho el sonido de cansancio del Goblin desde muy lejos, el pequeño que iba corriendo al llamado de su rey terminó por tropezarse a unos cuantos escalones, pero mantuvo su postura para cuando tenía a su monarca de frente. Sarah se sintió aliviada de ver al menos a un Goblin en el castillo, le daba cierta confianza de que en realidad no estaba completamente sola con el Rey de los Goblins- Quiero que llames a mi "Mano Izquierda", ¡De inmediato!
El Goblin no dudó ni un segundo en salir disparado a cumplir sus órdenes.
-¡Sí-Sí su Majestad! –fue lo último que dijo Mirra antes de desaparecer por los pasillos del castillo.
-¿Mano Izquierda? –preguntó Sarah mientras subía las escaleras aun sosteniéndose del brazo de Jareth.
-Le he hablado sobre ti antes. Le agradas –fue su respuesta.
-¿Y qué tiene que ver tu "Mano Izquierda" conmigo?
-Va a ser tu tutor, querida.
-¿Tutor? –exclamó Sarah.
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El Poder Sobre Mí
FanficANTES 'YOUR DREAMS'. El Laberinto es real. Algunas veces, un deseo es capaz de cambiarnos la vida para siempre. Después de cuatro años de confusión y aturdimiento, el Rey de los Goblins acude al llamado de la chica que hacía tiempo había vencido en...