Ojos cielo

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31 de diciembre del 1992

Anthony Edward Stark un joven de 17 años, quien al igual que su padre era un genio con dones en la ingeniería y las ciencias físicas, a regañadientes era sacado de su taller de investigaciones por su madre para que se pusiera presentable para la diplomática fiesta de año nuevo a la que irían acompañando a su padre. No tenía nada en contra de las celebraciones a las que acompañaba a sus padres, no obstante, no era de su agrado estar rodeado de vejetes y aristócratas egocéntricos; él prefería invertir su tiempo en sus proyectos.
- Tony, se nos hace tarde bebé. - Al no ver reacción sobre su concentrado hijo, decidió acercarce. - Prometo que no será tan aburrida. Recuerda que es importante para tu padre y como su familia debemos estar para él en sus peores y mejores momentos. Además, alguien tiene que ser el joven más bello de la velada - Finalizó entregando un beso en la cabeza de su hijo. Con el último comentario el joven rio y volteo hacía su madre.
- Madre, no creas que adulandome podrás convencerme. Pero, tienes razón al decir que soy el más bello. Estaré listo en una hora. Puedes estar tranquila. - La señora Stark se retiró con una sonrisa a terminar de dejar todo listo para la noche.
El joven Stark se levantó desganado de su cómoda mesa rumbo a su dormitorio a prepararse para la velada. Como prometió, estuvo listo en una hora. Hora exacta para partir junto con sus padres al centro de New York a la fiesta para recibir el año nuevo. Al llegar, sus padres se concentraron con los demás invitados, así que decidió buscar a algún conocido o distraerse con alguna joven para guardar las apariencias. Al cabo de un par de horas, empezó una ceremonia para galardonar a las personas que contribuyeron con el desarrollo y prosperidad del país. Tras muchas personas condecoradas, entre ellas su padre, vio como este último entregaba un premio a quien le estaba robando el aliento en esos momentos. No notó el tiempo que pasó perdido en esos ojos color cielo, hasta que su amigo Charles lo agarró del hombro para saludarlo.
- Hey Tony, deja de babear por el Capitán Rogers. - Dijo su amigo con un tono pícaro. Tal comentario logró hacerlo sonrojar.
- No digas tonterías, Charles. Solo admiro su valentía por defender a nuestro país. - Intentó disimular.
- Fingiré creerte y dado que tu cerebro se encuentra ocupado realizando un proceso bioquímico por culpa de Rogers como para darte cuenta que es amigo de tu padre y tienes la oportunidad perfecta para acercarte justo ahora. - Añadió Charles mirando con un sonrisa al señor Stark y al grupo que se encontraba rodeando al joven Capitán. Tony sentía que no era apropiado acercarce, pues no creía que sea el momento adecuado.
- Piensa lo que quieras. Mejor cuéntame como te ha ido en tu primer año en Cambridge. - Tony decidió que mejor era cambiar de tema.
- Es interesante y las personas que he conocido tambien. Mi compañero de cuarto es un alemán muy peculiar que siento que convivo con Hitler. - Soltó con su singular acento británico y característico humor. Tony rio ante su comentario. - ¿Y qué tal te ha ido a ti?. El MIT no es cosa de broma, amigo mio.
- No es nada con lo que no pueda lidiar. El único problema es que no hay muchas chicas lindas. - Añadió con fingida molestia el joven Stark.
- Veo que no has cambiado mucho Stark.
- Y tú sigues siendo todo un aburrido Xavier.
Pasaron un tiempo más charlando, poniéndose al día en los acontecimientos de sus vidas y discutiendo, como buenos nerds, sobre sus avances científicos.
Luego de ser separados por las labores sociales de sus respectivos padres, Anthony sintió la necesidad de respirar, pues se sentía sofocado al estar entre tanta gente vacía. Salió al balcón a tomar un respiro y se distrajo mirando las luces de la ciudad hasta que se percató de la cuenta regresiva para el recibir el nuevo año. Fue entonces que decidió girarce y al hacerlo se encontró frente a esos ojos color cielo que le robaron el aliento.

10, 9, 8, 7, 6, 5, 4, 3, 2, 1...

Fue el tiempo que sus miradas se cruzaron y solo las desviaron al cielo cuando los fuegos artificiales empezaron a llenarlo.

SOLO TÚ ♡ STONY AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora