Capítulo VIII

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Yoongi se mordió el labio mientras sujetaba mejor las firmes caderas de Hoseok, ayudándole a subir y bajar por su miembro. Se relamió los labios, sonriendo suave al sentir las suaves y cálidas manos del chico viajar por su torso de manera suave y nerviosa.

Yoongi gimió cuando Hoseok aceleró el ritmo de los suaves saltos que daba encima de su hyung.

Hoseok tuvo que cubrirse los labios cuando notó una nalgada para no gemir alto.

El silencio y la discreción era necesaria, ambos lo sabían.

Pero Min no pudo remediarlo, y apretó una de las nalgas del más joven entre sus manos, escuchándole gemir su nombre.

El sonido de una alarma obligó a Min Yoongi a volver a la realidad. Se sobresaltó de su escritorio donde había estando trabajando en el regalo que le haría a Hoseok y donde sus ojos se habían cerrado para caer profundamente dormido.

Había tenido un sueño erótico con el menor.

- Mierda... - Maldijo en voz alta, mirando hacia abajo para ver su pantalón algo (bastante) abultado. La excitación seguía corriendo por sus venas.

Y qué mierda, de vez en cuando debía relajarse un poco.

Bajó el cierre de su pantalón antes de voltearse para mirar si estaba echado el pestillo. Apagó las luces y se levantó de su silla para dejarse caer en el sofá. Se tranquilizó, y empezó con su faena, imaginándose a Hoseok bailar encima suyo, igual que en su sueño, viendo sus caras de placer, escuchando sus gemidos en su cabeza.

Sí, sin duda necesitaba así a Jung Hoseok.

Por otro lado, Hoseok daba vueltas en la cama, sin poder conciliar el sueño. Las horas pasaban en su reloj, haciéndole gruñir y molestarse ya consigo mismo. Y, añadiendo que su cabeza no paraba de pensar, sabía que sería una noche larga. Muy larga.

¿Le gustaría el regalo a Yoongi? ¿Le habría regalado algo él?

Sin poder dormir, decidió levantarse a tomar un vaso de leche caliente, con cacao. Esa fórmula que todas las madres usan cuando, por X motivo, no puedes dormir. Sólo rezaba que le hiciera efecto.

Bajó a paso rápido y encendiendo todas las luces, ya que la oscuridad era su mayor enemigo, y solo se relajó una vez entró en la cocina, viendo ahí a Seokjin tomando otro vaso de leche con cacao.

- Hobi ¿qué haces despierto tan tarde?

- Yo... no consigo dormir -respondió antes de abrir la nevera y servirse la misma bebida, cuidando de no regar la leche fuera del vaso.

- Yo tampoco, Yoongi me tiene preocupado.

Hoseok frunció el ceño mientras introducía la taza en el microondas.

- ¿Por qué? ¿Volvió a fumar?

- No, sigue en la compañía... Este chico si no muere de agotamiento morirá de la buena hostia que le daré algún día.

El menor soltó una suave carcajada, sacando su tazón una vez estaba lo suficientemente caliente. Tomó el cacao en polvo, sirvió dos cucharadas y lo removió.

- Yo solo hago que dar vueltas en la cama. No sé por qué no consigo dormir.

- Se dice que cuando pasa eso es que alguien se está masturbando pensando en ti.

- Kim Seokjin eres un puto asqueros...

- No. Hables. Mal. En. Mi. Jodida. Casa.

Otra carcajada sonó en la cocina, siendo está vez acompañada del mayor de ambos. Después, se asentó un suave silencio, bastante cómodo y apacible. Ambos tomaban de sus tazas poco a poco, esperando la explicación del más joven, la que no se hizo esperar.

- Estoy preocupado por lo que pasa con Yoongi.

- Lo sé todo, él me contó.

Hoseok se sorprendió.

- No sabía que eran tan cercanos...

- Compartimos habitación, Hoba. O me cuenta, o no duerme. -Rio el mayor, negando suave antes de colocarse serio. – Ahora hablando seriamente. Sabes que Yoongi te quiere mucho ¿no?

La vista del menor se centró en su vaso ya vacío, soltando un suspiro.

- Pero no de la forma que yo le quiero a él.

- Bueno, Jung Hoseok, eso solo lo sabrás si hablas con él ¿no te parece?

Cuando Yoongi entró en su departamento, eran las cuatro de la mañana, y todos estaban durmiendo. O eso parecía, porque al llegar a su habitación, Kim Seokjin estaba sentado en la cama, mirándole fijamente.

- Estás dañando a Hoseok, Yoongi. ¿Por qué no hablas con él? Lo necesita...

Yoongi, aún callado, dejó su bolsa a un lado para acomodarse en su propia cama, suspirando.

- Yah, Min Suga Yoongi, como me ignores...

- Quiero mostrarte algo.

Esa suave y corta oración sorprendió a Jin, quien se esperaba una respuesta algo más borde y cortante por parte de su amigo. Este, se incorporó un poco y sacó de su mochila un pequeño carpesano, donde ponía el nombre de ambos en relieve. Seokjin observó eso y rápidamente lo arrancó de sus manos, pasando las cartulinas de su interior con suavidad, admirando las páginas llenas de fotos de ambos junto a algunas frases bastante cursis.

- ¿Es su regalo de navidad? – Preguntó sin salir de su sorpresa.

- No, es lo que le daré cuando le pida formalizar nuestra relación. Eso, junto a una pista que estoy componiendo. Y... Quería pedirle a Kook que me ayudara con el estribillo.

- Tranquilo, yo me ocupo de eso, Yoon. Me has dejado sorprendido.

Yoongi sonrió y guardó el álbum con cariño y cuidado.

- Para navidad le regalaré el peluche que compré aquel día junto a nuestra mejor foto firmada.

- Enamorado das asco.

- Como tu puta cara. 

Ma joie c'est toi  || yoonseokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora