Diario de una pasión

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---Vamos cuéntame un secreto tuyo, algo que jamás le has contado a nadie en tu vida.

Dorian no me había dejado dormir y ahora ya no tenía ni una pizca de sueño.

---Sí te cuento ya no será secreto ¿no crees?

Levantó una de sus cejas, nos encontrábamos frente a frente acostados en la cama y a pesar de estar a oscuras yo podía ver su rostro.

---Anda dime.

Suplique como niña pequeña.

---¿Tiene que ser algo bueno o malo?

Reí ante su pregunta.

---Bueno o malo, como quieras.

Respondí intrigada.

---De acuerdo, alguna vez me acosté con la esposa de un buen amigo mio.

Vaya pero que travieso, pensé.

---¿Estabas ebrio?

Sobrio dudo que lo hiciera con lo moralista que era, bueno que fingía ser.

---Un poco pero no demasiado.

---¿Te gustó?

---Lo disfruté si, pero la culpa me corroe cada vez que veo a mi amigo.

Debería decirle que al comienzo nunca lo hicimos como yo se lo hice creer, pero no, mejor no.

---Te toca responder.

Me exigió.

---Haber, pregúntame.

Se quedó en silencio un par de segundos.

---Te preguntaría lo mismo pero supongo que la lista sería interminable.

Le lancé una mirada asesina, tal vez tenía razón.

---¿Has estado con una mujer?

Note que mordió ligeramente uno de sus labios, mantenía su cabeza apoyada en uno de sus brazos y me miraba fijamente esperando una respuesta de mi parte, yo en cambio, lo miré seductoramente.

---No, pero una vez en la escuela besé a una chica, aquello fue lo máximo que llegué a hacer con una mujer, lo hice para pagar una apuesta que perdí.

Y si, había besado a Julia una compañera de mi salón.

---Oh...ya veo.

---Me toca.

Exclamé.

---¿Has hecho un trío?

Pregunté de inmediato.

---Si.
Respondió un tanto incómodo.

---¿Y qué tal ?

---Pues bien, supongo.

---¿Cómo que supones?

¿Le había gustado o no?

---Esta bien, si, estuvo rico ¿Contenta?

Sonreí con picardia, él solo rodó los ojos.

---Me toca, dime Sofía...por qué, haber como preguntarlo...

Lo vi rascar su cabeza pero sin decir nada.

---¿Qué cosa?

Lo interrogue.

---¿Por qué no lloras?

Desvíe mi mirada de el un par de segundos para después volver a mirarlo.

La hija de mi sirvientaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora