Panico

836 41 44
                                    

La mirada de Billy no era la misma que hace 27 años, se supone... que al regresar a Derry, al tener sus recuerdos, se supone que tendría que volver a ser como un niño, con los sentimientos inseguros, asustadizo, aun temeroso de un posible monstruo debajo de la cama, pero no, este no era aquel niño que asusto hace tanto tiempo, era un adulto, pero no como los demás, como los adultos cobardes que también había cazado, y eso era peor, como niño y como adulto, no había miedo y eso no era bueno para el. Y Bill se dio cuenta de ella, los ojos azules del hombre tenían un brillo malicioso, el arma seguía sujetado con seguridad y firmeza presionándose contra su frente, sus miradas seguían fijas. Bill seguía esperando algún movimiento por parte del monstruo, que este atacara por sorpresa o que aun intentara algún truco mental para asustarle pero seguía quieto en el sucio piso de las alcantarillas, el ser que tenia enfrente suyo estaba a su merced, indefenso... que glorioso poder sentía Bill, era como ser intocable, como ser mas que el monstruo que tenia enfrente, como si... nadie pudiese contra el nunca.

-¿Qué pasa? ¿Esperabas que al encontrarnos yo siguiera siendo un niño? No, me temo que no-riendo un poco ante sus propias palabras, en ese momento el miedo quedo en un plano muy lejano, Bill sentía una emoción que nunca siento antes y le estaba gustando.

-Billy... no eres tu...-susurro el payaso con una gesto de sorpresa en sus nuevas facciones, nada estaba resultando como el esperaba.

-Claro que lo soy, solo que algo diferente, al igual que tu, deberías verte, apenas y podrías darle miedo a un niño de 5-dijo con burla mirando aquellos ojos amarillos donde por un momento vio destellar un tono azul claro-dime ¿Cómo se siente ser mas humano? ¿Cómo es el miedo para un monstruo como tu?-decía acercándose mas con una sonrisa psicópata-¡¿Cómo se siente no poder hacer nada?!-el payaso reacciono rápido e intento abalanzarse otra vez sobre el cuerpo de Bill que ante la distracción pudo tirarle, le tomo por sorpresa y volvieron a aquella pelea en que el payaso intentaba matarle, pero ahora lo sentía diferente, si, a pesar de su forma mas pequeña, seguía siendo mas fuerte que un humano normal, pero ya no como antes, el rostro del monstruo volvía a reflejar su rabia y su boca aun se abría un poco mas que una de un humano normal revelando que aun poseía esos dientes monstruosos, que intentaban morderle. Billy espero esto, el payaso ni siquiera se fijo en corregir su primer error, que el humano seguía armado, cuando se dio cuenta fue cuando sintió algo contra su abdomen mientras sus manos estaban alrededor del cuello de Bill-me sorprende que tan bajo a caído tu astucia-dijo con una sonrisa ante la expresión de asombro del payaso que bajo la mirada del rostro de Bill hasta su abdomen donde estaba el arma, esas cosas nunca habían significado para el una amenaza, hasta ahora que su cuerpo no parecía regenerarse a su ritmo usual.

De pronto se escucho el sonido de un disparo y el cuerpo del payaso se puso rígido sobre el cuerpo del Bill, una oleada de dolor recorrió su cuerpo, Bill aprovecho esto para quitarse al payaso de encima, con un simple empujón.

-ahg... que asco... tu baba-se quejo Bill al darse cuenta que tenia rastro de la saliva del payaso en su camisa y en parte de su cara cuando este estuvo intentando morderle, intento limpiarse esta observando como el payaso se arrastraba sujetando su abdomen por donde escurría sangre y al parecer mucha, en verdad debía estar débil, tan solo se escuchaba de el pequeños quejidos y leves gruñidos mientras con su mano libre se impulsaba para dirigirse a aquel pozo donde le vio perderse cuando era niño y el y sus amigos le vencieron-oh, no iras ahí-camino calmadamente hasta este y tomo los ahora cortos cabellos rojizos con fuerza obligando a que le viera.

-Billy...-decia con dificultad mientras un hilo de sangre escurría de sus labios rojizos.

-deja de llamarme Billy-sin darle tiempo a reaccionar alzo su puño dándole un puñetazo sin medir fuerza, no lo creyó necesario-veo porque el miedo es delicioso para ti, es poder, verdad, tienes poder sobre otros-hizo que le viera de nuevo notando una mejilla algo roja dando otro golpe en el mismo lugar, no importaba la apariencia que este tomara seguía siendo el mismo monstruo que odiaba, el mismo que casi mata a el y a sus amigos, el mismo al que quería hacer pagar por todo lo que cometió.

A CLOWN HOUSEWIFEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora