Diferente

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Había vuelto al sótano, se encontraba sentado en el colchón con el libro de Billy apoyado en sus piernas, se encontraba en la misma página desde hace como media hora, realmente había dejado de leer, tan solo se encontraba viendo aquella página, una parte de él se sentía satisfecha por haberle dado ese golpe bajo a Billy después de las humillaciones que le había hecho pasar y claro, otra parte de él se encontraba nerviosa, atento a cualquier ruido, porque sabía que en el momento en que el humano llegara a casa las cosas se pondrían feas, pero no había de otra, lo hecho, hecho estaba. Intento leer el siguiente párrafo pero no podía concentrarse, sus manos incluso comenzaban a temblarle mientras sostenía la esquina de la hoja lista para darle vuelta una vez terminara de leer esa parte. Estaba a punto de intentarlo de nuevo cuando escucho la puerta principal abrirse y cerrarse de golpe, Pennywise dio un pequeño brinco en su lugar y cerró el libro escondiéndolo debajo del colchón, sus ojos se mantenían fijos en la pared de enfrente. Los pasos fuertes y apresurados se acercaban a la puerta del sótano la cual fue abierta con furia chocando con la pared, no quería voltear, se negaba hacerlo estaba... paralizado.

-¡TU! ¡MALDITO MONSTRUO!-Su cuerpo tembló al escuchar la voz furiosa, los pasos acercarse con rapidez y cuando tuvo el valor de voltear un poco fue cuando el puño de Billy se dirigió al e impacto contra su mejilla tirándole al piso. Fue cuando reacciono y al fin se dio cuenta del error que cometió-¡Pero esto no se quedara así!-le sujeto del brazos dándole la vuelta para quedar frente a frente y mantenerlo sometido bajo suyo, mirándole verdaderamente enojado. El payaso tan solo le quedaba mirando sin saber que hacer o que decir, sus labios entreabiertos, sus ojos azules abiertos en par en par, su mejilla ahora roja y un hilo de sangre bajando por la comisura de sus labios, sentía el dolor del golpe y el sabor de la sangre en su boca-Es increíble, como incluso ahora aun logras hacerme la vida imposible... como logras arruinármela-decía enojado, tomando ambas manos con una suya mientras que con la que tenía libre le sujetaba del rostro con fuerza haciéndole soltar un quejido, pero esta vez también le miro con el mismo odio ¿Billy en serio estaba culpándole porque su noviecita rompió con él?

-Oh... así que... ¿me culpas de esto Billy? Si yo estoy aquí es por tu culpa... estúpido humano miserable-le gruño ganándose otra bofetada por parte del otro.

-¡CALLATE! ¡Tú fuiste el que le dijo todas esas mentiras! ¡Te dije que no hablaras con nadie!-gritaba furioso pero en vez de otro golpe apretó de nuevo su rostro y lo acerco al suyo dándole un rudo beso, saboreando la sangre del otro y mordiendo su labio con fuerza escuchándolo quejarse mientras más sangre salía de los rojizos labios y ahora lo sentía removerse con fuerza bajo suyo buscando liberarse de su agarre sin excito, de nuevo le embargaba esa sensación de poder, ese deseo de someter de esta forma a aquel monstruo más ahora que se había ganado su castigo. Termino el beso de la misma manera abrupta en que lo comenzó-Había sido amable hasta el momento... pero esta vez no-le dijo sonriendo de aquella manera perversa que hizo a Pennywise sentir un escalofrió por todo su cuerpo y antes de darse cuenta recibió otro puñetazo en la cara tan fuerte como para dejarle aturdido, lo cual Billy aprovecho para prácticamente arrancarle las prendas.

Pennywise aún se sentía algo desorientado, le dolía el golpe y su cabeza le daba vueltas, sentía las prendas siendo arrancadas con rapidez y sus piernas siendo abiertas para luego sentir el pene ya duro de Billy hacerse paso en su interior llenándole y haciéndole soltar apenas un leve grito mientras Billy volvía a sujetar sus manos con una suya y con la otra alzaba una de sus piernas entrando profundo en él, lo escuchaba gruñir mientras lo penetraba, veía su rostro con aquella excitación que siempre mostraba cuando lo hacían, veía furia y enojo, sin miedo, siempre sin miedo, odio, siempre había mucho odio.

-Je...-un atisbo de una risa escapo de los rojizos labios manchados de sangre llamando la atención de Billy que levanto su rostro viendo fijamente el rostro del payaso que sonreía levemente aun con su rostro lastimado y la sangre escurriendo de su boca. No gemía, no gritaba, no lloraba cuando eso se había vuelto algo usual, lo veía hacer muecas de dolor pero la sonrisa no se iba y esos ojos azules seguían clavados en él.

A CLOWN HOUSEWIFEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora