Caramelo

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3 dias, Bill llevaba prácticamente 3 dias encerrado en su habitación del hotel, no salía para nada y solo abría la puerta para recibir la comida que pedía con servicio al cuarto, se la pasaba echado en la cama pensando en miles de cosas distintas, viendo televisión o escuchando la radio todo con tal de no pensar exactamente en la última vez que vio al payaso, fue confuso hasta para el. Se podría decir que tuvieron la conversación mas tranquila que pudiese haber entre ellos, claro lo arrastro, le golpeo, volvió a violarlo... pero tampoco podía esperar que se sentaran en una mesa y tomaran una taza de té después de todo lo sucedido... aunque eso no era lo que le gustaría olvidar si no lo ultimo que hizo antes de irse. Aquel beso. Fue solo un beso y se sintió como algo... algo que ni siquiera sabia describir, había actuado llevado por el instinto como antes, pero con sentimientos diferentes, sin intención de dañarlo, sin querer hacerle sufrir, solo quería sentir esos labios, dejarse envolver por el aroma dulce a manzana de caramelo y a todos esos bocadillos deliciosos que se encontraban en un circo.

Bill ya no sabia si quiera que pensar, se dividía en un odio inmenso acumulado por años, en una enorme obsesión por encontrarle, por tenerle frente a frente para confrontarlo... y en un nuevo sentimiento que tan solo le hacia querer besarle tocar esa piel pálida y recorrer los cabellos rojizos con sus manos y... ahí estaba de nuevo pensando en eso, estaba en un punto en que ya no sabia que hacer, sentía que podía hacer de todo menos matarle, pero tampoco podía dejar que algún día se recuperara y volviera a matar niños.

-debo hacer algo... no puedo matarlo, no puedo, no puedo, no quiero... no quiero...-Bill no quería hacer eso, se negaba a darle un nombre a estos sentimientos que tenia cada vez que pensaba en Pennywise, tan solo llamarle interés, si algo asi-si no quiero, entonces debo de encontrar otra manera de detenerle...

Paso el resto del dia pensando en todo lo que podía hacer para solucionar todo esto, pero por el momento no se le ocurría nada lógico mas que salir de su cuarto y ver que por lo menos el payaso no había causado algún otro desastre u homicidio. Se levantó un poco mas optimista aunque sin preocuparse realmente de que Pennywise hubiese atacado a algún niño, sentía que después de lo sucedido no tendría fuerza para actuar. Asi que solo se dio un baño rápido y se vistió tomando su mochila asegurándose que tuviese todo lo necesario para pasar un rato en las alcantarillas y por último el amuleto en su bolsillo. Cierto que el payaso apenas podía moverse pero no por eso iba a arriesgarse y mucho menos bajar la guardia.

Sin esperar mas salió del hotel y se detuvo en la misma carnicería de la otra vez comprando otra gran ración de carne fresca que aun goteaba sangre, eso y claro compro algunas cosas para el, y tal vez probar si Pennywise podía comer otras cosas, sería un gran descubrimiento si lograba algo asi. Una vez llego a la casa Neibolt Street bajo por el sótano hasta llegar a las alcantarillas, de alguna manera sentía como si esto se volviera una especie de costumbre, en menos de una semana era su tercera vez yendo solo a las alcantarillas, Bill casi podía sentir que no necesitaba de la linterna que podría encontrar la guarida de Pennywise con sus propios sentidos, caminaba con normalidad como quien da un tranquilo paseo por el bosque, recorriendo los túneles hasta llegar a aquel lugar que se veía tan tranquilo y solitario siendo iluminado solo el agujero en el techo, todo se veía exactamente igual que cuando se fue hace unos días, incluso el cadáver de la niña seguia en el mismo lugar aunque era notable que ya se estaba descomponiendo, intento no prestarle atención mientras buscaba al payaso.

-¿Pennywise?-alzo un poco la voz siendo que esta resonaba en las paredes de la alcantarilla, movia la linterna en todas dirección hasta que le encontró en un rincón cercas de la montaña de juguetes, se veía dormido, asi que acerco con sigilo, sus prendas seguían igual de sucias y rotas y su apariencia seguia siendo la misma que habia adoptado recientemente, se acerco un poco mas para verle con detalle, parecía dormir profundamente, ni siquiera parecía notar su presencia, Bill estaba sorprendido de como su apariencia había cambiado pero de alguna forma seguía viéndole como el monstruo que atormento su infancia, pero en fin, le gustaba como se veía mas humano, acerco su mano rozando sus cabellos rojizos, estaban hechos un desastre al igual que todo el resto de el bien ya eran dos, el otro era un desastre por fuera y el era un desastre por dentro, y su cordura no contaba, este ya era un monstruo, siguió tocando los cabellos ajenos sin darse alguna justificación por aquel acto cuando le vio removerse en su lugar y despertar lentamente.

A CLOWN HOUSEWIFEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora