A CLOWN HOUSEWIFE

Amiga

Hasta el momento la dinamica solo se basaba en Bill y Penny, asi que pense que caeria bien añadir otro personaje, espero les guste el rumbo que va tomando la historia

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-Te digo que esa maldita perra me las pagara, arruino mi maldita ropa.

-Es tu culpa, comenzaste a forcejear con ella cuando había mucha gente viendo, si te hubieras esperado a llevarla hasta el cuarto... bueno, con tanto ruido de la fiesta no la hubieran escuchado.

-Si... debí de haberlo hecho, pero esto no se quedará así, se dónde vive y te aseguro que hare llorar a esa puta hasta que...

-Espera, mira hacia ahí-aquel par de sujetos se detuvo un momento, el tipo le señalo a su amigo una pequeña figura apoyada en la pared, de cabellos de un rojo intenso, piel muy blanca, labios rojizos y su cuerpo cubierta por un abrigo, aunque se notaba sus piernas igual de blancas y esbeltas. El otro sujeto volteo a ver hacia donde su amigo le señalaba y también le llamo la atención.

-Es... ¿una mujer? – no se distinguía bien estando en la oscuridad, aunque tenía unas facciones suaves y delicadas.

-No sé, pero si no es... bueno, nadie tiene que enterarse, y siempre podemos hacer que no habrá la boca-dijo con una sonrisa perversa mientras el otro sonreía de la misma forma para después acercarse hasta a aquella persona que al notar su presencia volteo a verlos, ambos quedaron encantados con aquel adorable rostro y esos grandes ojos azules, parecía casi irreal, como si fuese el rostro de una muñeca-hola ¿te encuentras bien? -pregunto pareciendo mostrar autentica preocupación.

-No, estoy perdido... no se... no sé dónde estoy, no sé dónde está mi hogar-dijo el jovencito asustado mientras jugueteaba con las mangas del abrigo- ¿ustedes podrían ayudarme? No soy de aquí y no conozco a nadie.

-Por supuesto que si-respondió el otro sonriendo con gentileza-sabes, hay una tienda cercas por aquí, tal vez podríamos pasar ahí, comprarte algo y después pedir ayuda ¿Qué dices?

- ¡Oh eso suena muy bien! Es muy amable de su parte-respondió el jovencito con una encantadora sonrisa, pareciendo aliviado de que tenía ayuda. Ambos hombres se dispusieron a guiarlo a la supuesta tienda, yendo uno a cada lado del menor, pero solo parecían irse hasta una parte cada vez más oscura y con menos gente, hasta que pasaron cercas de un callejón donde rápidamente arrastraron al chico y lo estamparon contra la pared, ambos sonriendo de aquella manera perversa y lasciva.

-Tienes mala suerte encanto, al parecer no te enseñaron a no confiar en desconocidos -dijo uno de ellos mientras el otro solo se reía, pero pronto las sonrisas fueron desapareciendo al notar una sensación extraña en el lugar, como si la oscuridad se moviera y el silencio fue roto por una risita tétrica, ambos lentamente se fijaron en el chico que ahora que lo notaban ni siquiera puso resistencia cuando lo atrajeron al callejón.

-Creo que se han equivocado, aquí el de la mala suerte son ustedes ¿O es que nunca les enseñaron a no confiar en una cara bonita? -alzo su rostro con una enorme sonrisa llena de colmillos afilados y unos ojos amarillos y rojizos que brillaron en la oscuridad, el hombre que lo sostenía rápido se separó, ambos temblaban pareciendo que se habían paralizado del miedo tan solo retrocediendo hasta que el monstruo atrapó a uno de ellos alzándolo por el cuello-me ha caído bien su visita, realmente tenía hambre... veamos, que tenemos aquí-saco su lengua larga y llena de baba lamiendo el rostro de aquel humano para después reír con evidente burla-¿A los insectos? En serio le tienes miedo a los insectos... mala idea traerme aquí jajaja- Aventó al tipo al piso.

El hombre empezó a gritar horrorizado al sentir la sensación de millones de insectos de toda clase correr por su piel, pero no podía verlos, sus gritos y llanto se hacían más fuertes. Pennywise disfrutaba de la vista hasta que después dirigió su mirada al otro hombre que al darse cuenta que el monstruo le observaba salió de su estado paralizado y salió huyendo dejando a su amigo a su suerte, aunque ni siquiera llego a poner un pie fuera del callejón cuando el monstruo apareció frente suyo y lo derribo en el piso colocándose sobre él.