Era verano, y el calor seguia tan intenso como todos los días.
Las vacaciones estaba cerca y Oliver las esperaba con ansias.—Maldita escuela de mierda. Odio a todos los malditos profesores de mierda.— Dijo Oliver, mientras le daba una calada a su cigarro.
—¿Puedes dejar de ser tan vulgar?.— Reclamó Lucio.— Y apaga eso, alguien puede verte.
—Me da igual. Estoy harto de este maldito lugar. ¿Acaso cuando sea actor, necesitaré saber la raíz cuadrada de alguna mierda?.
—No, pero no está de mas aprender todo lo que puedas.
—Cuando sea actor, voy a mandar a todos a la mierda. Iré a la televisión y mostraré mi dedo medio a la cámara y diré: "Malditos maestros de mierda, jodanse". Dios, será tan glorioso ese día.
—Aveces pienso que estas loco.
—Y aveces pienso que tu deberías estar en un convento, haciendo dulces o plantando lechugas. Pero bueno, las cosas no...
—¡Otra vez fumando!.— Interrumpió uno de los profesores.
—Si, lo hago. Pero es medicinal, relajese.— Se excusó Oliver.
—Muestrame la receta.— Exigió el profesor.
—Se me perdió, lo siento.
—Bien, como siempre, se ha ganado un reporte. Ya sabe, dos mas y esta fuera de la escuela, además de que su señora madre, no se ha presentado en ninguna ocasión para hablar sobre su comportamiento.
—Sabe, es que nunca he tenido una figura paterna. Mi padre nos abandonó y ahora mi madre trabaja de bailarina exótica, y después se acuesta con cualquiera que se le pase enfrente. Por favor, no me reporte, no sabe lo que me sucedería si me sacan de la escuela.
—Ese truco es viejo señor Oliver, no me quiera ver la cara de estúpido.
—Bueno, al menos lo intenté. Pero bien, yo veo siempre las cosas como son.
—¡Eres un insolente!, debería expulsarte ahora mismo.
—Hagalo, me da igual.
—Un día me voy a dar el gusto de sacarlo de aquí, para no volver a verlo jamás.— Después, el profesor se dirigió a Lucio. — Y usted, ¿También estaba fumando?.
—¡No!, a mi no me gusta eso.
—Bien, pues le aconsejó que no siga los pasos del joven Oliver, es mas, le recomiendo alejarse de el. Dicen que una manzana podrida, siempre pudre a las demás.— El profesor arrancó el reporte y se lo lanzó a Oliver, para después irse.
—Ese hijo de puta. Aveces me dan ganas de matarlo.
—Definitivamente estas loco.
—No, enserio. Me pasa muy seguido, cuando alguien me fastidia demasiado. Me imagino tomándolo del cuello y apretándolo hasta dejarlo sin aire. Y la cosa es, que me causa satisfacción hacerlo. Me encanta matar a las personas en mis pensamientos.
—Aveces me das miedo Oliver. Y quiero creer que todo lo que dice es broma. Porque enserio me asustas, no está bien que pienses de esa manera.
—Pero esa es mi forma de pensar. Quizá es una manera de liberar mis demonios. Aunque no te niego que me encantaría hacerlo, sobre todo con ese maldito vejo cara de ano.
—Bien, yo haré de cuenta que todo fue una broma.
—Haz lo que quieras.— Oliver tomó su reporte, lo hizo una bola y lo lanzó lejos, sin darle mayor importancia.
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Pecado Mortal
Teen FictionOliver y Lucio, uno de ellos llevará la locura mas allá de los límites... ADVERTENCIA: Esta novela no es apta para menores de edad. Contiene escenas y temas no aptos para personas sensibles, se recomienda discreción. (+18). OBRA PROTEGIDA EN FAVOR D...