Capitulo 13

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Oliver permaneció sentado hasta que llegó la policía y el servicio médico forense.
Parecía estar verdaderamente afectado, aunque eventualmente no era así.

—Tranquilo hijo. Dime que fue lo que sucedió. — Dijo uno de los oficiales.

—Bue... Bueno... Yo vine a visitar a mi abuela... Todos los días vengo... Pero hoy... Yo llegué y la encontré botada en el suelo.— Comenzó a llorar Oliver.— No alcanzó a tomar... Su medicina.

—Ya. Ven aquí.— El policía lo abrazó mientras lo consolaba.

—¡Mi abuela!, ¡Mi abuela se murió!. — Comenzó a gritar.

—Tranquilo, vamos a brindarte ayuda en estos momentos tan difíciles para ti.

—Gra... Gracias... Es usted muy amable.




Mientras tanto...



Lucio había llegado a su casa totalmente descalzo y sucio.
Su madre lo detuvo en la entrada.

—¿Que te pasó?, ¿Por que vienés así?.— Preguntó la mujer sin obtener respuesta, pues Lucio prefirió pasar de largo.— Responde Lucio, te estoy hablando, hijo... Dime porque vienés así, ¿Que sucedió?.

Lucio subió a su habitación sin responder y  le puso seguro a la puerta mientras comenzaba a desnudarse.

El pobre chico se miraba al espejo y su mirada se perdía. Sentía dolor, y no sólo era físico, también era emocional, y ese dolía mas.

Lucio se desnudó completamente y vio unas líneas rojas en sus piernas, era sangre que había salido de su trasero después del acto tan aberrante que Oliver cometió.

Entró a la ducha y abrió la regadera, y lo único que pudo hacer es tirarse al suelo y dejar que el agua fría cayera sobre el mientras lloraba.

Lucio pensaba en lo mucho que odiaba en lo que Oliver lo había convertido. No dejaba de pensar en lo mucho que detestaba la manera en que lo manipulaba y el caía siempre en sus engaños y lo arrastraba a hacer cosas que no eran para nada buenas.

Lucio se sentía completamente sucio, y no precisamente porque lo estuviese
El se sentía sucio de una manera no tan superficial, aun así y como pudo se levantó y cerró la regadera.

El trasero le dolía terriblemente, así que hizo un devastador esfuerzo por levantarse hasta lograrlo.
Aunque haría algo menos sensato, y decidió meterse los dedos al trasero, pero en cuanto metió el primero, tuvo un tremendo dolor que le recorrió hasta la espalda.

Necesitó de valor para meterse el otro dedo, aunque sabía que aquello resultaría igual de doloroso que el primer  intento, sin embargo volvió a repetir el acto, y tal como lo predijo, el dolor era horrible pero lo logró, se metió dos dedos y comenzó a intentar sacar todo lo que pudo de su interior.

Con terror vio, como tenía los dedos cubiertos de sangre, y ahora entendía porque dolía tanto.
Odio tanto a Oliver que incluso le deseó la muerte.
Porque era obvio que alguien como el merecía aquel destino.

Sin embargo, Lucio sabía que nada podía hacer en contra de su amigo.
Pero sentía que la locura de Oliver se le estaba contagiando, pues en un arranque de delirio, el pequeño Lucio comenzó a meterse los dedos como si se estuviese masturbando.

Gemía y una y otra vez, pero ni el mismo sabia si era de dolor o de placer, aun así tomó su polla y comenzó a masturbarse mientras que con la otra mano, metía ambos dedos a su esfínter para torturarse de placer o de dolor, solo el sabia de que manera llevaba las cosas.

Abrió las piernas mientras se metía los dedos con violencia y la sangre emanaba de su ano al suelo y en un suspiro, Lucio se corrió completamente un chorro tras otro mientras ahora acariciaba su abdomen.

Nuevamente abrió la regadera y dejó que el agua se llevara loa restos de sangre, mientras el intentaba  limpiarse, tomó una toalla y se la enredó alrededor de la cintura, mientras se tomaba de la manija de la ducha y se levantaba.

—Nadie va a querer violarme otra vez, porque ya no soy virgen. Oliver ya no me va a tocar y Santiago no me volverá a desear.— Murmuró Lucio mientras salía de la ducha.

Pero de pronto, su teléfono comenzó a sonar sabiendo que quizás era Oliver, así que decidió responder.

¿Quieres violarme otra vez?.

—¿Que?, no seas idiota, tengo algo terrible que decirte.

—¿Que quieres?.

—Mi abuela murió, le dio un ataque.

—¿Esto  es cierto o es algún truco para volver a follarme?.

—No no, esta vez es cierto, mi abuela murió, ven a su casa por favor, te necesito.

—Solo lo hago por tu abuela.

Oliver colgó y decidió cambiarse para el funeral.
Esa misma tarde llevarían al cementerio a la abuela del chico, ya que el así lo había pedido, pues como es sabido, poco le importaba la anciana.





††††††††††††






Lucio llegó casi una hora después de su llamada con Oliver.
En cuanto este lo vio, se levantó y lo abrazó.

—¡Lucio, mi abuela murió!.— Lloraba Oliver, mientras corría a abrazar a su amigo.

—Lo lamento, en verdad lo hago. Solo no quiero que me toques o que te acerques.

—Sobre eso, quiero pedirte una disculpa sabes, yo estaba muy drogado y no sabia lo que hacia.— Oliver se arrodilló ante Lucio. — Por favor, ¿Podrías perdonarme?.

—Este no es el momento Oliver, levantate.

—Por favor, te lo suplico.

—Ok Oliver, te perdono por haberme robado la inocencia.— Dijo sarcásticamente.

—Yo no pido disculpas y mucho menos me siento culpable de mis actos, pero en este caso, era necesario disculparme contigo.

—Da igual, hay algo que me arrebataste y que jamas volveré a recuperar.

—De verdad lo lamento.

—Como sea, voy a sentarme.


En la mansión no había nadie. La abuela de Oliver no teniaas familia, solo lo tenia a el y a su nuera(la madre de Oliver).
En cuanto al funeral, la abuela de Oliver fue llevada a la mansión para que un cura oficiara una pequeña misa en honor a la fallecida.
Oliver lo planeó todo para que nadie pudiese sospechar.


—Voy a despedirme de mi abuela.— Oliver se acercó al ataúd y abrió el féretro, mientras observaba a su abuela muerta. Miró hacia atrás y vio que todos rezaban en silencio, así que murmuró. — Ahora si, voy a disfrutar de todo tu dinero maldita vieja tacaña. Voy a hacer tremendas fiestas aquí, en tu amada casa. No sabes como estoy de feliz, solo espero que esta ridiculez termine para poder heredar toda tu fortuna. Adiós vieja decrépita, nos vemos en el infierno. — Oliver se acercó al cadáver y besó su mejilla, para después limpiarse los labios con la manga del traje.



Con la muerte de su abuela, la vida de Oliver cambiaría radicalmente.

Pecado MortalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora