Ambos estaban congelados al escuchar los pasos, pues por sus mentes pasaron muchas cosas, desde las mas humanas, hasta las mas fantasiosas.
La sorpresa fue mayo cuando Lucio apuntó con la lámpara, hacia la dirección de donde provenían los pasos.
—¡¿Que demonios hacen aquí?!.— El maestro de Ciencias estaba frente a ellos, y por su cara, no parecía muy feliz.
—Venimos a... A recoger algunas cosas que olvidamos.— Se excusó Oliver.
—No nací ayer muchachitos, se perfectamente que no están aquí por unas simples cosas. El que estén aquí a estas horas, merece expulsión definitiva, lo que quizá haga con ustedes.
—Bueno y a todo esto, ¿Usted porque está aquí?.— Se atrevió a preguntar Oliver.
—No debería responderte, porque no es de tu incumbencia.
Lo que si les diré, es que prácticamente tienen un pie fuera de esta institución.—¡Corre!.— Oliver tomó la mano de Luico y juntos corrieron por las escaleras, subieron a todo velocidad, mientras el director no se quedaba atrás y les seguia de cerca.
—¡Alto ahí o sus problemas serán mas graves, detenganse!.— Gritó el profesor.
Oliver automáticamente se detuvo ante la mirada atónita de Lucio
—Ahora si me van a escuchar los dos.— Dijo el maestro, mientras subía las escaleras.
Oliver aprovechó y tomó impulso mientras extendía los brazos hacia adelante, empujando al docente quien perdió el equilibrio y cayó hacia atrás, mientras rodaba de una manera bastante fuerte.
—¡Oliver, ¿Que hiciste?!.— Gritó Lucio, completamente desesperado.
—Lo... Maté... Por fin, pasó como yo soñé. — Oliver se encontraba con la mirada perdida, pero tuvo que reaccionar, pues Lucio lo llamaba.
—¡Maldito imbécil!, ¡¿Que hiciste?!, ¡Lo mataste!.— Gritó Lucio con desesperación.
—Calmate Lucio, quizás aun está vivo.
—Oliver bajó las escaleras con cuidado, mientras el profesor yacía en el suelo y un charco de sangre donde descansaba su cabeza.— Mierda, es cierto, ya está bien muerto.— Comenzó a reír Oliver.— Ese hijo de puta se murió.—Oliver... No, no, ¡No, no, no!. — Lucio se arrodilló en el suelo y se llevó las manos a la cabeza mientras lloraba desconsolado.
—Cierra la maldita boca, deberías estar feliz, al fin murió este estorbo. Siempre me la pasaba imaginando su muerte, y ahora que lo hice, siento una paz interior.
—Oliver, ¿No entiendes la gravedad del asunto?, ¡Lo mataste!, ¡Mataste a una persona!.
—Tranquilo, ayudame. Vamos a deshacernos de su cuerpo, ¿Que sugieres?.
—No se Oliver... No lo se...
—Muy bien, yo pensaré por ti, veamos... Estoy pensando en hacerlo pedazos y enterrarlo, o mejor aun, voy a triturarlo... Dios, que flojera. Ya se, solo vamos a enterrarlo.— Oliver se acercó al cuerpo e intentó arrastrarlo. — Este maldito si que pesa, desgraciado, nos va a dar muchos problemas. Demonios Lucio, ayudame.
—¡No!, yo no seré parte de esto... Lo que pasó es grave Oliver, entiendelo, no fue cualquier cosa, asesinaste a una persona.
—¿Asesiné?, querrás decir, asesinamos. Aunque no lo quieras, tu también eres cómplice, y solo te digo, que si la policía me descubre, diré que tu también me ayudaste, e iras a prisión, ¿Como ves?.
ESTÁS LEYENDO
Pecado Mortal
Teen FictionOliver y Lucio, uno de ellos llevará la locura mas allá de los límites... ADVERTENCIA: Esta novela no es apta para menores de edad. Contiene escenas y temas no aptos para personas sensibles, se recomienda discreción. (+18). OBRA PROTEGIDA EN FAVOR D...