Capitulo 21

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Lucio llegó muy temprano a la casa de Oliver y llamó a la puerta.
Y al parecer el susodicho le estaba esperando, pues salió pronto y le recibió de una manera no tan cortés.

Oliver estaba semidesnudo y le invitó a pasar.

—¿Te gusta verme así?.

—Te ves bien.

—Vamos, soy irresistible y seguro me estás imaginando desnudo ahora mismo. Si quieres puedes tocarme el paquete.— Alardeó Oliver mientras se tocaba en medio de la ropa interior.

—Claro, te encuentro muy... Irresistible...

—Pero pasa amore mio, no quiero que te quedes aquí afuera, no quiero ser un mal anfitrión,ven.— Oliver tomó a Lucio por detrás y lo abrazó mientras entraban a la mansión.

—Oye, lamento lo de tu madre por cierto.

—Ah... No importa, no es algo que me quita el sueño.

—¿Enserio no te duele la muerte de tu madre?.

—No, esa perra se lo tenía merecido.— Sonrió Oliver.— Bueno, no hablemos de cosas insignificantes.

—Me llamaste porque según estabas muy afectado.— Reclamó Lucio.

—En realidad solo quería saber si, ¿Quieres tener sexo conmigo?.

—¿Que?.

—Vaya que eres lento, lo que quiero decir es que te la quiero meter.

Lucio tenia cara de poker en ese momento y no sabía que responder.

—Yo... Bueno... No vengo preparado.

—Ah, eso es lo de menos, tengo un cajón lleno de preservativos.

—Me refiero a que... Quiero que sea mas especial, ya sabes... Velas, vino, una rica cena.

—Ja, creí que era una perra sádica.— Oliver sacó una botella de vodka y se sirvió un trago mientras llenaba otro vaso con el mismo liquido.— Cuando te la metí la primera vez, no necesitamos velas ni vino, no quieras ponerte decente ahora.

—Tal vez tienes razón, necesito un poco de diversión.— Lucio se acercó a Oliver y pasó su mano por el abdomen de su amigo.

—Vaya, jamas me imaginé que te ibas a poner caliente. Me gusta que seas así, pero sabes... Desde que te di aquella hermosa violada, estás muy diferente, creo que saqué tu lado oscuro y eso me gusta. ¿Que tal si probamos de nuevo?.

—Tranquilo vaquero, quiero ir disfrutando paso a paso.

—En la manera en que me tocas, no parece que quieras ir muy despacio.

—Voy a hacer el amor contigo, pero...

—No digas eso nunca mas cariño, yo no hago el amor, yo tengo sexo, cojo, follo, y violo, pero el amor... Jamas lo hago.

—Bueno, tendremos relaciones solo si me dices, ¿Donde está Samuel?.— Cuestionó Lucio mientras acariciaba el cuello de Oliver, este se puso serio y su expresión se tornó sombría.

—¿Enserio quieres saber?.— Oliver abrazó fuerte a Lucio y lamió su cuello.

—Si... Si...

—¿Pero me vas a dejar hacerte lo que quiera?.

—Depende.

—Solo quiero mearme sobre ti y darte un beso negro, ¿Te gusta?.— Oliver le metió la mano bajo la camisa a Lucio.

—No se, eso es algo muy extraño...

—Entonces no voy a decirte nada sobre nuestro querido Sami.

—Bueno, quizás me deje. Pero lo ideal sería que lo hiciéramos en la ducha, no quiero estar sucio.

—Me encanta que seas tan cooperativo. Y no te preocupes, voy a dejar que te des una ducha.

—¿Entonces?, ¿Me vas a decir lo que sucedió con Samuel?.— Indagó Lucio.

—Lo maté. — Confesó Oliver con una sonrisa en los labios.— Pero antes que nada, no puedes decir algo malo, recuerda que asesinamos al profesor hace tiempo.

—¿Por que?, ¿Por que lo hiciste?.

—Es que se veía tan tierno e inocente, que me provocó aplastar toda esa inocencia, quería despedazarlo y hacerlo mierda. Soy un lobo y el era un corderito sabroso, capaz de saciar mi apetito.
Verlo lleno de sangre y suplicando piedad... Me excitó tanto, que casi quería masturbarme sobre su cadáver, es mas, quería violar su cuerpo.

—Si dejo que tengamos sexo, me vas a matar?.

—No, a menos que me des un motivo.
¿Quieres morir?.— Una sonrisa tétrica se dibujo en el rostro de Oliver.— Tengo un cuchillo filoso y grueso en la cocina, podría pasarlo por tu cuello mientras me bebo tu sangre.
¡Ay coño!, me fascina la idea, pero no quiero seguir pensando mas en ello, porque puede que lo haga realidad.

—Je... Bueno... Probablemente deba irme a mi casa.— Lucio retrocedió, pero Oliver le dio alcance y lo acorraló contra la pared.

—¿No vas a dejarme así verdad?, tengo la verga bien dura por tu culpa, y si no logro follarte... Te voy a matar amore mio.— Oliver besó dulcemente el cuello de Lucio y comenzó a acariciarlo mientras este gemía, hasta que Olí le propinó un puñetazo en el abdomen a Lucio haciéndolo caer a el suelo.

—¿Que... Te pasa?.— Susurró Licio soportando el dolor.

—Lo siento, solo que estoy tan excitado, que sentí la necesidad de golpearte. Deseaba con toda mi alma golpearte y amarrarte, tomar una cuerda gruesa y golpearte hasta ver tu espalda y tus nalgas completamente rojas. Lo lamento, estoy intentando contenerme.

—Si pendejo... Pero esto no es 50 Sombras.

—Obviamente no, yo no soy tan generoso, ni mucho menos te voy a tratar como princesa para subirte a un helicóptero y jurarte amor eterno.
—Oliver extendió su mano para ayudar a Lucio a incorporarse, mientras lo volvía a atrapar entre sus brazos.

Lucio acababa de arrepentirse, pero lamentablemente para el, ya era demasiado tarde. Aun así decidió seguir, a pesar de saber que Oliver había cometido asesinato en contra del pequeño Samuel.
Jamas llegó a imaginar que su amigo pudiese ser tan siniestro y retorcido. Es verdad que tenía ideas extrañas y un comportamiento fuera de lo normal, pero nunca pensó que las cosas llegarían demasiado lejos, no después de asesinar a su profesor de ciencias.

Lucio solo rezaba mentalmente, esperando por un milagro y que todo pusiese salir tal cual lo había planeado.
Solo rezaba para no terminar trágicamente como el pequeño Sami, pues sabía que Oliver no tenia nada que perder, no tenia miedo a lo prohibido...

Continuará...

Pecado MortalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora