Siento como si estuviera a punto de vomitar todas las palabras que nunca dije. Que el alcohol y los cigarrillos con los que he estado curándome el corazón no van a ser suficientes.
Como si el estómago se me hiciera nudos y al mismo tiempo tengo la necesidad de llorar pero las lágrimas no salen.
Quizás nunca lloré lo suficiente y es por eso que cada que escucho tu nombre algo se rompe dentro de mí.
Y mientras mi mente ha intentado olvidarte, parece que todo mundo me habla de ti. Todos me preguntan qué siento ahora que tú ya no tienes dueña y te has ido tras la chica que supuestamente nunca significó nada, qué siento ahora que ella sí fue suficiente para que dejaras a tu dueña y yo nunca lo fui.
¿Qué siento?
Siento que mis pulmones colapsan y no es debido a los cientos de cigarrillos que he ingerido desde que te dejé.
Alejarme fue lo más correcto, pero no se siente así si extraño cada maldito día las mentiras hermosas que me decías para hacerme sentir bien conmigo misma.
Te veo desde lejos y me sigues atrayendo como lo hiciste el primer día que te vi. Y cuando recuerdo que eres un idiota, ya no me importa mucho.
Porque, hablando con seriedad, si tuviera la oportunidad de besarte de nuevo o compartir un cigarrillo mientras hablamos de cómo nos destruimos mutuamente, lo haría. Lo haría sin pensarlo dos veces. Porque contigo mi respuesta siempre fue sí. Aunque me pisotearas dos, cuatro o seis veces. Mi respuesta era sí.
Y, ¿qué tan poco te tienes que querer para ser segunda opción de alguien? ¿para creer que ese es el amor que mereces?
Llegué a pensar que a lo mejor mis besos no fueron suficientes, que probablemente debí dejarte escabullir bajo mis sábanas más rápido. Que debí abrazarte más cada vez que estabas triste. O darte mejores consejos, así como los que debe darte ella.
Tuviste suerte de que el amor propio que me tenía era prácticamente inexistente hace cuatro meses. Porque sólo por eso me quedé contigo. Vivía por los "qué bonita te ves hoy" que me susurrabas diariamente al oído. Y aunque las peleas nos mataban, siempre volvíamos el uno al otro porque solíamos necesitarnos.
Y ahora aunque sienta que me arrancan el corazón cada que pronuncian tu nombre o me preguntan por qué nos fuimos a la mierda, no te necesito.
Me siento como la peor persona del mundo y estoy molesta conmigo misma por permitirme ser tu segunda opción.
Siento que dentro de ti aún queda algo de humanidad y te sientes un poco miserable por haberme lastimado de tal manera. Y si es verdad, espero ella la encuentre.
Que te haga humano,
como yo no pude hacerlo.
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Everything Comes Back To You
PoetryLos pensamientos de una alcohólica y fumadora compulsiva incapaz de amar(se).