Para que me entiendas creo que tienes que aceptar que ya tiempo atrás veníamos destruyéndonos él uno al otro, sólo que nos escondíamos en la idea de nuestra perfecta relación que a todos les gustaba y que era físicamente
imposible que tú y yo termináramos.Y al final, llegó el día. Porque lo único seguro, es que nada es seguro. Y terminamos. No sé si fue mi inseguridad o mi mecanismo de defensa que me impide ser feliz y busca el drama todo el tiempo. No sé si nos apresuramos planeando una vida juntos que sabíamos que jamás íbamos a llegar a cumplir. No sé realmente qué pasó, porque fue como un accidente de auto. Imprevisto. Rápido. Mortal.
Es chistoso porque, una vez que nos alejamos, pude darme cuenta de todas las cosas que hicieron que me enamorara de ti, porque era lo que más extrañaba.
Ya no le podía contar a nadie de las películas que veía, más bien, no quería. Porque a ti no te importaba si te contaba el final, es más, a ti te gustaba saber el final. Monstruo.
Cada vez que escribías en el grupo de whatsapp deseaba que ojalá fuese un mensaje privado. Extrañaba llamarte por cualquiera de los mil apodos pendejos que te inventé, me hacían sentir como si por fin estuviese haciendo algo correcto en muchísimo tiempo.
Creí que no te irías nunca, creí que no tendría que empezar desde cero de nuevo con alguien más. Esperaba decirles un día a nuestros hijos que sus papás anduvieron desde que eran morros pendejos de preparatoria y de alguna manera, sobrevivieron hasta el matrimonio, hubiera estado muy cagado la verdad.
A lo mejor yo nada más vine a tu vida para ser una bola de primeras veces pero ya, nada más.
Los primeros días ni siquiera se sentía real, aunque, a decir verdad, nuestra "relación" ya tenía muerta como un mes antes de que termináramos de forma oficial y hasta habíamos asistido al funeral.
Muchas veces pensé en llamarte y decirte que la cagué horrible y neta no me hubiera molestado pasar la vergüenza de desarchivar nuestras fotos de instagram como los morros pendejos de nuestra edad que terminan y vuelven a cada pinche rato, lo que juramos nunca ser. Para mí, hubiera valido la pena esa humillación si me aseguraran que volverías a manejar en círculos por la playa cantando, bueno, gritando canciones de Bad Bunny como un buen cliché de, pues sí, morros pendejos de dieciocho años.
Apostaría que ni siquiera me extrañas, no me lo merezco, yo no me extrañaría. Y si me extrañaras, ni siquiera me escribirías, porque eres tan pinches abnegado y buen exnovio que no te gustaría interrumpir mi felicidad. Pero, no soy feliz del todo.
Espero esto se pase rápido y me pueda enamorar otra vez para poder decir "a la verga que pinche dramática fui escribiéndole una carta que más bien parece biblia, a ver si así dejo de soñar con él y con la culpa de que arruiné algo perfecto".
Pues resulta que no somos el amor de nuestras vidas, a lo mejor la próxima navidad lleves a otra morra a tu casa y se siente en la misma silla que yo, y cuando veas que empieza a perder en el puto juego de cartas te vas a acordar de mí y de como no perdí ni una sola vez en tu casa.
A veces sí quisiera que me escribieras, pero es solo eso, me gusta la idea de que me extrañes.
Cuando en realidad, si me escribieras, no sabría que decir. Se me hace algo tan imposible que no he planeado una reacción ante eso, así que, si piensas escribirme para decirme que me extrañas, avísame primero.
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Everything Comes Back To You
PoetryLos pensamientos de una alcohólica y fumadora compulsiva incapaz de amar(se).