Everything Comes Back To You

Instantes

Lo qué pasa es que eres de esos amores que hacen que te duela hasta la columna vertebral. Que no sé cómo, pero te metiste tanto en mi ser que si te saco creo que te vas a llevar todos mis órganos contigo, o por lo menos un riñón y mis dos pulmones.

Porque contigo siento que me asfixio, pero no de la mala forma. Contigo siento que me falta el aire y me tiemblan las piernas, me hago chiquita y ya no sé que decirte. Porque cuando estamos solos nada más te miro a los ojos y te quiero besar, y sé que te pasa también. Que está la música y tu mano acariciándome la cara y el cabello, y sabes que sólo existimos tú y yo. Como si nos pusieran en el espacio exterior y no viéramos nada más que las estrellas y el sol muy lejitos pero sólo nos importa nuestra existencia y la del otro.

Quisiera congelar ese momento, porque es cuando realmente me siento tuya y te diría que te creo si prometes bajarme la luna. Porque me dan ganas de decirte que te subas al carro y me lleves a donde tu quieras, que no me importa dar explicaciones o quedarme sin dinero, sólo quiero pasar una eternidad y media contigo, cantar, fumar, reír, besar, llorar, y todo contigo. Sólo contigo.

Vivo por esos instantes donde juro que me miras con ojos de amor, pero a lo mejor sólo estás drogado, o borracho. Vivo por las palabras que salen de tu boca entre los besos que nos damos, que si estamos en media pandemia ¿qué? Nos necesitamos.

Que mientras estoy de rodillas me dices que te gusta mi cabello corto y que me veo más bonita así. Me sonrojas más de lo que debería estar permitido. Según nosotros tenemos una "conexión muy cabrona" pero sólo nos lo decimos cuando queremos coger o darnos tantito apapacho.

Aunque yo a veces sí lo siento siempre.

Vivo por esos instantes que me gustaría congelar, cuando nos atrevemos a hacer contacto visual y decirnos "verga, te quiero besar".

Y es que a mi me encanta romantizar mi existencia, contar la versión bonita de las cosas como si fuera la única y absoluta verdad. Más o menos como si fuera un personaje de euphoria pero en la vida real, sin tantas adicciones y sin ser tan agraciada.

Entonces veo lo que tuiteas y sé que estás enamorado. Y no sé como sentirme al saber que otra te hace escribir y suspirar y responderle rápido los mensajes. Que por otra vas a hacer las mil y una cursilerías que hiciste por mí e incluso más. Que a otra la vas a llevar a tu casa y le darás de las galletas que hornea tu mamá. Que a otra vas a cuidar y a mirar como si fuera lo más bonito del pinche mundo porque yo sé que tú sí sabes querer y fui yo la que no lo quiso ver.

Aunque definitivamente no me creo que beses a otras o que te cojas a otras de la misma forma que lo hacías conmigo. No me imagino que otra cumpla tus fantasías ni muchos menos los planes que tú y yo teníamos. Llámame egoísta, insensible, descarada o lo que quieras, pero simplemente no me cabe en la cabeza.

Entonces cuando me acaricias de nuevo el cabello y me ves con ojos de amor. Ya sé que no es amor. Pero me gusta jugar a que, por ese instante, podría serlo. Que mientras aceleras en tu coche y me pones la mano en la pierna, justo al borde de mi falda, me gusta jugar a que somos los de antes. Los mismos de antes pero un poco más rotitos y con más cicatrices, inseguridades causadas por el otro y sobre todo con más odio.

Porque sé que cuando pones tu mano alrededor de mi cuello no es sólo lujuria, sino enojo por haberte hecho mierda. Lo sé porque yo hago lo mismo. Cuando te beso y pretendo dominarte es porque te odio, te odio por no quererme como yo lo hago. También me odio a mí, por haberte dejado ir sin fundamentos, por dejar que te revolcaras con un par de mujeres que sé que nunca te van a entender o satisfacer cómo yo.

La verdad es que, no dejo de romantizar lo nuestro a base de instantes y miradas. Sé que tú no eres tú cuando estás bajo la influencia. Sé que sólo así me quieres.

Por instantes.