Natsu llego a la residencia principal donde fue recibido por Rias.
-¡Natsu!
-Yosh.
Rias corrió a abrazarlo hundiendo su cara en el pecho masculino. Natsu imito el gesto.
-El olor de Natsu sigue siendo el mismo. ¿Sabes qué?, me sentía sola sin ti. Creo que me he acostumbrado a dormir contigo. El no poder sentirte conmigo todos los días me hace sentir mal. Creo que no puedo imaginarme una vida sin ti. Pero lo estamos haciendo por un bien mayor, así que tenemos que esforzarnos más.
-Por supuesto que sí. Etto Rias, ¿Dónde está Koneko?
El semblante de Rias cambio a uno serio y empezó a caminar hasta una habitación. Al entrar se encontró con Akeno al lado de la cama y a Koneko sentada en la cama con sus orejas de gato.
-Natsu-kun, esto es…
-Ya lo sé. Me lo han contado todo.
-Ya veo.
Natsu se acercó hasta la cama y se sentó en el borde.
-¿Cómo te encuentras? – pregunto suave.
-¿Qué haces aquí? – pregunto sombría.
-Estoy preocupado por ti. No tienes que sobre esforzarte. Lo único que haces así es acerté daño y ninguno queremos eso. – le volvió a decir preocupado.
-Yo quiero… - dijo en un susurro.
-¿Tú quieres? – volvió a preguntar suave.
-Quiero ser fuerte, como vosotros. Quiero hacer mi cuerpo y espíritu fuerte. Soy una inútil. A pesar de ser una "Torre" soy muy débil e inútil. No quiero usar el poder que hay dentro de mí. No quiero usar mi poder de Nekomata. No quiero convertirme en lo mismo que mi nee-sama.
-Koneko quiero que me escuches atentamente. – La aludida lo miro con lágrimas – No debes temer tu poder. En mi gremio paso lo mismo. Una amiga tenía miedo de su poder porque podía hacer mucho daño, pero sus hermanos aprendieron su magia para que no se sintiera mal, para que viera que no debía tenerle miedo. Koneko, tú no tienes por qué ser igual que tu hermana si usas tu verdadero poder. Solamente si actúas como ella puedes acabar igual. El tener el mismo poder no significa nada, solamente como lo uses significara si eres como ella o no. usa tu poder para proteger a tu familia. Ya verás como no tienes nada que temer. – concluyo con su típica sonrisa.
Akeno miro la escena nerviosa. A ella le pasaba lo mismo, no aceptaba su sangre de ángel caído. Las palabras de Natsu le habían llegado, pero aun así era difícil aceptarlo. Natsu acaricio la cabeza de Koneko y se marchó. A la mañana siguiente volvió a donde Tannin para continuar su entrenamiento. Pasaron los días entrenando hasta que Natsu pudo usar su nuevo Balance Breaker. Sin duda le encantaba el nuevo. También supo de Wendy y Gajeel también estaban mejorando mucho. Su entrenamiento era igual de duro que el de Natsu. Uno de los días Natsu y Tannin estaban descansando cuando Natsu le pregunto algo a Tannin.
-Oye Tannin.
-Dime cachorro.
-He oído que el Dios Bíblico era muy poderoso, pero cuan poderoso era.
Tannin miro con los ojos como platos al joven mago.
-Mmm. Es fácil decirlo. Era el ser más poderoso que existía, incluso más que el viejo Odín. Solo los dragones estaban por encima de él.
-Guau. Sin duda era alguien poderoso.
-Sin duda lo era, pero odiaba a los dragones.
-¿Y eso?
