Nathan POV
Por fin, después de mucho tiempo me lo diría, andábamos por el bosque en silencio, mi padre andaba con las manos atrás mientras miraba al suelo buscando las palabras apropiadas para contarme lo que tenía que contarme. Estaba nervioso, quería saber que era lo que tanto tiempo me había ocultado hasta el día de hoy.
-Padre, por favor cuentemelo.- le pedí.
-No es fácil de entender hijo, a tu hermano le costó asimilarlo.-
-¿Mason sabía esto?.- pregunte irritado y con los ojos como platos.- ¿Como que lo sabe?.-
-Calmate Nathan.- me miro serio.- sientate.- señalo a un tronco caído detrás mía con la cabeza.
Hice lo que me pidió y me senté en el tronco, estábamos en un lugar que se veía mejor de donde antes había estado con el vampiro, los árboles estaban mas separados entre si y la luz de la luna dejaba ver mejor el lugar.
Mi padre se quedo mirando a la luna con los brazos cruzados, ¿porque le costaba tanto decirlo?, yo mientras estaba sentado, le mataba con la mirada desde atrás.
-Nuestra familia esconde un secreto, hijo mio.- miro para abajo.- Un secreto que nos mantiene vivos durante mucho tiempo.-
-¿De que estas hablando padre?.- pregunte confundido
-No somos normales Nathan.- dijo mirándome viniendo para mi.
Se paro al frente mía, yo le miraba desde arriba.
-¿Que somos padre?.- pregunte esperándome lo peor
-Somos Lobos Negros, hijo.- dijo al fin
Ya esta, lo confesó, me quede en blanco y pálido, era lo que menos me esperaba del mundo, pero... ¿como podía ser?, yo no me transformaba ni nada, ¿como era posible?, me quede unos segundos analizando la frase.
-Pero....- iba a decir pero me interrumpió y yo le escuche atentamente
-Es algo que no podemos remediar, no es un estilo de vida que eliges, simplemente... nacemos así.- elevo los brazos.
Me levanté del tronco y los dos quedamos de pie enfrentados, me di cuenta de que era prácticamente igual de alto que el.
-¿Estas diciendo que somos Lobos Negros y luchamos contra vampiros?...¿que soy un Kanentokon?.- pregunte sin creerlo.
-Eso es exactamente lo que he dicho.- me dijo mirándome a los ojos
Me quede aún mas en blanco.
-Pero yo no me convierto.- dije confuso
-En la pubertad empezamos a adaptarnos a los cuerpos de los lobos cuando somos humanos y viceversa... por eso tenías dolores de cabeza, por eso el apetito te fallaba y te volvía incontrolablemente, por eso a veces estas rabioso y con ganas de matar a cualquiera que te moleste.-
Había acertado, absolutamente todo, los dolores de cabeza, el enfado... todo, ¿significaba eso que ya era un Lobo Negro?.
-Pero eres muy extraño hijo... todos los Lobos Negros tenemos los ojos negros y no vemos la visión a tan poca edad. Y tu transformación es muy lenta- dijo preocupado.
-¿Que visión?.-
-Todos los metamorfos en la pubertad tienen una visión, un sueño, en ella vemos a nuestros enemigos naturales....-
-Vampiros.- acabé por el
-Tu tuviste la visión con 6 años... era demasiado pronto, Uma dijo que me no me preocupara.-