16. Porque a veces es bueno esconderse

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"Hay una extraña libertad en no tener gente que te trate como parte de la sociedad o en no tener que cumplir con relaciones sociales."

-Tim Burton.

—En verdad lamento el tipo de situación en el que hemos sido presentados, señorita Romanoff —expresó Tracker guiándolos hacia la sala, donde Daina se hallaba aún conmocionada en uno de los sillones siendo atendida por la criada. El rubio se apresuró hacia ella y tomó su rostro en sus manos para evaluar el daño—. ¿Te duele algo? ¿Quieres que busque a Labums? Puedo hacer que te revise.

—No seas dramático, Gus —pidió Daina poniéndose en pie y haciéndole una seña a la criada para que le restara importancia—. Tienes un corte en la ceja... —señaló con su ceño fruncido y con preocupación—. Elizabeth, tráeme el ungüento de la señora Ozolins.

—Daina...

—Siéntate —ordenó y el detective suspiró, pero obedeció—, y déjame ver si... —Detuvo su caminata al notar a sus invitados y los observó con sorpresa durante unos segundos—. Lo siento, no esperábamos visitas...

—Iba a decirte que le pedí a Boblín que viniera a verme —interrumpió Tracker.

—Oh, un placer conocerlo, detective Boblín —saludó con una sonrisa haciendo una reverencia antes de observar a la joven—. Y tú debes ser su encantadora prometida.

—Laima Romanoff —se presentó la robaniana.

—Encantada. Soy Daina Tracker y espero que mi marido haya avisado a la cocinera de las visitas o realmente me molestaré —advirtió lanzando una mirada molesta al rubio.

—Le he notificado que tendremos invitados a la señora Ozolins —puntualizó el detective colocándose el ungüento que la sirvienta le alcanzó—. Podemos pasar a desayunar antes de que mi esposa se enfurezca más —dijo poniéndose en pie para guiarlos al salón comedor.

Los cuatro adultos se sentaron en la mesa a esperar que llevaran el desayuno mientras un breve silencio los envolvió en interrogantes personales que ninguno sabía cómo cuestionar. Laima observaba el empapelado celeste sobrio y delicado, con siluetas florales en un tono marrón claro. Los muebles eran de madera oscura y poseían tallados florales. Incluso había diversas pinturas de distintas flores colgadas en las paredes. Luego observó disimuladamente el elegante vestido que llevaba la señora Tracker, cubierto de estampados florales de rosas. La mesa también poseía un florero cubierto de hermosas rosas blancas. Sonrió de lado al notar cuán indiscreto era el gusto de Daina hacia las flores y el color celeste.

—Veo que adora las flores —aseguró rompiendo valientemente el silencio y dedicándole una sonrisa ladeada a la castaña, quien correspondió amablemente.

—Adoro las rosas blancas —comentó con una sonrisa—. Gus me regaló un ramo de rosas blancas envueltas en lazos azules y celestes el día en que me pidió matrimonio —recordó tomando la mano del detective, quien sonrió complacido por tan cálido recuerdo—. Tuvo el detalle de preguntarme primero a solas antes de pedir mi mano a mi padre.

—Encantador —aduló la prometida de Boblín esbozando una pequeña sonrisa—. ¿Llevan mucho tiempo de casados?

—Ocho años —respondió Tracker dedicándole una sonrisa de agradecimiento a la sirvienta cuando comenzó a traer el desayuno—. Casi nueve.

—¿Ustedes están casados? —Inquirió Daina, y Boblín prefirió guardar silencio y que su prometida contestara.

—Sí, pero llevamos dos meses como esposos —afirmó la castaña tomando la mano del pelirrojo y haciendo que el rubio se riera por lo bajo—. ¿Qué es lo que le resulta tan divertido, detective?

#1. El anuncio de los cuervos #1. AnimalesOscuros (✔)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora