B U L I M I A

010

Actualizaré todo la semana que viene. Lo siento mucho.

*¨*¨

SeokJin se acostumbró a comer a escondidas. Si NamJoon lo atrapaba masticando, se armaría un escándalo acerca de la dieta de Jin sin dejar que las excusas de siempre se interpongan.

«—Hyung, no puede comer más, deténgase.

—NamJoon-ah, tengo mucha hambre»

Mayormente era ignorado, dejado de lado en lo que las estilistas maquillaban a los demás miembros. Él no sabía por qué era el primero en salir, tal vez era por la facilidad de colocar el color en sus labios, que su cabello siempre estaba peinado, o porque decía estupideces sobre cualquier cosa sin dejar de reírse.

Arreglando su camisa de rosa pálido que pertenecía al vestuario de "Spring Day", fue al baño para ver qué tal estaba, no quería lucir mal frente a ARMY.

Había veces en las que odiaba el espejo, no se atrevía a mirar al cristal más de lo necesario, era una tortura atroz que lo mataba lentamente. Cada vez que se miraba, notaba tanta piel caída en porciones diferentes, sus piernas cortas estando con muchísimas manchas, su cintura arruinada por la comida de la mañana, no podía así.

En cambio, cuando se miró ésta vez, notó un lindo espacio entre sus piernas, una curva fina desde su pecho hasta su cadera que no llegaba a estropearse por los huesos que sobresalían. SeokJin por primera vez se sintió bellísimo.

Aprovechó el momento para sacarse una foto, haciendo el clásico corazón con los dedos para demostrar el amor que le tenía a ARMY, además de sentirse orgulloso de estar en forma. Logró sacarse la foto sin importarle el aspecto rojizo de sus ojos, lagrimosos por la falta de sueño y por el dolor de un estómago vacío.

Muy bien, estaba sonriendo con confianza, estaba satisfecho consigo mismo, podía superarse. Podía hacerlo.
Una idea loca era saltar de un quinto piso, pero otra más descabellada era confesarse ahora mismo.

Tenía su autoestima por los cielos, una confianza inconmensurable que rozaba los cielos oscuros de aquella noche. Sí, lo tenía decidido; justo ahora, hoy mismo, que se sentía bello y aceptado, se confesaría a NamJoon.

*¨*¨*¨

Siempre iban a comer luego de una ardua presentación, era su premio de consolación por sufrir tras tantas coreografías demasiado elaboradas. No les importaba el precio, o si les agarraba un dolor de estómago al día siguiente, se merecían comer muchísimo.

Ahí estaban todos, HoSeok atragantándose con verduras y carne, Taehyung riendo por la imitación de personajes de Jungkook, Jimin luchando con la carne para cortarla en trozos pequeños, YoonGi estaba que se dormía con su vaso de vino en la mano, y NamJoon con el celular, como siempre.

SeokJin veía la comida, su plato vacío, volvía a la comida, su plato todavía vacío. No quería fideos fríos, lo hincharían a la mañana siguiente. No había pollo, y tampoco quería pedir pechuga, estaba traumado con ése pedazo desde la primera dieta. Carne tampoco, los chicos se habían comido la mayoría. Entonces fue cuando HoSeok dejó varias carnes provenientes de su plato sobre el de SeokJin, alentándolo a comer.

-Hyung, la carne está blanda y caliente, no coma comida fría que le hace mal—alegó, depositando un poco de salsa roja en un cuenco vacío para cederlo a SeokJin.

-Eso, Hyung, también coma las brochetas de cordero, pero cuidado que queman—Jungkook dejó varios palillos de metal con trozos de carne y hueso incrustados sobre el plato de SeokJin, mirando a su mayor nervioso y esperando que acepte su comida.

-El salteado de verduras está delicioso, Hyung, tenga—medio plato de Taehyung fue dejado cerca de SeokJin, quien agradeció con un asentimiento, y tomando sus palillos personales –dados por una fan- SeokJin estaba a punto de picar las verduras.

-Oigan, eso es mucho. Hyung, recuerde su dieta—por primera vez desde que se encontraban ahí, NamJoon guardó su teléfono y miró desganado a su grupo, alejando varias porciones de comida de SeokJin y llevándoselos a su boca.

-NamJoon, eso era de Jin-Hyung—amargo y tosco, YoonGi se dirigió al nombrado, dando parte de su plato a SeokJin.

Kim SeokJin, que antes tenía una hermosa y reluciente sonrisa en su cansado rostro, ahora estaba dudando si debía comer. Los cubiertos nuevamente tocaron la mesa, sus hombros decayeron notablemente, el ánimo que tenía se había desvanecido. NamJoon era alguien sabio, alguien que sabía qué era lo correcto, qué no lo era. Alguien que se estaba aceptando a sí mismo.

-Sí, tienes razón, Hoy no comeré. Igualmente no tengo hambre—mentira, su tono de voz débil y raspada lo delataban, sus ojos perdidos en el vapor de la comida, sus oídos sumidos en las brasas chispeantes de la parrilla que cocinaba la carne, el dolor situado en la boca de su estómago y la lengua amarga y vacía.

-No, debes comer algo—insistió YoonGi, alejando el vaso de agua de SeokJin y acercando más los trozos de carne fría, debía apurarse en cocinar las fetas de cerdo para que él comiera al menos un poco.

-Déjalo, YoonGi, como si no comer por una noche lo matara—NamJoon volvió indiferente a su teléfono, masticando parte de lo que anteriormente era la comida de Jin.

Todos odiaron a NamJoon en ése momento, Jungkook casi le lanzaba las varas de hierro donde había hecho su cordero, Jimin estuvo a punto de insultarlo, incluso HoSeok casi, pero casi, se levanta de la mesa y se tira sobre NamJoon para golpearlo y destapar sus ojos, para que viera los trastornos que ahora mismo sufría Jin; sin embargo, una suave risa sarcástica, efímera que se fue como el sol en esa época de invierno, interrumpió todo. Un detonante que no sabían que hacía falta.

-¿Sabes, NamJoon-ah?—tembló levemente, inestable y dolida, con el llanto ardiendo contra sus ojos—, yo creía que hoy estaba hermoso. Tengo hambre, NamJoon, pero no como por ti, porque me dices que así estoy bonito, y si dices que estoy bonito así, entonces puedo evitar comer esta noche.

El restaurante, vacío y sólo con dos meseras dentro de la cocina, se inundó de las lágrimas de SeokJin que se evaporaban apenas tocaban suelo. Refregó sus ojos con fuerza, negándose a llorar.

-Cuando tomabas mi mano, me abrazabas por la cintura, me halagabas, me sonreías, sentía que me enamoraba un poquito más de ti—NamJoon sintió miedo en ése momento, y SeokJin tuvo coraje—; terminé enamorándome, y lo sé, porque el amor duele, y créeme que ahora mismo estoy muriendo por ti.

-N-no lo entiendo—tartamudeó NamJoon, dejando el celular bloqueado sobre la mesa, apartando el plato y dirigiendo su atención a su mayor, a la transparencia de sus lágrimas y a las figuras distorsionadas que lograba vislumbrar en segundos dentro de aquella densidad salada que resbalaba con gracia de las mejillas de SeokJin. Eran muchas incoherencias, palabras sueltas que escapaban de la boca de Jin sin un ápice de raciocinio.

-Me sonreíste, me dijiste hermoso—se trabó por unos momentos, con el corazón oprimiéndose en su garganta y la cobardía abordándolo de repente—, dijiste que si soy Bulímico, podía ser el chico más perfecto del mundo.

Y NamJoon pudo entender el golpe que llegó contra su mejilla.