B U L I M I A

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Juro que quise escribir más, pero sentí que se perdería todo ;u; 

Perdonen la demora, actualizaré pronto ya que se vienen las vacaciones de invierno! <3 

Min113
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-Estás gordo—fueron las palabras que SeokJin atrapó durante sus diez años restantes de vida.

Con apenas quince años de edad le habían aplastado la autoestima más el corazón: su última novia le había sido infiel con otro chico más guapo, flaco y que no tenía anteojos ni labios hinchados. Lo peor de todo fue oír las razones del por qué le abandonaron con tanta frialdad un día de verano paseando por el rio Han.

-Estás gordo.

De su madre aprendió que en todo momento, sea de alegría o felicidad, nada más que un buen pollo frito para despejar todo mal sabor de la boca; de las críticas supo saber que todo lo que hacía, tuviese el mínimo error, estaría mal.

-Estás gordo.

Era el mismo rechazo de siempre, razón por la cual comenzó a tener una mala costumbre que comenzó a las últimas semanas de sus quince años. Entre lágrimas y dolorosas arcadas aprendió el silencio de su garganta, a que las lágrimas que pintaban su rostro fríamente se podían perder dentro de sus labios y salir amargamente de su boca.

Kim SeokJin a sus quince años aprendió sobre la Bulimia y la puso en práctica, siendo él a sus dieciséis un chico con trastornos anoréxicos:

Supo dividir el tiempo de sus comidas: un día sin comer es un kilo menos en su cuerpo.
Supo cuidar su piel: dejar que la fruta permanezca en su cuerpo durante media hora para mejorar la salud de su organismo, luego se devolvía.
Supo cuidar su garganta: agua carbonatada era lo mejor para una irritación sobre la úvula y detenerse cuando comenzaba a escupir sangre.

Lo que nunca aprendió fue a controlar las lágrimas ante nuevas críticas.

-Estás gordo—eran las palabras que escuchaba actualmente de parte del coreógrafo. Sí, se estaba cansando un poco más y últimamente hacía muchos "Eat Jin" sin terminar vomitando a los minutos en que el vídeo se corta, según ARMY él estaba en perfectas condiciones y no debía forzarse a tener una figura tan esbelta, que le querían así.

-¿Estoy gordo?—preguntó con incredulidad. SeokJin no podía estar gordo, si las costillas se le notaban ligeramente y su estómago estaba plano, tenía un espacio entre las piernas y su muñeca se podía rodear con sus dedos.

-No bailas mucho últimamente, tu figura se va perdiendo. Te vamos a poner a dieta sólo a ti—comentó el coreógrafo yendo de un lugar a otro dentro del salón de baile, buscando una botella de agua y pausando el reproductor de música.

Jin paró en seco cualquier pensamiento racional sobre su cuerpo y autoestima, y se miró al espejo con temor de encontrar lo que le había descrito el coreógrafo. Sí.

Estaba gordo.

A pesar de traer ropa holgada como acostumbraba para bailar, sentía su cuerpo demasiado hinchado y sus mejillas muy rellenas. Con manos temblorosas se tocó el estómago, palpando sus pequeños rollos que no eran casi nada; sin embargo Jin sentía que esa escasa acumulación de piel no le hacía ver bien: todos aman a las personas bellas, delgadas y perfectas, y Jin quería llegar al límite de ése amor.

Asintiendo a las palabras antes dichas se puso a dieta.

Desde la mañana, a los primeros rayos de sol, hasta el amanecer en donde se sentía el peso del progreso de medio día, SeokJin no comía más que lo justo y necesario para estar en óptimas condiciones. Para evitar la gula con cada bocado, mantenía dentro de su boca un cubo de hielo que le calmaba los nervios y el hambre; no pudo pasar desapercibido en algunas cenas o comidas rápidas que tenían los demás miembros, pero siempre podría excusarse y culpar al cansancio de su ausencia, alegando que el leve estrés que había obtenido con el paso de los días arruinaría su aspecto físico.