Los celos destruyen relaciones.

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Quizás todo sería más fácil si la irá dejará de inundar el corazón de Miranda, al parecer Elisa estaba logrando su cometido y podría destruir un matrimonio. Dejando a Miranda como la esposa loca que solo crea problemas y haciendose notar como la buena amiga comprensiva y cariñosa.

Miranda intento relajarse y salir al jardín para pensar. Le dolía que Roland le contará sobre lo maravillosa que era Elisa y cuánto disfrutaba sus charlas. Él nisiquiera se daba cuenta de lo mucho que la lastimaba. Los hombres normalmente no miden lo dolorosas que pueden ser sus palabras y ella lo entendía perfectamente. ¿Acaso la relación se estaba apagando? O quizas ella estaba haciendo algo mal.
Roland camino hasta el pasillo y puso sus manos sobre sus hombros.

~¿Te ocurre algo? Susurro notando que comenzaba a sollozar en silencio.

La reina se giró hacia él y se pegó a su pecho, se sentía protegida pero a la vez sentía que él la había dejado de amar. Su corazón latía con fuerza y podía sentir el nerviosismo que le causaba tenerla entre sus brazos.

~No sé si podamos seguir juntos... Hablo con las palabras cortadas.

Roland no entendía que estaba ocurriendo o porque ella decía esas cosas tan repentinamente.

~No entiendo... ¿Porque dices todo esto?.

~Sofia y yo volveremos a la aldea, quizás sea difícil para ella ya que ha crecido rodeada de lujos pero sé que estará conmigo en cada una de las decisiones que tome.

~No comprendo porque me dices estas cosas, ¿Ya no me amas? ¿Hay alguien más en tu vida?.

~En la mía no, pero en la tuya si y no planeo ser un estorbo para ti.

~Ya se de dónde vienen todos estos problemas, ¡Crees que tengo algo con Elisa! ¡No me hagas reír! Tú siempre serás la mujer de mi vida. La mujer que se ha convertido en mi compañera y madre de mis hijos y gracias a ti he tenido una maravillosa nueva hija que me ha dado muchas alegrías. Mi vida no estaría completa sin ustedes.

~¿Hablas enserio?.

~Jamas he hablado más enserio, Elisa y otras mujeres podrán declararme su amor, pero mi amor ya está dado a ti desde hace muchos años y nada me hará cambiar de opinión. Además estás demente si piensas que las dejaré ir sabiendo que pueden quedar desamparadas. Jamás dejaré que eso pase...y siempre procuraré su felicidad.

~Rolly.. eres maravilloso y siento mucho amor por ti como la primera vez.

El señor Steven no había dejado de seguir a Miranda desde el día de su boda, aún tenía que efectuar su venganza y la persona más indefensa era Sofía. Tenía que encontrar algo que le diera una pista sobre su pasado, algo que le ayudará a vengarse de ella. ¿Pero que? La niña observaba un pequeño broche de oro en sus manos.

~papá ¿Qué debo hacer? Susurraba mientras lo limpiaba en sus ropas.

Steven reconoció el escudo impreso y  encontró la forma de hacer a Miranda sufrir. Más tarde sabrían de que se trataba su plan.

Wassalia había llegado a Encantia. Una noche de paz y amor dónde se celebraba una gran cena con regalos e invitados especiales.

El rey Garrick hizo su entrada con su hijo mayor. El joven era aún más guapo de lo que recordaban pero mantenía su actitud arrogante.
Amber se acercó a ellos para saludarlos con pesar, a quien realmente quería ver era al principe Hugo, lamentablemente su regreso aún no tenía fecha.

Todos se sentaron alrededor de la mesa y comenzó la celebración.

Derrepente Balleywick anunció a un nuevo invitado que no había querido revelar su nombre. Los miembros de la familia se quedaron asombrados y al abrirse las puertas apareció un muchacho alto de ojos color avellana. Amber sonrió emocionada y Axel separó un poco sus labios ¡Su hermano era más guapo de lo que imaginaba!.

~¡Bienvenido campeón! Hablo Garrick acercándose a él para abrazarlo.

~Muchas gracias, estoy feliz de haber vuelto. Sonrió para después saludar a su hermano.

~Axel, ¡Que gusto verte! ¡te extrañe!.

~Tambien yo hermanito, mi vida no fue igual sin tí.

~¡Hugo! Grito Amber para segundos después saltar a sus brazos y llenarlo de besos en la mejilla.

~¡Amber.....! Hablo nervioso intentando alejarse.

Sofía apenas podía respirar, Hugo era distinto físicamente pero mentalmente era el mismo.
Su vista se giró hacia ella y le dió una sonrisa cálida. Sofía intento corresponder pero en lugar de eso bajo la mirada.

Roland observaba atentamente cada pequeño ademan hecho por los jóvenes. Ya se había dado cuenta que algo no estaba bien con Sofía. Además que la mirada de su esposa confirmaba sus sospechas.

~El duque de Gales ha venido conmigo, fue contactado por un hombre de Encantia que quiere hablar con él. Espero que no les moleste que me haya tomado ese atrevimiento. Hablo observando la sonrisa de Roland.

~El duque Felipe siempre será bien recibido en Encantia, ¿Dónde se encuentra él?.

~Se quedó en el camino, aquel hombre estaba empeñado en hablar con él está misma noche. No sabemos la razón pero debe ser algo delicado.

Hugo se acercó hacia Sofía y beso su mano, la joven nisiquiera pudo mirarlo a los ojos.

~Que linda te ves Sofía, ya no eres la pequeña niña que conocí.

~Tu también has crecido mucho Hugo. Sonrió obteniendo la mirada de Amber fija en ella.

~Te ves incluso mejor que en el retrato que me enviaste.

~¿Qué retrato? Hablo ilusa viendo cómo el príncipe sacaba un pequeño cuadro de entre sus ropas.

~Llego a la mansión hace aproximadamente dos semanas. El duque y yo quedamos maravillados al verlo. Él dice que te conoció cuando eras más pequeña pero que le encantaría volver a verte.

~Tambien a mi, era un hombre muy bueno... aunque algo triste.

~Ha decidido dejar su tristeza de lado y vivir su vida feliz, ahora es un hombre distinto a como era antes.

~Me alegra que esté mejor y que hayas pasado días agradables a su lado.

El duque caminaba por las solitarias calles de Encantia, algo dentro de sí lo mantenía inquieto, derrepente entre las sombras apareció una silueta de hombre. El duque dió algunos pasos hacia atrás y el hombre dejó ver su rostro.

La historia no contada de Roland y MirandaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora